Egipto, la Puerta de Orión. Sixto Paz Wells
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»Cuatro para abrir el portal del Paititi con Pléyades y cuatro para el portal de Egipto de regreso a Orión.
–¡Solo falta encontrar tres, padre Manuel! Porque yo tengo uno en mi poder que unos seres extraterrestres de rasgos felinos nos entregaron a la salida de la cueva de Tepoztlán en México. En esa ocasión vimos descender su nave.
»Algo que encontramos dentro de la cueva activó una llamada y ellos acudieron de inmediato.
–¡Wau, vaya experiencia! Si no la conociera por su obra, doctora, y ahora en persona, pensaría que es un desvarío absoluto.
»En cuanto a los cristales, parece que ya faltan menos –dijo complacido el mexicano.
–¡No me habías dicho nada de ese cristal que tenías en tu poder, Esperanza! –comentó el padre Dante.
–¡Sí, lo siento, no hubo oportunidad! Ahora tomándonos un café se lo explico; tiene que ver con el viaje que hice a México.
»¡Muchas gracias, padre Manuel, por todas sus informaciones! Han sido esclarecedoras en grado sumo.
–Una última cosa, Esperanza. Ellos, los Illuminati, te van a querer usar como «búho» o «lechuza», que era el mensajero y enlace de los dioses del Xibalbá, los habitantes del inframundo. Que tu sabiduría te mantenga libre de toda seducción por parte de esas fuerzas oscuras.
–¡Gracias, trataré de que así sea!
Esperanza y el padre Dante salieron de la basílica, y caminando un poco se sentaron en un café con mesas y sillas en la calle debajo de un toldo. Allí continuaron su conversación, siendo observados en todo momento en la distancia.
–A ver, niña, ¿cómo es eso de que ya tienes en tu poder uno de los cristales verdes que abriría el Portal de Orión? ¿Cómo llegó a ti?
Esperanza le contó al detalle al padre Antonioni toda la aventura del Códice Mexica hasta el momento en que la doctora Victoria Garza le dejó en Chicago el cristal verde que les dieron los seres felinoides.
–¡Dios mío, qué nueva aventura la tuya! Algo había leído, pero no así, con semejante detalle.
–¡Sí, padre, como el salto cuántico vibracional ya se produjo el 21 de diciembre del 2012 todo hace pensar que las élites oscuras están intimidadas! Sabían que una parte significativa del colectivo humano estaba alcanzando un nivel de consciencia más elevado, pero no tenían idea de qué cantidad de almas despiertas hay hasta ahora.
–¡Muy interesante, Esperanza! Por lo que se puede ver los oscuros ya no se ocultan; sus ataques son directos y frontales, aunque todavía hay quienes no son capaces de verlo.
–¡Sin duda, padre! Los ataques van a incrementarse. Van a intentar por todos los medios que la gente no despierte, que los despiertos no puedan comunicarse para no despertar a otros, y que los que ya están conscientes sean vistos como necios o locos. Como pasó en la época de la pandemia del coronavirus. ¿Recuerda?
»Pero hagan lo que hagan, no importa mucho porque el salto cuántico ya se ha producido, es imparable. Una parte creciente de la humanidad ya empieza a contemplar a los animales como semejantes y a respetar a la Madre Tierra.
–¿Y qué has pensado entonces? ¿Vas a ayudar a los Illuminati a abrir el Portal de Orión a riesgo de condenar al planeta y a la humanidad a la destrucción, además de liberar esa fuerza tenebrosa de regreso al cosmos?
–¡Padre Antonioni! Hemos compartido momentos difíciles en el Paititi que permitieron que nos conociéramos en profundidad. Usted sabe cómo soy. ¿Cómo puede pensar que traicionaré a la humanidad, entre los que se encuentran mi familia y mi novio?
»Pero debe haber una forma de ayudar a estos seres a que regresen a su hogar, cambiando de actitud, liberándolos a ellos y a su vez liberándonos a nosotros de ellos.
»No sé cómo, pero siento en lo más profundo de mí que se puede y que eso es lo que se debe hacer.
–¡Dios te ilumine, querida Esperanza! ¿Cuáles son los siguientes pasos que vas a dar?
–Voy a llamar de inmediato a mis patrocinadores para decirles que ciertamente todo apunta a una de las tres pirámides, pero no les revelaré aún que sería la pirámide de Micerinos en Gizeh, que corresponde a la estrella Mintaka, la menor de las tres del Cinturón de Orión, el lugar para la apertura del Portal de Orión. Tengo que tener siempre una carta guardada bajo la manga.
»Mañana iré al Museo Arqueológico de Roma para ver la Piedra de Palermo, que se encuentra allí en exposición itinerante, y en dos o tres días más me iré a Turín en tren para visitar el Museo Egipcio y ver el Papiro del Canon de Turín.
–¿Quieres que te acompañe mañana al museo?
–¡No, padre! No quiero que los Illuminati se inquieten por su presencia. Ya su recibimiento en el aeropuerto y la visita a la Basílica de San Ignacio de Loyola les debe haber enfurecido.
Esperanza regresó sola al hotel y se dirigió directamente a su habitación, donde aprovechó para hacer una llamada desde su teléfono móvil, usando también la cámara web para conversar con Aaron Bauer en los Estados Unidos.
–¡Hola, señor Bauer, buenos días, y buenas tardes para mí!
–¡Hola, Esperanza! ¿Qué noticias tienes?
–¡Todo apunta a que el portal no está en Kefrén! Podría ser la pirámide de Keops o la de Micerinos. Aún es muy pronto para tener seguridad al 100%, pero las señales indican que está en uno de los extremos, y así lo siento fuertemente en mi interior.
»He estado haciendo averiguaciones con los jesuitas, que me dieron muchas claves, y otras que yo misma descubrí en el propio suelo de la Basílica de San Ignacio de Loyola, concluyendo que allí estaba la señal. Estaban las tres estrellas del Cinturón de Orión y una de ellas estaba envuelta en un círculo y se apreciaba radiante, a diferencia de las otras dos. Por ello creo que habría una correspondencia entre los diseños decorativos simbólicos y una de las pirámides de la triada, aunque sería con una de los extremos.
–¿Con cuál de las otras dos, Esperanza? Ya dijiste que descartabas Kefrén.
–El Cinturón de Orión, como bien sabes, es la alineación de tres estrellas azules brillantes en el firmamento, conocidas como la Tres Marías o los Tres Reyes Magos, siendo Alnitak la más grande de ellas, Alnilam la segunda en tamaño, que es la que se encuentra en el medio, y finalmente la pequeña Mintaka, que es la tercera en tamaño y la más distante, y está un poco fuera de la diagonal de las anteriores. Esta alineación ligeramente inclinada, y que coincide con la posición de las tres grandes pirámides de Gizeh o Giza, Keops, Kefrén y Micerinos, fue descubierta en 1948 por el ingeniero y escritor Robert Bauval, aficionado a la astronomía y la egiptología.
–¡Por favor, no estoy para clases de Astronomía e Historia! ¿En cuál de las otras dos entonces?
–Astronómicamente, Aaron, la única de las tres que podría albergar condiciones de existencia de sistemas solares amables para la vida es Mintaka.
»A Alnitak ya se le ha diagnosticado poco tiempo de vida antes de convertirse en una supergigante