Egipto, la Puerta de Orión. Sixto Paz Wells
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»Estos egregores son entidades que concentran la energía liberada por muchas almas atormentadas, y que después siguen alimentándose y creciendo de ellas, absorbiendo más y más densidad se van tornando tan poderosas que se corre el riesgo de que acaben con esta creación desde dentro de la creación. Hasta los Illuminati que las han usado las temen y por ello las quieren eliminar, como en la historia de Frankenstein.
»El padre Uriel Faundes es el astrónomo más importante de nuestra orden, en noviembre del 2010 comprobó la existencia de un pulso emitido por el centro de la galaxia, tal como lo descubrió la sonda Fermi, de rayos gamma, que estaba anunciando la apertura de un megaportal dimensional que conduciría al planeta y a la humanidad a la cuarta dimensión.
»Resulta que todas mis fuentes, vinculadas tanto a la parte prehispánica como a la esotérica, mencionan que a partir del 21 de diciembre del 2012 se abrió un megaportal planetario tras 25.625 años, coincidiendo con el final de la rueda de los Baktunes de los mayas, lo cual supuso el ingreso de la humanidad y del planeta en otra realidad, una realidad de cuarta dimensión donde todo lo anterior ya no cuenta más que como mera referencia. Y ahora todo será nuevo, diferente y para mejor. Esto supone un panorama similar a cuando nació Nuestro Señor Jesús El Cristo. En esa ocasión también se abrió un portal, aunque diferente, naciendo él en un lugar marginal de la civilización de aquel entonces. Y nació frágil e indefenso, pero protegido por los ángeles, que no se descarta que fueran extraterrestres y la estrella de Belén un ovni, según las investigaciones del cardenal Conrado Balducci.
–¡Qué me dice, padre! –comentó sorprendidísima Esperanza.
–Así es, para qué vamos a andarnos con rodeos, profesora. Nuestro Señor habría nacido bajo la protección de la Orden Blanca u Orden de Melchisedek representada por los Reyes Magos, quienes llegaron a Belén dos años después de que el niño naciera procedentes de los Retiros Interiores; por eso Herodes ordenó matar a todos los niños menores de dos años en dicha ciudad.
»Y así como el niño estuvo en peligro desde muy tierna edad, también la humanidad en este nuevo tiempo que se inicia se encuentra en peligro por una terrible amenaza. Pero hay señales de ayuda provenientes del cielo; como bien sabe ha habido manifestaciones ovni muy contundentes a partir de 1991 en México, hasta el punto de que se la reconoce como la oleada ovni más abundante y continua de la historia planetaria. Y eso estaba anunciado en el Códice Dresde o Códice de los Eclipses de los mayas, donde se hablaba del «retorno de los señores de las estrellas».
»¡Es como si las estrellas del cielo se hubiesen acercado y estuviesen al alcance de la mano pendientes de la humanidad!
Mientras el padre Manuel hablaba con mucho entusiasmo y gran sapiencia, Esperanza miraba hacia el suelo descubriendo sin proponérselo que en la parte central de la iglesia había tres estrellas en forma de Rosa de los vientos distanciadas entre sí, una detrás de la otra perpendiculares en dirección al altar mayor; dos de ellas cerca y con rayos no uniformes; esto es, cuatro rayos principales grandes y los cuatro adicionales cortos o pequeños. La tercera, aparentemente más distante, sí tenía todos los ocho rayos de igual tamaño, y además estaba rodeada de un círculo que hacía como énfasis en ella.
–¡Disculpe, padre Manuel, la interrupción! ¿Se han fijado en que estas tres estrellas del suelo nos recuerdan a las tres estrellas del Cinturón de Orión y a las tres grandes pirámides de Gizeh? ¿Podría ser un mensaje para que tomemos en cuenta la tercera estrella del Cinturón de Orión y la más pequeña de las tres grandes pirámides de Egipto?
–¡Ah sí…! Bueno pero no se preocupe por ello, doctora, y termine de escuchar todo lo que le voy a confiar a continuación!...
»A lo que quería llegar es que la fuerza oscura enquistada en nuestro planeta quiso revertir el proceso de esperanza y concienciación de la humanidad respecto al amor, matando al niño salvador y redentor, pero no lo consiguió. Y ahora que acaba de nacer una nueva humanidad se estaría procurando lo mismo acabando con la esperanza de la gente, inventando crisis económicas donde no las hay, acelerando el cambio climático y enfrentándonos a todos. Y otra forma de revertir el proceso sería abriendo un megaportal dentro del que se acaba de abrir, para generar una implosión. Claro está, ellos evacuarían a todos sus miembros para dejarnos y que seamos eliminados solos.
»Ya lo intentaron con el Gran Acelerador de Hadrones en septiembre del 2008 situado entre Suiza y Francia, queriendo abortar el ‘parto planetario’, pero no les resultó. La Orden Blanca infiltró gente para que no funcionara y el CERN fue saboteado. Hoy por hoy funciona por debajo de su capacidad.
»Considero que los Illuminati podrían estar planeando algo así, aunque quizás menos tecnológico y más ancestral, como… –dijo el padre Manuel.
–¡Una ceremonia de apertura del portal en alguna parte de Egipto tal vez? ¿Quizás en una de las tres pirámides de Gizeh? ¿No es eso lo que estaba pensando, padre? –intervino Esperanza.
–¡Así es! Y al parecer acabas de deducir brillantemente el lugar exacto donde se realizaría el ritual ancestral –sentenció el padre Dante.
–Para entender la trascendencia de la guerra entre la luz y la oscuridad, entre el bien y el mal, entre el orden y el caos, les sugiero que vuelvan al campo de batalla. Vayan a la Línea Sacra de San Miguel, que son siete lugares donde se recuerdan apariciones del arcángel a personas tan especiales como san Patricio, o tan comunes como pescadores, lugares que deberían volver a ser activados para restar fuerza al ceremonial de los Illuminati –añadió el jesuita mexicano.
–¿Activarlos? ¿Cómo, padre Manuel? –preguntó Esperanza.
–¡La oración y la meditación acompañadas de algunos ejercicios de corte energético o paranormal que movilicen las energías serían muy útiles! Y encontrando esos cristales verdes de origen meteórico que, colocados en el momento preciso y en el lugar adecuado, producirán una suerte de restauración, sanación y liberación. Todo a la vez.
–¿Cómo sabe usted, padre Manuel, de la existencia de los cristales verdes? –preguntó inquieta Esperanza.
–El padre Dante me contó lo que ustedes encontraron en la cueva del Paititi. Además, las leyendas irlandesas cuentan que de la frente de Lug o Lucifer habría caído una piedra verde a la Tierra; y en el Antiguo Egipto se habla de las Tablas Esmeralda de Thot el Atlante y de la piedra Benben de Heliópolis.
–Acabo de recordar algo que me dijeron hace un rato en el aeropuerto y que vino acompañado de esta estampita del arcángel Miguel:
«No te preocupes cuando te toque pisar las tres estrellas, eso también estaba previsto, y que no te inquiete cuando tus pasos te lleven a los siete lugares del campo de batalla. Porque, aunque cada batalla ya fue ganada, el costo fue mayúsculo, y aún no ha terminado la guerra. Solo al final el amor en el perdón vencerá».
–Fue el maestro Q’ero, ¿no, Esperanza? –preguntó Dante.
–¡Así es, padre, lo acabo de recordar! ¡Todo encaja!
»Padre Manuel, según usted ¿los cristales verdes cuántos son? ¿Y dónde podríamos encontrarlos? Como sabe, el padre Dante y yo vimos cuatro de ellos en Perú, en la cueva del disco solar en Paititi.
–De