El misterio del tatuaje flotante. MJ Villamancebo

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El misterio del tatuaje flotante - MJ Villamancebo

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vez que quiero mirarlo, ahí esta.-

      -Vale... llevabas razón. Lo siento, de nuevo. No pienso hablar de esto con nadie, por respeto a ti, espero que tu hagas lo mismo, y ambos podemos hacer como que no ha sucedido.- Le dijo el

      -Llegas demasiado tarde,... ya se lo he dicho a Katia. -Dijo ella con resignación, aceptando sus disculpas.

      -¿De verdad? ¿Es que entre vosotras dos, no hay ningún secreto?- Dijo el enfadado. -Yo quería salvaguardar tu intimidad y tu ¿la pregonas a los cuatro vientos?-

      -Katia no es un periódico, ella guardara el secreto. -Contesto en el mismo tono que el.

      -Pero de verdad ¿se lo tienes que contar todo? Ayer cuando dejaste a tu ex- novio, te fuiste corriendo a su casa, a contarle todo. -Dijo el muy enfadado.

      -Y a ti ¿QUE TE IMPORTA, LO QUE YO HAGA CON MI VIDA?. Ya se....¿Estas celoso de Katia?... Ah... No me lo puedo creer... ¿PERO QUIEN TE CREES QUE ERES PARA METERTE EN MI VIDA? YO LE CUENTO LO QUE QUIERO, A QUIEN ME DA LA GANA. -Esto ultimo fue gritando.

      El teléfono de Zoe sonó sobre la mesa, y los dos se quedaron mirándolo como si no lo hubieran visto en la vida.

      -ES TU CONFIDENTE -Grito Amat.

      -DA IGUAL, NO VOY A COGÉRSELO -Grito Zoe.

      -Es tu amiga, amiguísima, cogelo y cuéntale lo que hacemos ahora mismo. Con detalles. -Dijo muy enfadado Amat.

      -Haré lo que me de la gana, TU NO ME MANDAS.-

      -¿Como que no? YO SOY TU JEFE. -Dijo Amat, y al ver la cara de Zoe, continuo hablando, arrepintiéndose de haberlo dicho. -Y llevas razón, aunque sea tu jefe, no soy quien para meterme en tu vida.-

      El silencio que se hizo entre ellos fue demasiado intenso.

      De repente, volvió a sonar el teléfono.

      -Es Katia, de nuevo. Estará preocupada. -dijo en un tono mas calmado Amat.

      -No pienso cogerlo. Me ha dolido que se riera, cuando le he contado lo que ha ocurrido- Dijo ella, en un tono mas calmado también.

      -Deberías llamarla, ha llamado dos veces, y teniendo en cuenta... que yo soy un peligro andante..., es muy posible que este preocupada. -Dijo el, en un tono conciliador, que hizo, que la furia que se estaba apagando en Zoe, volviera a crecer.

      -Que dejes de meterte en mi vida. Que hablare con ella, CUANDO ME DE LA GANA -le respondió ella.

      -Te he pedido perdón, VARIAS VECES, POR CIERTO. Y tu continuas gritándome- Dijo Amat bastante enfadado de nuevo.

      Y comenzaron, de nuevo, a discutir.

      Cuando estaban bien metidos en la discusión, sonó, de nuevo el teléfono de Zoe.

      Estaba cerca, de donde estaba Amat.

      -ES TU CONFIDENTE, OTRA VEZ. YA VAN TRES VECES - Dijo Amat muy enfadado.

      -QUE NO PIENSO COGERLO. - Grito Zoe.

      -Lo cojo yo -Dijo Amat cogiendo el teléfono.

      -NOOOO...- Grito Zoe, pero ya era muy tarde. Amat estaba escuchando.

      -Ya no me rió, pero no me negaras, de que es una situación con cierto potencial sexual. Si los tatuajes no fueran una muerte segura, ¿a que lo habríais hecho?- Dijo Katia, pensando que hablaba con Zoe.

      -Es lo que a mi me habría gustado- dijo Amat, con un tono muy seductor, que puso a Zoe en alerta.

      -AMAT -Grito Katia- ¿DONDE ESTA ZOE?-

      -En su despacho, no te preocupes, esta en buenas manos -y colgó el teléfono.

      -¿Que ha dicho Katia? -Pregunto Zoe con intriga.

      -Nada que no supiera. Lo único que ha echo, ha sido confirmar lo que pensaba. -Dijo intentando poner cara enfadado, pero se le veía feliz.

      Zoe estaba muy confusa. -Explícate Ramiro -Le exigió.

      -No...me...da...la...gana. He cogido yo el teléfono. La próxima vez lo coges tu. Ah, si... Si tu no querías hablar con ella. -Amat estaba disfrutando con la discusión, y ahora se comportaba como un adolescente, y eso tenia totalmente descolocada a Zoe.

      -ERES IDIOTA. - Soltó Zoe.

      Amat soltó una carcajada que dejo a Zoe fuera de juego.

      Y riéndose se fue hacia la puerta.

      -RAMIRO -Grito Zoe.

      -Lo siento, de nuevo. Te ruego que olvides todo lo ocurrido en esta noche. Yo haré lo mismo. Para mi, nunca ha ocurrido. Lo que acaba de ocurrir, tampoco ha ocurrido -Dijo Amat mientras salia del despacho de Zoe, con una sonrisa.

      Y Zoe de repente comprendió lo que pasaba.

      Amat había convertido la vergüenza en ira, hasta el punto, de que ella lo había tratado como a un igual, y no como a su superior. Y así, había perdido también la vergüenza.

      Zoe, salio corriendo tras el. -RAMIRO, CONSEGUIREMOS LIBERARTE, LO PROMETO- Le grito en medio del pasillo.

      Amat, se volvió, y la miro,... y vio que sonreía.

      El deseo de ir hacia ella y besarla era casi indomable.

      Consiguió controlarse, le sonrió y se fue a su despacho. Le costo mucho evitar la tentación, pero era mejor así.

       Capítulo VIII

      Sueños

      La noche fue larga. La ultima vez que miro el reloj, eran la 5:30.

      Todavía faltaban un par de horas, por lo que se acomodo de nuevo en el sofá, y se quedo profundamente dormida.

      Miro a su alrededor, y estaba de nuevo en la habitación donde vio por primera vez a Amat, a Thoth.

      Y se miro.

      Zoe, era la mujer de la que Amat-Thoth estaba enamorado.

      -Eres demasiado hermosa, no se ni como he conseguido que te enamoraras de mi. -Dijo Thoth detrás de ella.

      Se volvió y él la abrazo muy fuerte, y la beso apasionadamente.

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