El misterio del tatuaje flotante. MJ Villamancebo
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Читать онлайн книгу El misterio del tatuaje flotante - MJ Villamancebo страница 11
Zoe se volvió, abrió el armario y cogió ropa que metió en una bolsa de viaje. Tiempo que uso Pelayo para vestirse y tranquilizarse.
-Cariño... -Intento decirle.
-Pelayo, me voy al trabajo, te están vigilando, así que ten cuidado con lo que te llevas -Dijo Zoe, en el mismo tono autoritario que usaba el Comandante Amat, y continuo diciendo -Mañana te quiero fuera de mi vida para siempre, tienes 24 horas.-
Y salio por la puerta de la habitación, cogió su bolso, y salio por la puerta del piso.
-Tengo que cambiar la cerradura -dijo al cerrar la puerta.
Una inmensa alegría le lleno su cuerpo. Estaba descolocada. Estaba feliz. Pero debía estar triste. Acababa de romper su relación de varios años. -Cuando se lo cuente a Katia, no se lo va ha creer. No me lo creo ni yo.-
Y hacia la casa de Katia fue.
Tenia que contárselo todo. Y tenia que pasar la noche en algún sitio. Donde mejor, que en casa de su adorada amiga, casi hermana.
Toc, toc. Sonó la puerta del despacho del Comandante Amat.
-Pase -dijo este
-Te he visto muy entretenido, esta mañana, en el laboratorio. -Dijo el Teniente Ansuez.
-Si, han descubierto algo...algo que no tiene lógica, y van a comprobar si es correcto.-
-Y... ¿por eso no has ido en toda la tarde?. -Pregunto Ansuez.
-Teodoro... esto es mas difícil de lo que pensaba -Comenzó Ramiro a contarle a su viejo amigo.
-Fascinante -Respondió este, como si le estuviera haciendo un perfil psicológico a su amigo.
-Si, fascinante -dijo Amat. -Pero ¿sabes lo mas extraño? La Dra. Alcalá no para de sorprenderme, y siento mucha atracción hacia ella. -Confeso, por fin, el Comandante.
-¿Que le has dicho, exactamente? -Pregunto preocupado el Teniente.
-Tranquilo, viejo amigo -Continuo relajado Amat -le he dicho que si tiene la costumbre de llegar a casa a las 20:30 horas, que hoy se fuera una hora antes.-
-Estaría con la otra -Dijo preocupado Ansuez -¿Y si le da un ataque de celos y hace una locura?-
-Pues lo ocultaremos -dijo Ramiro, dándose cuenta de lo que podía ocurrir.
-No podemos hacer eso -Reclamo Ansuez.
-Tendremos que hacerlo -dijo Ramiro -es la mejor en su área.-
-Ramiro -dijo cabreado Ansuez. -¿que vamos a hacer?, te podías haber callado.-
-Si, llevas razón, pero...- dijo pesaroso el Comandante
-¿Pero que, Ramiro? -Pregunto Teodoro.
-Es una mujer excepcional, brillante, amorosa, muy cariñosa, amable,... no lo he podido evitar. Me muero de pensar que ese...,ese..., la engaña.- Confeso Ramiro Amat.
Ansuez lo miro con cara de no creer lo que le estaba diciendo y le dijo. -¿No querrás decir, la toca, la besa, le hace el amor...?-
Ramiro lo miro con cara de asombro, al descubrir lo que su amigo acababa de insinuar.
-Ramiro, ten cuidado, aunque estés disponible, no te puede tocar. ¿Lo has olvidado? -Recordó Ansuez.
-Ya... como para olvidarlo -y se sumió en sus pensamientos. -Soy viudo, no idiota.-
Ansuez, sin escuchar lo que acababa de decir, dijo -Voy a ver si hay novedades en las vigilancias. Si hay algo nuevo, te aviso. -y cerro detrás de si la puerta, dejando al Comandante perdido en sus recuerdos y sueños.
Capítulo VII
El despacho de Zoe
-Buenos días -Dijo feliz el Comandante, al atravesar la puerta y ver al equipo.
-Buenos días -Le respondieron.
-Estás de buen humor hoy, Comandante -Afirmo Abigail.
-Si, Dra. Pacheco. Estos días estamos progresando mucho, y hoy tengo esperanza. Una esperanza que no tenia cuando los conocí. -Respondió el Comandante Amat, aunque en realidad lo que pasaba era que sabia que Zoe había pasado la noche en casa de Katia, y que Pelayo estaba sacando sus cosas de casa. -Si, tengo esperanza. -Se repitió para si mismo.
-Buenos días -Dijo Katia, cuando Zoe y ella entraron.
-Buenos días -les respondieron.
El Comandante miraba a Zoe, tratando de averiguar como estaba, como le había afectado su reciente ruptura.
-Buenos días Comandante -Le dijo Zoe cuando se dio cuenta. -¿Tienes algo para enseñarme, aparte del café que te estas tomando.?-
-¿Quieres uno? Te noto un poco cansada, ¿No has descansado bien? -Le pregunto el Comandante.
Zoe se puso frente a él con los brazos cruzados, aparentando enfado, aunque no era así, y le dijo
-Sabes que no me gusta el café...,solo su olor... y sabes lo que pasa, por que nos tienes vigilados a todos... No te hagas el listillo.-
-Y...¿Como estas?- pregunto el en voz baja, para que no lo oyera el resto del equipo que estaban trabajando.
-Bien... mejor de lo que pensaba. Gracias. -Susurro ella.
-Si necesitas descansar, dímelo, te presto mi cama cuando la necesites. -Dijo el acercándose peligrosamente al oído de Zoe. Cosa, que le acelero el corazón a ella.
-Gracias -Acertó a decir -Estoy bien.-
-Chicos, me voy. -Dijo el Comandante dirigiéndose hacia la puerta. -En el office tenéis donut, que ha traído Ansuez hace un rato.-
-Yo quiero -Dijo Raúl, dirigiéndose hacia la puerta.
-Raúl, tráeme uno, que no puedo ir ahora. -Dijo Irma mientras desmontaba la impresora.
-Otro para mi. -Dijo Katia
-Yo también quiero. -dijo Roque, que se dirigía a la mesa de Zoe con un montón de libros.
-Vaaale...,