El valor histórico-arqueológico del mar. Alberto Gullón Abao

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El valor histórico-arqueológico del mar - Alberto Gullón Abao

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Marítima de España 1862 Y 1876. Biblioteca Museo Naval de San Fernando.

      Estado General de la Armada (1786-1820). Biblioteca Virtual de Defensa.

      Cartas que unen océanos: la comunicación postal marítima entre la Península y América en el siglo XVIII

      Universidad Pablo de Olavide

      Introducción

      El análisis subraya la relevancia de la correspondencia postal marítima para el gobierno de los imperios ultramarinos, donde estableceremos un diálogo entre distintos estados imperiales (británico, hispánico y portugués) que en el siglo XVIII impulsaron medidas reformadoras de sus sistemas postales entre las metrópolis y sus colonias, haciendo hincapié en el imperio hispánico bajo el gobierno de la monarquía borbónica. Además, en él se reflejan los obstáculos y oposiciones a los que se tuvieron que enfrentar dichos proyectos de reforma postal en la Península y en América.

      Los sistemas postales, estructuras por donde circulaba la información, eran clave para el gobierno de cualquier imperio. La red postal tenía un papel fundamental en la administración gubernativa que intentó hacerse con el mando de la misma para procurar controlar los distintos espacios del Imperio. Situación todavía más evidente en el caso de los imperios ultramarinos que concedieron al correo un espacio muy relevante de su autoridad como medio para aspirar a un gobierno más directo y efectivo de sus colonias americanas. En nuestra investigación hay un continuo diálogo entre el imperio hispánico y los imperios británico y portugués con el objetivo de detectar las semejanzas y diferencias, pero también para advertir el funcionamiento, canales y modelos que surgían y desaparecían en un contexto mundial entre los diferentes modelos de soberanía.

      El modo y el alcance de la transmisión de la información en los imperios ultramarinos ha sido objeto de estudio por algunos autores que han tratado, por ejemplo, el caso de los imperios portugués y británico. Estos resaltan la relevancia que tenían los servicios postales para la gestión y dirección del Estado y destacan la necesidad que tenían estos imperios en tener una comunicación organizada, rápida y eficaz para el dominio de sus territorios y para ampliar su ambición de situarse en una posición estratégica frente a los demás Estados (Zilliacus, 1964; Steele, 1986; Kielbowicz, 1989; Lagecardoso, 1999; Sobral Neto, 2005; Dierks, 2009; O’neill, 2014; Le Roux, 2014; Dubcovsky, 2016; Raymond et al., 2016; Guapindaia, 2017; Salvino, 2018). La historiografía que se centra en las comunicaciones postales del imperio hispánico se focaliza más en el estudio del aparato administrativo y en el análisis de los reglamentos e instrucciones que derivaban desde la Metrópoli hacia las colonias, lo que posibilita un conocimiento mayor de la historia institucional en relación a los sistemas postales (Alcázar Molina, 1920; Garay Unibaso, 1987; López Bernal, 2011; Vallejo García-Hevia, 2015). Esto supone una ventaja porque sienta las bases para la realización de un estudio más profundo de la práctica que se ejecutaba en el correo, los problemas y resistencias a los que se enfrentaban en su manejo y la realidad económica, política y social que lo envolvía. Algunos de estos aspectos están siendo tratados últimamente por distintos investigadores (Lamikiz, 2010; Brendecke, 2012; Sellers-García, 2013; Castillo Gómezy Sierra Blas, 2014; Araneda Riquelme, 2017; González Martínez, 2017; Moreno Cabanillas, 2017).

      Uno de los momentos clave donde se plasmó este interés fue durante el siglo XVIII, cuando las monarquías europeas comenzaron a ser conscientes de la necesidad de centralización para ejercer un gobierno más directo y efectivo sobre sus dominios. Esto se produjo en el imperio hispánico bajo el contexto de las reformas borbónicas cuando la monarquía trató de organizar y centralizar el correo ultramarino mediante planes y proyectos con el fin de dominar la información para implantar un nuevo modelo de gobierno más ejecutivo y con mayor supervisión desde la Metrópoli (Paquette, 2008; Kuethey Andrien, 2014; Gelman, Llopis y Marichal, 2014; McFarlane, 2014; Pearce, 2014; Astigarraga, 2015; Eissa-Barroso, 2017). A partir de entonces se abrió un camino de numerosos proyectos reformistas en el territorio peninsular y en el americano bajo el gobierno borbónico que, no obstante, fueron discontinuos e ineficaces en su mayoría y con diferentes grados de intensidad y de éxito. Además, estos pretendidos cambios se encontraron con fuertes reacciones locales que actuaban como determinantes en el diseño, la modificación y la aplicación de las medidas. Estas resistencias y oposiciones derivaban generalmente de intereses particulares de los agentes en conflicto (comerciantes, militares, etc.) y de una constante pugna entre poder central y local que se manifestó principalmente en los territorios americanos. Esto es algo que también ocurría en los otros imperios donde también existía una gran diferencia entre la norma y la práctica reflejada en obstáculos ,tales como: los constantes fraudes, el contrabando y el choque entre las distintas redes sociales que pretendían sacar el máximo beneficio conforme sus intereses. Estos Estados mantenían su poder a través de un proceso de negociación y conflicto entre los distintos interesados y la ruptura de este equilibro, debido en gran parte al afán de control del gobierno, lo que conllevó la decadencia de los imperios ultramarinos.

      Comunicación marítima en los imperios ultramarinos

      La circulación de la información es un elemento clave para establecer conexiones globales y el correo un medio esencial para conectar lugaresy contextos geográficos alejados por las vastas distancias, como es el caso de los imperios europeos y sus colonias ultramarinas.

      Estas interacciones tenían lugar en zonas marítimas donde el inmenso espacio del mar y sus orillas poseían un valor estratégico muy importante para los Estados imperiales (Martínez Shaw, 2010). En nuestra investigación se focalizan en el espacio Atlántico donde se sucedieron una gran cantidad de conexiones ultramarinas que no solo eran unidireccionales, es decir, que no solo se dirigían de las metrópolis a las colonias, sino que eran multidireccionales, pues se produjeron también entre distintas zonas ya fueran intercoloniales, extraimperiales, etc. (Gruzinski, 2010). En este contexto ultramarino, los puertos marítimos constituían una parte esencial para el desarrollo de dichas conexiones, como es el caso de Cartagena de Indias, ámbito espacial de nuestra investigación, debido a que constituía uno de los principales puertos fortificados en el siglo XVIII del imperio hispánico en América y una zona de entrada y salida no solo del comercio, sino también de la comunicación hispanoamericana. Por eso, Cartagena era un punto esencial en las relaciones con la Metrópoli, con otros espacios del Virreinato de Nueva Granada y también con otras potencias extranjeras que acechaban a la región del Caribe, zona crucial de conexiones globales y atlánticas (Brown, 2015).

      Al ser una ciudad portuaria, Cartagena de Indias requería de infraestructura

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