Podología. Martín Rueda Sánchez

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Podología - Martín Rueda Sánchez

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los estudios acerca de los aspectos dinámicos del pie se han visto favorecidos con la incorporación del vídeo y la computerización, que nos ayudan a entender el gesto y analizarlo con detalle. En este sentido hay que mezclar adecuadamente los conceptos clínicos y los físicos para tener un conocimiento lo más aproximado posible de la cinemática del pie, viéndolo consecuentemente más integrado en cadenas de trabajo que como apéndice aislado.

      Empíricamente consideramos el pie como un elemento servoamortiguador dotado de la resistencia suficiente para propulsarnos a veces de forma vigorosa y a veces de forma sutil y delicada, cuyo trabajo enlaza con estructuras superiores de modo que no es fácil interpretar el movimiento de manera aislada.

      Es capaz de pasar de un comportamiento tridimensional de bóveda a uno simple de palanca sin perder el sincronismo con el resto de los movimientos de la cadena, cuyas piezas integrantes combinan a la perfección los movimientos de flexión, extensión, rotación y torsión.

       El estudio del pie debe hacerse siempre en relación con el resto de la cadena

       CRITERIO BIOFÍSICO DE NORMALIDAD DE LA EXTREMIDAD

      Éste define la relación física ideal entre los segmentos óseos del pie y de la pierna para obtener la máxima eficacia funcional durante la estática o la dinámica.

      La pierna se sitúa en posición vertical en relación con el suelo.

      La rodilla, el tobillo y la articulación subastragalina se sitúan en planos transversos paralelos a la superficie que soportan, y consecuentemente, al suelo.

      Los planos inferiores de antepié y retropié son paralelos entre sí y también al plano del suelo, y perpendiculares al eje de la pierna.

      Obviamente estas relaciones ideales resultan a veces raras de encontrar en individuos normales, por lo que a partir de este criterio aproximativo convenido podremos observar variaciones asintomáticas producidas por mecanismos acomodativos o compensatorios entre segmentos, cuya calificación patológica corresponde al profesional, debiendo ser tomadas en la forma expuesta simplemente como referencia orientativa para el estudio.

       RECORDATORIO SOBRE EL EJE DE CARGA DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES Y ALTERACIONES MÁS FRECUENTES

      Para la valoración del eje de carga de las extremidades inferiores podemos tomar como válida la proyección de Mickulicz, o eje imaginario situado desde el centro de la cabeza femoral hasta el suelo, a través del centro del cuerpo astragalino.

       Eje de Mickulicz situado en el plano frontal

       Proyección plantar del eje de Mickulicz

       Esquema de la posición de equilibrio estático de la extremidad: las fuerzas de acción o peso y de reacción o resistencia del suelo a nivel del antepié recaen en los metatarsianos centrales como estructuras más fijas

      Con el paciente en bipedestación, visión frontal, este eje baja inclinado de arriba a abajo y de afuera hacia adentro unos tres grados en relación con la vertical transcurriendo desde el centro de la cabeza femoral hasta proyectarse en el plano de apoyo a través del centro del cuerpo astragalino. La diáfisis femoral formaría un ángulo de 5 a 7 grados, siendo en cambio coincidente con la tibia.

      El cuello del fémur se orienta unos 15 grados en un sentido anterior en relación con los cóndilos femorales, aumentando este valor en la antetorsión femoral y disminuyendo en la retrotorsión.

       Ángulo de antetorsión femoral

      Situando el eje de Mickulicz en un plano anteroposterior o sagital, en él se producirán los movimientos de flexoextensión de la cadera, rodilla, articulación tibiotarsiana y articulaciones meta-tarsofalángicas e interfalángicas, mientras que en el plano frontal se producirán las variaciones del ángulo cervicodiafisario (coxa vara o coxa valga), los desplazamientos en abducción y aducción de la rodilla, o genu varo y valgo, así como las desviaciones del eje del talón en varo y en valgo y las del metatarso en pronación y supinación, o de los dedos en rotación sobre su eje longitudinal. Las desviaciones que podremos encontrar en el plano horizontal serán las referentes al fémur en antetorsion o retrotorsión, a la tibia en variaciones en su ángulo de torsión, o del antepié en abducción o aducción, y de los dedos en clinodactilias.

       Eje de Mickulicz situado en el plano anteroposterior o sagital

       PLANO ANTEROPOSTERIOR O SAGITAL

      Con el paciente en bipedestación, visión lateral, observaremos la situación de la rodilla, que puede encontrarse por detrás o por delante del eje de carga, es decir, en genu recurvatum y en genu flexum.

       Genu flexum Genu recurvatum

      El pie puede asimismo presentar variaciones en el mencionado plano lateral o sagital, como equino, talo, cavo y plano.

      Hablaremos de equinismo cuando el antepié queda en un plano inferior al talón, en posición de plantiflexión, con aumento del arco plantar por inflexión de la art. mediotarsiana y la art. tibiotarsiana en sentido caudal. Habrá lógicamente una elongación de la musculatura pretibial.

      Entenderemos por pie talo la posición permanente de la art. tibiotarsiana en flexión dorsal, de manera que el antepié no contacte con el suelo, existiendo por tanto una insuficiencia o parálisis de la musculatura de la pantorrilla.

      Habrá pie cavo cuando exista un aumento de la bóveda plan-tar con aproximación del antepié y del retropié, y la lógica retracción de la musculatura plantar y de la fascia. El hueso escafoides estará situado por encima de la línea de Feiss y el ángulo de Costa Bartani será inferior a sus valores normales (124-126°). El arco externo no contactará sobre el suelo por la elevación

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