El búfalo de agua Tomo 1. Eduardo Luis Maitret Collado
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En el 2008 la producción mundial de leche bubalina alcanzó las 85,488,902 toneladas métricas[3n]. Datos recientes indican que Asia produce el 98.13 %, India, Pakistán, China y Nepal responden por el 97 % (94.17 % los dos primeros)[3o]. En el 2019 India produjo 92,000,000 toneladas de leche bubalina, Pakistán 34,371,000, China 2,928,369 y Egipto 2,109,253[3p]. En 2008, en Brasil se produjeron 114,000 toneladas y en Italia 200,000 (con un valor de 600 millones de euros)[4c]. En Italia hoy en día, en muchos casos, es una actividad de producción intensiva que utiliza tecnología de última generación, además de mejorar notablemente la producción lechera después de más de cincuenta años de selección y control de producción.
La producción de leche promedio por lactancia en Italia ha aumentado más de 400 kilogramos (kg) desde 1969, año en el que comenzó el programa de mejoramiento genético a nivel nacional. En los rodeos de élite hay producciones superiores a los 6,000 litros en 250 días, con dos ordeñas diarias. Actualmente, desde Nápoles parten 3,000 kg diarios de queso mozzarella hacia Estados Unidos y Gran Bretaña. En Bulgaria se han logrado producciones superiores a los 3,500 litros, principalmente con búfalas de raza Murrah y Mediterránea.
En los países de África (principalmente Egipto), de Oceanía (Australia) y varios de América, el búfalo está destinado a la producción de carne. En este último continente Brasil y Venezuela van a la punta en producción lechera. En el Amazonas los usan para acarrear madera, caña en los ingenios de Trinidad y Tobago y fruto de palma africana en plantaciones de Colombia. En América Central el búfalo se introdujo en los años setenta del siglo pasado y estuvo destinado al trabajo en plantaciones de palma africana, pero después aprovecharon su extraordinaria aptitud para producir carne y leche en el trópico, actualmente hay 29,882 búfalos[10b], principalmente en Costa Rica, Guatemala y Panamá.
Para finales de 2006, en Costa Rica había 617 búfalos distribuidos por todo el territorio. Esta población se triplicó en 2010, alcanzando las 2,100 cabezas[11], [12]. Para 2020 ya había 11,700 cabezas[9b]. Entre 2016 y 2018 se fundaron cuatro asociaciones vinculadas al búfalo (la Asociación Costarricense de Criadores de Búfalos y Fundebúfalos fueron dos de ellas), consecuencia del enorme interés despertado por una especie que, al principio, solo se usaba para trabajo en plantaciones de palma africana. Dicho entusiasmo también fue estimulado por el trabajo de investigación y de difusión del conocimiento realizado por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y por el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
En todo el país, aun en las zonas más aisladas y más pobres, se organizaron grupos de pequeños productores para dar cursos de extensión a cargo de jóvenes profesionales del INA. Zonas enteras con ganadería de subsistencia, inviables, se han transformado en prósperas. Una verdadera revolución[9c]. Fundebúfalos ha logrado ubicar al búfalo en el primer nivel de interés nacional gracias a su incansable trabajo y a su colaboración con organismos del Estado, incluida la Presidencia de la República[9d].
En el Extremo Oriente (antigua Indochina, China, Filipinas, Indonesia…) todavía se destina al búfalo para el trabajo: laboreos en los arrozales y tracción (es «el tractor vivo de oriente», ya que representa el 90 % de la fuerza agrícola en el cultivo de arroz en esa región), aunque cada vez más se cruza con razas lecheras para producir leche y carne[13]. La producción lechera promedio en India y Pakistán, en lactancias de 300 días, es de 1,000 a 1,500 litros. En los mejores rodeos se alcanzan promedios de 2,500 litros, con individuos de hasta 5,000 litros. En Italia, con la raza Mediterránea, los valores son de 1,500, 2,700 y 6,000 litros, respectivamente, pero con lactancias de 240-270 días (esto para ayudar a la preñez, ya que los bucerros tienen mayor valor comercial que en Asia).
En 1999, en Canadá, Darrel y Anthea Archer importaron de Estados Unidos dos búfalas y un macho para su Granja Fairburn, en Cowichan, British Columbia. En el 2000 importaron búfalos Murrah de Bulgaria y Dinamarca, que después de un largo proceso legal fueron absurdamente sacrificados, debido a un error, por las autoridades sanitarias de Canadá, quedando sus crías nacidas en el país. Con 15 búfalas comenzaron la ordeña en 2005, para 2007 ya tenían 47 cabezas[14c]. En 2016, Richard Archer, hijo del matrimonio, se quedó solo con 50, mismas que llevó a Quebec en camión cruzando todo el país; con la ayuda del agrónomo Luis Morales alquiló una granja para ubicarlas. Hoy tiene 100 búfalas y ordeña 50[14d].
En octubre de 2007 H. Koskamp introdujo 47 búfalos (destetes hembra) a Canadá, comprados a Hugh Popenoe (Florida, EE. UU.). Koskamp aseguraba estar trabajando para la nueva economía lechera. Afirmaba que como los biocombustibles encarecen los alimentos de las vacas holando, la búfala haría viable la lechería con la alimentación fibrosa[15]. En 2009 Frank Aballo importó a Quebec —de Vermont, EE. UU.— 367 búfalos[15b], y Henry Koskamp otros 200 del mismo origen. Hoy Koskamp tiene 375 búfalos al sur de Ontario. En Quebec, la empresa de Aballo organiza la ordeña bajo la dirección del agrónomo Luis Morales. Desde 2010 ordeñan 245 búfalas en verano y menos en invierno, y producen la mozzarella italiana y el yogur, ambos de excelente calidad[14e].
Lori Smith y Martin Littkemann trabajan con 700 búfalos de raza Mediterránea para producir carne y leche en su establecimiento, cercano a Ontario. Ordeñan 130 búfalas en verano y 100 en invierno[11b]. Producen y comercializan bubillos gordos y derivados lácteos (yogur y quesos varios). Son miembros prominentes de la Federación Americana de Criadores de Búfalos[15c]. Hoy Canadá tiene una población de aproximadamente 2,950 cabezas[10c].
La producción de búfalos de pantano en áreas tropicales en Tailandia va más allá del tradicional suministro de carne y leche. Los usan para múltiples propósitos: como fuerza de trabajo, medio de transporte, bien de capital, bien para créditos, carne, leche, valor social, cuero y recursos de abono orgánico para cultivos estacionales[13b].
En Venezuela y Brasil los valores promedio con lactancias de 270 días están entre 1,500 y 1,700 litros, con rodeos de primera línea que alcanzan promedios de 2,500 e individuos que superan los 5,000 litros. En 2011 en Argentina, en su granja La Salamandra —ubicada en Torres, cerca de Luján, provincia de Buenos Aires— el licenciado Javier González Fraga producía, con dos ordeñas, 8 litros promedio diarios y el 8 % de grasa butirosa con varias búfalas que alcanzan los 2,500 litros por lactancia (produce 22.22 kg de queso mozzarella con 100 litros de leche).
Hoy se tienen producciones similares en los dos principales establecimientos de lechería bubalina del país, ambos ubicados en la provincia de Buenos Aires y cerca de la capital: «La Delfina», de Carlos y Félix Noguera, en Las Flores, y «Arrivata», de Martina Coppola y Miguel Ortiz, en Pilar. En ambos casos se elabora una gran variedad de derivados lácteos gourmet muy bien comercializados[14f]. El promedio argentino