Historias entrelazas. Sebastián Rivera Mir

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Historias entrelazas - Sebastián Rivera Mir

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Beck promovió la participación de brasileños en las reuniones de la Sociedad Argentina de Física, realizadas desde 1944 en Mendoza y que él se esforzó por mantener con cierta regularidad (Pinto y Schwartzman, 1977; Ortiz y Rubinstein, 2009). Wataghin, Shönberg y Leite Lopes, entre otros, asistieron a las reuniones, lo cual contribuyó a despertar el interés entre los físicos argentinos por viajar a Brasil para estrechar estos contactos. Por ejemplo, en 1947, Estrella Mazzolli de Mathov fue a Brasil para hacer una estancia de investigación en el grupo de Wataghin, en la usp; su tesis doctoral fue producto del trabajo de investigación que ahí realizó, de hecho fue una de las primeras físicas argentinas en obtener el doctorado (Mazzolli, 1948). En Brasil, Mazzolli construyó un detector de rayos cósmicos, el cual llevó consigo al volver a Argentina, aprendió algunas técnicas de investigación experimental en el campo de la física de rayos cósmicos y promovió una colaboración con el grupo de Wataghin: “Habíamos hablado con el Dr. Wataghin de una colaboración. El profesor Wataghin necesita que se realicen mediciones en la Argentina, en Chile, Bolivia, etc. de showers penetrantes, cosa que nosotros estamos en condiciones de hacer”.20 En las cartas que le escribió a Beck durante su estancia, Mazzolli incluso llegó a decir: “[…] aquí hay mucho que aprender, no sólo en estudio, sino también en organización”.21 El archivo personal de Guido Beck, que permanece en el cbpf, es relevante para entender cómo se formularon este tipo de dinámicas de intercambio entre la física de Argentina y Brasil (Videira, 1994).

      La experiencia de Beck en diferentes instituciones de Argentina y Brasil involucró un ejercicio de comparación de la física y la ciencia en ambos países. Beck hizo comentarios al respecto en varias de las entrevistas que le hicieron y en otros escritos que se encuentran en su archivo, sobre todo se conservan sus apreciaciones referentes a lo que haría falta para mejorar las condiciones de la investigación científica en América Latina (Videira, 2005). Puede decirse que los casos de Beck, Wataghin y Sandoval Vallarta fueron inspirados por un afán de crear tradición de investigación en física en América Latina y que contribuyeron al desarrollo y consolidación de esta disciplina, tanto por sus propias investigaciones como por las conexiones y dinámicas de intercambio académico.

      Coyunturas y condiciones al transnacionalismo

      Dominique Pestre, en sus comentarios finales a uno de los primeros números especiales de historia transnacional de la ciencia, critica la visión de lo transnacional, que en general es positiva, pero parece restar importancia a los grandes intereses políticos y económicos que la sostienen (Pestre, 2012). En su opinión, parece que se dan por hecho los fenómenos transnacionales como una consecuencia inevitable del mundo globalizado. Para atender tal crítica sería importante considerar las coyunturas históricas específicas que colocan al sujeto en una situación de transnacionalismo, así como las condiciones que le permiten u obstaculizan jugar un papel en establecer conexiones. Otro tema a considerar es que muchas veces el mundo no parece estar preparado para la existencia de sujetos transnacionales. A pesar del ideal de un mundo donde las fronteras sean cada vez más difusas y permeables, existen límites territoriales reales y simbólicos que se resisten a ese ideal de un mundo interconectado, donde no es posible el libre flujo de personas y, cuando lo es, hay una serie de restricciones formales y simbólicas, externas o que el individuo se impone.

      En los ejemplos abordados, la condición de transnacionalismo también involucró una serie de restricciones sobre el tipo de actividades que estaban permitidas o restringidas. Sandoval Vallarta no pudo dirigir el Departamento de Física del mit, porque no era el momento político dentro de la institución ni causó consenso, entre otras cosas, por no ser estadounidense (Alexander, 2011: 338). Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, aunque Sandoval Vallarta se interesó por participar en los programas de investigación que se emprendieron en el mit como parte del esfuerzo de guerra, no fue posible por razones que no se hicieron explícitas, pero un impedimento pudo ser un requisito que no cumplía al tratarse de investigaciones secretas: tener la nacionalidad estadounidense. En cambio, Sandoval Vallarta encontró un espacio para contribuir al esfuerzo de guerra a través de un proyecto para fortalecer las relaciones científicas entre Estados Unidos y América Latina, en el marco de la diplomacia cultural del gobierno estadounidense para promover las relaciones hemisféricas. Los acontecimientos de la guerra relativizaron la importancia de esta labor, que para Sandoval Vallarta era su principal contribución al esfuerzo de guerra, pero no para las autoridades del mit. En consecuencia, Sandoval Vallarta recibió la instrucción del mit de reforzar las tareas docentes a través de la impartición de cursos introductorios de física, lo cual tenía una cierta relevancia pues no había suficientes profesores (muchos de ellos estaban comisionados para realizar investigación científica vinculada a la guerra) y era urgente formar más científicos. Sandoval Vallarta interpretó esta petición como el colmo de una situación de marginación institucional, pues implicaba que hiciera a un lado sus esfuerzos para fortalecer las relaciones científicas interamericanas, aunada al aislamiento de las investigaciones de guerra que se hacían en el mit. Por su parte, el mit no entendió la relevancia de lo que el físico hacía y su negativa de aceptar impartir cursos se vio como una falta de lealtad. De ahí que el físico se encontró en una encrucijada entre permanecer en Estados Unidos o volver a México. En otro trabajo he demostrado que esta exigencia en el fondo fue un cuestionamiento a su transnacionalismo en un momento de exaltación de las identidades nacionales, como ocurre durante una guerra (Minor, 2019b).

      Gleb Wataghin se enfrentó a una circunstancia semejante durante la Segunda Guerra Mundial. Obtuvo la nacionalidad italiana poco antes instalarse en Brasil, circunstancia que durante la guerra le impidió participar en investigaciones, en las cuales sus antiguos estudiantes brasileños estuvieron involucrados; además, fue separado de su cargo como jefe del Departamento de Física de la usp (Bustamante y Videira, 1993: 283; Schwartzman, 1979: 258-261). En apariencia, verse marginado influyó en su decisión de volver a Italia en 1949, cuando recibió la invitación para ser director del Instituto de Física de la Universidad de Turín (Schwartzman, 1979: 261-264). A pesar de que el regreso de Wataghin a Italia no involucró un dilema tan dramático como el de Sandoval Vallarta, de igual modo ilustra las dificultades que plantea la nacionalidad en situación de transnacionalismo y de cómo en ciertos momentos se vuelve problemática.

      Los vaivenes de las situaciones políticas en los diferentes lugares donde estuvo Guido Beck lo empujaron a migrar a sitios más seguros, con mejores condiciones para la investigación científica (Videira, 2001). La situación política en Europa lo llevó a América Latina. En Argentina se mantuvo hasta que en Brasil hubo mayor apoyo a la física, que vino con la creación del cbpf, y cambió de residencia. Sin embargo, a mediados de la década del cincuenta, el cbpf entró en crisis debido a un problema de desvío de recursos; Beck prefirió ir a São Paulo y volver una vez que la situación mejorara en Río de Janeiro. El golpe militar en Brasil lo motivó a ir a Bariloche, en Argentina, para continuar los esfuerzos de José Balseiro. Ahí permaneció hasta que a mediados de la década de los setenta la situación política del país se agravó por el golpe de estado. Regresó a Río de Janeiro, donde otro instituto de física requería de su experiencia. Las idas y vueltas entre Brasil y Argentina fueron motivadas tanto por sus apreciaciones sobre la situación de la ciencia en ambos países como por los vaivenes políticos y la posición que Beck asumió al respecto. Estos tres ejemplos muestran las contingencias históricas que restringen o posibilitan la emergencia del actor transnacional, así como las conexiones que es capaz de crear.

      Reflexión final

      Los viajes académicos pueden servir para entablar relaciones de cooperación e intercambio de largo plazo. Quien viaja transforma sus referencias y las integra a su quehacer científico cuando vuelve a su lugar de origen (Simões, Carneiro y Diogo, 2003). Sin embargo, los casos analizados son historias de vida y trayectorias científicas marcadas por la movilidad. Tampoco se trata de actores nómadas, pues para hacer efectiva su capacidad de articular conexiones acu-mularon conocimiento y reconocimiento en lugares donde se estacionaron por un periodo considerable. Aun así, no es suficiente transitar entre diferentes

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