Gran líder gran maestro. Gary Bredfeldt
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LOS MAESTROS PUEDEN PROVOCAR UN GRAN CAMBIO
Hay una diferencia entre un movimiento y una organización. Una abriga el cambio y la otra promueve el orden. Una valora la transformación; la otra valora la consolidación y la conservación de las ganancias. Ambas se necesitan, pero cada una requiere de un liderazgo diferente. Los movimientos son para el cambio y son liderados por maestros visionarios y grandes comunicadores. Las organizaciones tienen que ver con la estructura y solidificar el cambio y son lideradas por administradores y ejecutivos. Los movimientos crecen de grandes ideas las cuales son comunicadas por aquellos que las sustentan con pasión. Las organizaciones crecen o nacen de planes estratégicos trazados e implementados por administradores profesionales. Los movimientos son caóticos, enérgicos, y algunas veces son definidos como enfermos. Las organizaciones son estables, institucionales, y corporativas.
Los movimientos operan a la vanguardia, mientras que las organizaciones quedan un poco rezagadas, qué tanto rezagas queden, depende del liderazgo organizacional. Las organizaciones pueden promover movimientos dentro de ella misma, pero solamente si los líderes reconocen la necesidad de un cambio. Si el statu quo es la meta, las organizaciones aislarán, marginarán, y aún despedirán a los promotores de nuevas ideas y comunicadores de una nueva visión para el futuro. Dichas organizaciones están destinadas a morir mientras que nuevos movimientos las subyugan, y nuevas organizaciones y estructuras toman sus lugares.
El movimiento de derechos civiles es un ejemplo de este principio en acción. En sus primeros comienzos, sus líderes eran maestros que enseñaron sus principios fundamentales por medio de la acción así como la palabra. Rosa Parks, la mujer afro americana que a través del hecho de valentía de no renunciar a darle su asiento a un hombre blanco, inspiró las ruedas del movimiento de los derechos civiles para que continuara girando. Con su acción, ella enseñó que la igualdad es práctica, no teórica. Su decisión de dejarse arrestar, ser juzgada, y aún enfrentar la cárcel, enseñó un mensaje transformador a través del ejemplo y la desobediencia civil. Fue un mensaje que a la NAACP (por sus siglas en inglés) le fuera difícil comunicar a través de la política y procesos corporativos. Fue necesario un individuo con deseos de enseñar por medio de sus acciones para que empezara un movimiento y trajera cambio.
De igual manera, el movimiento de derechos civiles fue liderado por un maestro que en sus palabras abrigaba el cambio. El Dr. Martín Luther King, Jr., enseñó una visión para un Estados Unidos diferente. U mensaje quedó pasmado en su renombrado discurso: “Yo tengo un sueño” (I Have a Dream). El siguiente extracto de este discurso atrapa el mensaje central, y las enseñanzas centrales del movimiento de derechos civiles, maestro/líder.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño “americano”.
Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”.
Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Sueño que un día, incluso el estado de Missisipi, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.
¡Hoy tengo un sueño!8
El Dr. King usó el poder de las ideas para traer un cambio social. Una vez sueltas, las ideas pueden dirigir aquellos movimientos cuyas energías traen cambios profundos y duraderos. Sin embargo, el cambio forjado por el poder de una idea no está libre de retractores. Los maestros que retan los pensamientos establecidos o las instituciones son frecuentemente rechazados o aún peor. De hecho, en el proceso de despertar una organización con el poder de la verdad, los maestros-líderes se darán cuenta que sus ideas son amenazadoras para algunos. A pesar de que la verdad nos hace libres, también se le puede resistir. ¿Por qué? Porque la verdad pone a sus seguidores cara a cara con la realidad. La resistencia al cambio es uno de los retos más difíciles que un líder pueda enfrentar. Los maestros-líderes frecuentemente pagan un precio para poder hacer una diferencia, pero el liderazgo no es un concurso de popularidad. El liderazgo no es para un corazón pusilánime. Aquellos líderes que buscan liderar por medio del poder de la enseñanza de ideas, verán sus ideas desafiadas. Algunas veces el desafío será directo y públicamente, y algunas veces sutilmente a través de la política de una arraigada burocracia.
Un acontecimiento de propia experiencia como maestro-líder requirió que yo tuviera que pagar un precio al enseñar y decir la verdad en un esfuerzo para traer el cambio. En una ocasión, tanto la popularidad y experiencia política me animaron para que mirara hacia el otro lado en una situación que era una falta de ética descarada. Afortunadamente, por la gracia y fuerza de Dios, no cedí a la presión y me encontré hablando la verdad y sosteniendo mi posición. De una manera respetuosa, he tenido que afirmar el porqué no puedo tomar el camino para ser políticamente correcto y porqué estoy a favor del camino de integridad ética. En aquél entonces, mis palabras y acciones no fueron bien recibidas. Hasta el día de hoy, probablemente me costó algún favor de ciertas personas; pero a la larga, al tomar yo esa posición, mi ministerio sobresalió y el respeto por mi liderazgo creció. Los colegas que estaban apoyando apenas mi ministerio llegaron a dar la bienvenida a mi liderazgo en otros contextos debido al apoyo de esta verdad. El resultado final fue una lección que se enseñó acerca de las acciones y el liderazgo mostrados a través de la enseñanza de la verdad. Algunas veces, en el papel de maestro-líder tendrás que declarar que el “emperador no tiene ropa” y vivir de lo que venga, Decir la verdad es una manera de enseñar y una forma de liderazgo.
Los maestros son grandes líderes porque tienen gran influencia y porque pueden traer grandes cambios organizacionales y sociales. Existe una tercera razón del porqué los maestros son grandes líderes.
LOS MAESTROS PUEDEN APELAR A ALTOS NIVELES EN EL DESARROLLO DE SEGUIDORES
Noel M. Tichy, profesor en la Escuela de Negocios de Michigan y director de la Sociedad de Liderazgo Global, cree el que más grande de los líderes son los maestros por naturaleza. El cree que ellos valoran el conocimiento y que entienden su poder y por lo tanto, como grandes líderes, ellos trabajan para construir lo que él llama organizaciones que enseñan. Las organizaciones que enseñan valoran el aprendizaje y están concientes que la enseñanza es la meta específica de la organización. Los líderes que están en la cima de las organizaciones que enseñan hacen su prioridad el desarrollar a las personas por medio de enseñarles a otros lo que saben. Tichy dice, “La enseñanza es el medio más efectivo para que el líder pueda liderar.”9 Los líderes que entienden ese principio comprenden que su función primordial como líderes es crear estructuras organizacionales donde la enseñanza es intencional, explícita, y el mismo corazón de los valores de la organización.
Tichy identifica la enseñanza como el nivel más alto de liderazgo porque produce el mayor desarrollo en las vidas y en el trabajo de los seguidores. Al enfocarse en la enseñanza, los líderes incrementan la profundidad del conocimiento en la organización, elevan el nivel de compromiso entre los miembros de la organización y generan nuevos líderes quienes a su vez son capaces de producir otros líderes. El presenta un esquema de cuatro niveles