Ética demostrada según el orden geométrico. Baruj Spinoza

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Ética demostrada según el orden geométrico - Baruj Spinoza Torre del Aire

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Añádase a esto que esas partes (por la proposición 2) no tendrían nada en común con su todo y que el todo (por la definición 4 y la proposición 10) podría ser y ser concebido sin sus partes, de lo cual nadie podrá dudar que es absurdo. Mas si se supone lo segundo, a saber, que esas partes no retienen la naturaleza de la sustancia, entonces, como se habría dividido toda la sustancia en partes iguales, esta perdería la naturaleza de sustancia y dejaría de ser, lo cual (por la proposición 7) es absurdo.

      PROPOSICIÓN 13

      La sustancia absolutamente infinita es indivisible.

      DEMOSTRACIÓN

      Pues si fuese divisible, las partes en que fuese dividida, o bien retendrían la naturaleza de la sustancia absolutamente infinita, o bien no. Si lo primero, se darían entonces varias sustancias de la misma naturaleza, lo cual (por la proposición 5) es absurdo. Si se supone lo segundo, entonces (como antes) la sustancia absolutamente infinita podría dejar de ser, lo cual (por la proposición 11) es también absurdo.

      COROLARIO

      De esto se sigue que ninguna sustancia y, en consecuencia, ninguna sustancia corpórea, en tanto que es sustancia, es divisible.

      ESCOLIO

      Que la sustancia sea indivisible se entiende de manera más sencilla en virtud de esto, de que la naturaleza de la sustancia no puede ser concebida sino como infinita y de que por parte de la sustancia no se puede entender otra cosa sino una sus-[56]tancia finita, lo cual (por la proposición 8) implica una contradicción manifiesta.

      PROPOSICIÓN 14

      Aparte de Dios, ninguna sustancia puede darse ni ser concebida.

      DEMOSTRACIÓN

      Como Dios es el Ente absolutamente infinito del que no se puede negar ningún atributo que exprese una esencia de sustancia (por la definición 6) y existe necesariamente (por la proposición 11), si se diese alguna sustancia aparte de Dios debería ser explicada por algún atributo de Dios. Y así, existirían dos sustancias con el mismo atributo, lo cual (por la proposición 5) es absurdo. Así pues, no puede darse ninguna sustancia fuera de Dios ni, en consecuencia, tampoco ser concebida. Pues si pudiese ser concebida debería necesariamente ser concebida como existente, pero esto (por la primera parte de esta demostración) es absurdo. Luego fuera de Dios no puede darse ni ser concebida sustancia alguna. Q. E. D.

      COROLARIO I

      De aquí se sigue clarísimamente, I. que Dios es único, esto es (por la definición 6), que en la naturaleza no se da sino una sustancia y que esta es absolutamente infinita, como ya indicamos en el escolio de la proposición 10.

      COROLARIO II

      Se sigue, II. que la cosa extensa y la cosa pensante, o bien son atributos de Dios, o bien (por el axioma 1) afecciones de los atributos de Dios.

      PROPOSICIÓN 15

      Todo cuanto es, es en Dios, y nada puede ser ni ser concebido sin Dios.

      DEMOSTRACIÓN

      Aparte de Dios, ni se da ni puede ser concebida ninguna sustancia (por la proposición 14), esto es (por la definición 3), ninguna cosa que es en sí y que es concebida por sí. Mas los modos (por la definición 5) no pueden ser, ni ser concebidos, sin la sustancia, por lo que solo pueden ser en la naturaleza divina y solo por ella pueden ser concebidos. Ahora bien, nada se da aparte de las sustancias y los modos [57] (por el axioma 1). Luego nada puede ser, ni ser concebido, sin Dios. Q. E. D.

      ESCOLIO

      Los hay que fingen un Dios a la manera de un hombre que consta de mente y de cuerpo y [que está] sometido a las pasiones. Pero cuán lejos vagan de un verdadero conocimiento de Dios es algo que ya consta suficientemente en virtud de las anteriores demostraciones. Mas prescindo de ellos, pues cuantos de alguna manera han considerado la naturaleza divina niegan que Dios sea corpóreo. Lo cual prueban de manera óptima en virtud de que por cuerpo entendemos toda cantidad larga, ancha y profunda, limitada según alguna cierta figura. Nada más absurdo que esto puede ser dicho de Dios, a saber, del ente absolutamente infinito. Sin embargo, al mismo tiempo, con otras razones, con las que se esfuerzan por demostrar esto mismo, muestran claramente que apartan por completo de la naturaleza divina la misma sustancia corpórea o extensa, y sostienen que esta ha sido creada por Dios. Pero ignoran completamente en virtud de qué potencia divina haya podido ser creada, lo que muestra con claridad que no entienden lo que ellos mismos dicen. Yo al menos he demostrado con suficiente claridad, a mi juicio (véanse el corolario de la proposición 6 y el escolio 2 de la proposición 8), que ninguna sustancia puede ser producida ni creada por otra cosa. Además, hemos mostrado en la proposición 14 que aparte de Dios no puede darse ni ser concebida ninguna sustancia, y de aquí11 hemos concluido que la sustancia extensa es uno de los infinitos atributos de Dios. En cualquier caso, para una explicación más completa, refutaré los argumentos de estos adversarios, todos los cuales se reducen a lo siguiente. Primero, a que la sustancia corpórea, en la medida en que es sustancia, consta, según piensan, de partes; por ello niegan que pueda ser infinita y, en consecuencia, que pueda pertenecer a Dios. Y esto lo explican con muchos ejemplos; aduciré alguno que otro. Si la sustancia corpórea, sostienen, es infinita, concíbasela dividida en dos partes. Cada una de esas partes será, o bien finita, o bien infinita. Si lo primero, entonces un infinito se compone de dos partes finitas, lo que es absurdo. Si lo segundo12, entonces se da un infinito dos veces mayor que otro infinito, lo que es igualmente absurdo. Además, si se mide una cantidad infinita mediante partes iguales a un pie, deberá constar de infinitas partes como esa, de la misma manera que si se midiese mediante partes iguales a una pulgada. Y, por tanto, un número infinito será doce veces mayor que otro infinito13. Por último, si se concibe que, a partir de un punto de cierta [58] cantidad infinita, se prolongan hasta el infinito dos líneas, como AB, AC, separadas al principio por cierta y determinada distancia, es cierto que la distancia entre B y C aumentará continuamente y que de determinada pasará a indeterminable.

      Así pues, como estos absurdos se siguen, según piensan, de que es supuesta una cantidad infinita, concluyen que la sustancia corpórea debe ser finita y que, en consecuencia, no pertenece a la esencia de Dios. Un segundo argumento es sacado también de la suma perfección de Dios. Como Dios, afirman, es un ente sumamente perfecto, no puede padecer. Ahora bien, la sustancia corpórea, dado que es divisible, puede padecer; se sigue de ello, entonces, que esta no pertenece a la esencia de Dios. Estos son los argumentos que encuentro en los escritores, con los cuales se esfuerzan por mostrar que la sustancia corpórea es indigna de la naturaleza divina y que no puede pertenecer a ella. Pero en realidad, quien atienda rectamente advertirá que yo ya he respondido, pues estos argumentos solo se fundan en la suposición de que la sustancia corpórea se compone de partes, lo cual ya he mostrado (proposición 12 con el corolario de la proposición 13) que es absurdo. Además, si se quiere sopesar la cosa rectamente, se verá que todos estos absurdos (supuesto que todos sean absurdos, de lo cual ahora no disputo) a partir de los cuales quieren concluir que una sustancia

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