Podología. Martín Rueda Sánchez

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Podología - Martín Rueda Sánchez

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deformidad opuesta, es decir, la disminución del arco plantar por debajo de sus valores normales, con aumento del ángulo de Costa-Bartani y el escafoides situado por debajo de la línea de Feiss.

      Las desviaciones de los dedos en este plano serán su situación en garra, ya sea proximal, distal o completa.

       Equino Talo

       Cavo Plano

       PLANO FRONTAL

      En lo que se refiere a la cadera, ésta puede encontrarse en varo (coxa vara) o en valgo (coxa valga) según el ángulo cervicodiafisario se encuentre por debajo o por encima de sus valores normales (130º).

       Coxa valga Coxa vara

      Con referencia a la rodilla, ésta puede estar desalineada medialmente situándose por dentro del eje de Mickulicz, con lo cual el paciente con las rodillas juntas no puede unir los pies, adoptando las piernas forma de equis, lo que llamaremos genu en valgo, o por fuera de dicho eje, con piernas en paréntesis, en cuyo caso hablaremos de genu en varo.

       Genu en valgo Genu en varo

      La tibia, que debe coincidir con el eje, puede también presentar variaciones. Si forma un arqueamiento de convexidad inter-na, hablaremos de tibia valga, pero si la convexidad es externa, estaremos ante una tibia vara.

      La visión posterior del paciente nos evidencia las desviaciones del eje del talón o línea de Helbing, que puede adoptar las variaciones posturales en valgo o en varo. Será un calcáneo valgo cuando el eje vertical del talón y la línea de la tibia forman un ángulo de vértice interno, y varo en el caso contrario.

       Tibias en varo Tibias en valgo

       Retropié varo Retropié valgo

      El antepié o región metatarsodigital puede situarse en pronación y en supinación, y los dedos pueden adoptar rotaciones sobre su eje longitudinal en varo o en valgo. Será un antepié supinado cuando a partir de las articulaciones mediotarsianas la planta se eleve internamente, mirando hacia la línea media del cuerpo, manteniéndose el talón en posición neutra. Existirá por tanto una insuficiencia del peroneo lateral largo. Por el contrario, hablaremos de pronación del antepié cuando la región metatarsiana esté situada en rotación externa, es decir, el plano del primer metatarsiano sea inferior al del quinto. Un ejemplo claro es la parálisis del tibial anterior.

       Antepié en supinación Antepié en pronación

       PLANO HORIZONTAL

      En este plano podemos encontrar variaciones del ángulo de antetorsión del cuello femoral cuyo valor normal será de 15 a 18º, siendo el valor de la amplitud del movimiento de la cadera unos 90º, con una rotación externa de 10 a 20º mayor que la interna. Cuando este ángulo esté por debajo de sus valores normales, las rodillas se encontrarán en rotación externa y la rotación interna de la cadera se hallará disminuida. El paciente adoptará una marcha en abducción. El aumento de dicho ángulo comportará la situación de las rodillas en rotación interna y la disminución del ángulo de movimiento de la cadera hacia la rotación externa. El paciente, por tanto, marchará con la punta de los pies hacia adentro o marcha en rotación interna.

      Igualmente la tibia puede mostrar variaciones torsionales cuando el eje transmaleolar esté por encima o por debajo de su valor normal, que se sitúa entre los 15 y 20 grados en relación con el plano frontal.

       Rotación o movimiento sobre un eje en el mismo sentido entre los dos extremos. Torsión o movimiento contrario entre los dos extremos

      La región metatarsiana puede estar en aducción o en abducción según que el eje longitudinal del pie (o línea de Meyer) esté angulado con el vértice externo o interno a partir de la art. mediotarsiana.

       Abducción o desalineación del vértice interno de la línea de Meyer. Aducción o desalineación del vértice externo de la línea de Meyer

      Los dedos pueden presentar desviaciones laterales (clinodactilias, o abducciones y aducciones). Para las desviaciones laterales de los dedos tomaremos la denominación de abducir o clinodactilia externa para la angulación con vértice interno de los dedos en relación con sus metatarsianos, y la de aducir o clinodactilia interna para el caso opuesto.

      Lógicamente estas alteraciones posturales difícilmente las encontraremos de forma aislada debido a la interrelación entre los movimientos de las diversas articulaciones, pero siempre habrá una que sobresalga sobre las demás en intensidad o importancia, que vendría a constituir “el nombre propio” de la alteración, quedando así como “apellido” las de menor magnitud.

      Pienso que es importante adoptar una nomenclatura adecuada, pues en el caso del pie, no requiere el mismo tratamiento ni obedece a los mismos factores etiológicos el pie plano-valgo, que el pie valgo-plano, que vendrían a significar dos patologías diferentes y a los que con cierta frecuencia se les aplica la misma identificación.

       Clinodactilia o desviación de los dedos en el plano horizontal

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