Historia de la República de Chile. Juan Eduardo Vargas Cariola

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Historia de la República de Chile - Juan Eduardo Vargas Cariola Historia de la República de Chile

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núcleo urbano de Valdivia, 981 habitantes para Osorno y 249 para La Unión. Las confiscaciones de dineros, alhajas y ganados y la imposición de contribuciones forzosas a las familias realistas de la elite originaron un manifiesto empobrecimiento de ellas. Ramona Henríquez de Agüero, la mujer más rica del Chile austral, tenía en el primer decenio del siglo XIX una fortuna estimada en 100 mil pesos. El inventario de sus bienes hecho después de su fallecimiento en 1828 arrojó un capital de poco más de 14 mil pesos. Suerte parecida sufrieron las familias patriotas. El hacendado Antonio Manrique de Lara, el más rico propietario de Los Llanos, fue víctima de los abusos protagonizados tanto por las tropas patriotas como por las realistas, que se apoderaron de sus caballos para el servicio de las armas y de su ganado para la alimentación de los contingentes. Cuando Rodulfo Amando Philippi lo conoció, ya anciano, estaba tan empobrecido que, según anotó el científico alemán, quedó “feliz cuando yo después de una visita le rogué que llevara un poco de yerba mate y azúcar”273. Las amenazas de invasión procedentes de Chiloé, más las revueltas locales y la anarquía del ejército patriota no hicieron sino acentuar el mal. Las actividades industriales, como los hilados de Osorno, los aserraderos, la construcción naval, la molinería y las curtiembres, también experimentaron una sensible decadencia. Parecido descenso se advierte en las actividades comerciales, con la quiebra de importantes mercaderes y el traslado de otros a la zona central del país274. Tan grave como lo anterior fue la emigración de muchos miembros de la elite: 42 al menos a Lima; tres a España; 26 a Santiago y cuatro a Valparaíso275. Todos los informes de los intendentes subrayan el estado de miseria de la provincia y de la ciudad, incrementado por los terremotos de 1835 y 1837, imagen que coincide con las impresiones de los viajeros y de los primeros alemanes que llegaron a la región, como Bernhard Eunom Philippi. A Rodulfo Amando Philippi, quien viajó a Valdivia en 1852, cuando ya se estaban incorporando los inmigrantes alemanes, la imagen de decadencia no le resultó menor276. Con todo, entre 1820 y 1850 habían llegado 145 extranjeros, alemanes, españoles, italianos, franceses e ingleses, entre otros, muchos de los cuales, como ocurría en el resto del país, contrajeron matrimonio con mujeres de la localidad277.

      Y Domeyko dejó un sabroso retrato de un amigo alemán llegado a Chile impulsado por la fiebre minera, que, cansado de los secos parajes del norte, optó, impulsado “por su fértil imaginación”, por los bosques húmedos del sur, y se instaló en la Isla del Rey:

      El proceso colonizador, que originó variadas proposiciones sobre la mejor forma de llevarlo a cabo, fue, desde el punto de vista administrativo, un modelo de improvisación. El gobierno desconocía algo tan obvio como la localización y la extensión de las tierras fiscales en que aspiraba a establecer a los inmigrantes. Y lo que suponía que eran tierras de esa naturaleza eran de propiedad de particulares. Esto, como era evidente, debía entorpecer el establecimiento de los colonos, lo que en efecto ocurrió. Pero la historiografía, sobre la base de las afirmaciones de Vicente Pérez Rosales contenidas en sus amenísimos y poco confiables Recuerdos del Pasado, adoptó el punto de vista de este:

      Los especuladores, que solo buscan la más ventajosa colocación de sus caudales, solo vieron en la futura inmigración la feliz oportunidad de acrecerlos, y sin perder momentos, comenzaron a hacerse de cuantos terrenos aparentes para colocar colonos se encontraban en la provincia.

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