Paz decolonial, paces insubordinadas. Jefferson Jaramillo Marín
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En su argumentación, estos autores consideran que la paz se fortalece desde los márgenes, bajo el principio de la construcción de lo común y lo vital, desde espacialidades, saberes y luchas histórica y contextualmente en disputa. Además, consideran que existen ciertos márgenes de la paz, que están representados en aquellas gramáticas, experiencias, institucionalidades otras, no ancladas o en tensión creativa con las denominadas retóricas liberales o neoliberales. En ambos sentidos, su propuesta de investigación quiere contribuir a: i) comprender y reconocer experiencias de re-existencia en escenarios de geografías violentadas (Jaramillo, Parrado y Louidor, 2019); ii) mapear las distintas gramáticas de vida que resisten a diversas retóricas de paz-cificación en el territorio; iii) cartografiar los escenarios de diálogo social territorial de larga data en las regiones, así como sus tensiones y negociaciones con las arquitectónicas oficiales de paz y reconciliación.
En dicha propuesta reconocen una serie de deudas y convergencias teóricas y metodológicas que conversan con el tejido de este capítulo introductorio y, en general, con los capítulos que integran este proyecto editorial. De una parte, están las propuestas que enuncian la paz desde el pensamiento propio, los saberes otros y las prácticas de interculturalidad crítica (Alban, 2013, 2018; Sandoval, 2016; Walsh, 2017). De otra se encuentran las que denuncian que la paz liberal se sustenta sobre una matriz de poder colonial, capitalcentrista, democentrista, de mandato masculino, patriarcal y racista, elementos abordados en la primera parte de este capítulo (Richmond, 2006; Segato, 2010; Parrado, 2019; hooks, 2004). También están las que se sitúan desde la justicia histórica para comprender holísticamente el ecocidio y el etnocidio como un patrón necrófilo colonial (Arboleda, 2019; Mbembe, 2011). Igualmente, las que se sustentan desde unas metodologías decoloniales para comprender, denunciar y transformar las prácticas, los órdenes y las lógicas extractivas de lo común (Tuhiwai, 2015). Además, las que asumen una visión de la paz desde una política del lugar, como ya fue mencionado, es decir, del reconocimiento de culturas, economías y ambientes dinámicos en lugar de solo nodos en un sistema capitalista global (por ejemplo, Escobar, 2010). Las que hablan de las memorias no solo como escenarios para la gestión institucionalizada del pasado, sino como prácticas de activación de distintas formas de afirmación de la vida (Jaramillo, Parrado y Torres, 2017). Las perspectivas etnográficas sobre la reinvención de lo cotidiano desde lo afro, la defensa de la vida, el territorio, la dignidad y el ser (Quiceno, 2016; PCN, 2007). Las reflexiones críticas sobre las tecnopolíticas de la paz (García Arboleda, 2019; Buchely, 2020). Las conceptualizaciones que derivan de sujetos estudiosos, líderes y lideresas renacientes y defensores y defensoras de sus propios territorios, para quienes la apuesta central es vivir con dignidad y en paz7. Finalmente, las que emergen desde una psicología social-comunitaria, donde el acento de la paz está en la construcción de subjetividades políticas para la vida (Tovar, 2019).
1.4 CODA: LA PAZ COMO SIGNIFICANTE FLOTANTE
Se ha reiterado a lo largo de este capítulo que, si bien existe una construcción de paz hegemónica como discurso unívoco y doctrinal, desde las lecturas críticas se reconocen formas de construcción de paces contrahegemónicas que aluden a la posicionalidad crítica de la lectura de las experiencias, a los universos diversos que responden a necesidades concretas, a la respuesta ontológica propia de las y los marginados y excluidos. No obstante, también reconocemos que no basta con realizar un inventario o taxonomizar las versiones o entradas críticas de diferentes procedencias y tradiciones, sino de hacer legibles sus elementos constitutivos, en cuanto que la paz emerge como un significante flotante caracterizado por la pluralidad, la multiacentualidad que articula desde lo local la imaginación moral y geográfica (Peña, 2019), o, en términos más amplios, un referente o significante maestro que organiza lo pensable y estructura la imaginación política y teórica (Restrepo y Rojas, 2010).
En este sentido, es importante señalar que la paz, en tanto significante, no puede ser pensada sino por su condición relacional y no esencial, en la medida que está sujeta a redefinición y apropiación constantes. En palabras de Hall (2015):
Los significantes se refieren a los sistemas y conceptos de la clasificación de una cultura, a sus prácticas de producción de sentido. Y estos aspectos ganan sentido no por causa de lo que contienen en sus esencias, sino a causa de las relaciones cambiantes de diferencia que establecen con otros conceptos e ideas en un campo de significación. (p. 7)
La paz, por tanto, se constituye en un paraguas categorial que puede agrupar tanto las variopintas apuestas teóricas y experiencias, como también encerrar su propia ambigüedad e indefinición.
Si bien su capacidad de articulación le suministra potencia política, si realizamos una lectura en detalle, la paz también puede servir como un comodín epistémico que muestra el traje adecuado en las “pasarelas” teóricas del momento. Desde la apuesta que se motiva en este proyecto editorial, se reconoce ello y se asume una condición reflexiva y coparticipante con los procesos sociales que se acompañan, o de los que se hace parte, a partir de una lectura que interpreta, historiza y valora los proyectos que se movilizan desde diversos lugares de enunciación.
Sin embargo, las aperturas que se generan en la propuesta editorial también son susceptibles de ser interpeladas a partir de una crítica de la crítica o, en términos de Bourdieu y Wacquant (2008), de una reflexión de la reflexión. En este orden, las diversas expresiones que se pueden agrupar en el marco de las polifonías o paces en plural, como se señaló líneas atrás, remite a un significante flotante del concepto como condición de posibilidad de la indefinición que representan, lo cual, por una parte, acentúa aún más la potencialidad de las articulaciones estratégicas en la diversidad, y por otra, hace susceptible la lectura de fenómenos de diferentes raigambres, incluso contrapuestos.
A lo largo del libro desfilan una plétora de corrientes, posibilidades y opciones desde las que se apalabra la paz. La expresión de la paz como un concepto en disputa nos puede ayudar a entender las discusiones que se ciernen sobre determinadas nomenclaturas a partir de las cuales se construye un orden que jerarquiza, asume el control de los significados y les asigna un valor a las experiencias (Foucault, 1987). Lo fundamental aquí es que se ha querido avanzar en un ejercicio colectivo de conversaciones disruptivas en el que se problematizan las versiones hegemónicas de la construcción de paz, fundamentalmente sustentadas en el paradigma liberal y las políticas de producción de la teoría, derivadas o subyacentes, que han permitido la consolidación de monopolios teóricos en los que reposan algunas verdades apodícticas; lugares de enunciación incuestionables que construyen una superioridad moral y un tamiz categorial de conocimiento eurocentrado como único horizonte posible para entender la paz (Castro-Herrera, 2020).
1.5 LA AVENTURA INCONCLUSA DE ESTE LIBRO
Los siete textos que integran el libro buscan desafiar los lugares comunes de enunciación de este modelo de paz liberal y de un campo de estudios que habitualmente poco se profana. Y lo hacen, precisamente, al mostrar que, en contraposición a un enfoque pretendidamente dominante y hegemónico, se encuentran unas luchas político-epistémicas y unas prácticas de insubordinación desde las subalternidades del sur global, las cuales son marginalizadas o instrumentalizadas en sus alcances y singularidades, por los centros de pensamiento de la paz nacionales y globales.
El cometido del libro es, por tanto, mostrar los alcances de lo que podríamos denominar pequeñas pero contundentes fisuras al paradigma liberal omnicomprensivo contemporáneo, señalando cuáles son las conceptualizaciones, temporalidades y epistemologías emancipadoras de paz que se están urdiendo desde el sur.
El libro se divide en tres partes. La primera parte, titulada Conceptos en disputa, busca examinar las distintas aristas críticas a la paz liberal, transitando desde una visión estandarizada de la paz, pretendidamente