Enigmas de las Américas. Kris Lane

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Enigmas de las Américas - Kris Lane Enigmas de las Américas

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geográficos, culturales, pero también imaginarios de aquella época de impresionantes encuentros. No obstante, hay que tener en mente que lo fantástico ocupaba los vacíos generados por lo desconocido y cómo las fantasías alimentadas por la mitología occidental suplantaban los intentos de racionalizar un mundo que era totalmente nuevo y desconocido para los europeos.

      Entonces, los mapas fueron documentos históricos y geográficos, pero también representan, mediante su iconografía, la cultura y, sobre todo, los imaginarios europeos sobre la geografía especulativa, planteada por el impresionante hallazgo de un paso hacia un nuevo océano y la posibilidad de encontrar un quinto continente; un proceso que debe ser comprendido como la incorporación del Nuevo Mundo en las mentes del Viejo Mundo8.

      Junto al análisis de las aventuras de aquellos exploradores que se volcaron a resolver el enigma de un paso por el Sur en el siglo XVI, también es fundamental interpretar la convergencia de los conocimientos con los imaginarios propios de la cultura de la época. Es así como la cartografía histórica refleja el conocimiento, pero también la visión fantástica que buscaba comprender las nuevas fronteras físicas y culturales que la exploración de un paso por el Sur planteaba a los marineros que se aventuraron a seguir las huellas de Magallanes al enfrentar un océano vasto, desconocido, incomprensible y habitado por seres extraños, lo que daba lugar a la confusión de los nuevos conocimientos con las alucinaciones de los marineros y las fantasías de las mentes medievales (Imagen 2).

      Fue así como los imaginarios de los exploradores se anticipaban a los conocimientos de la realidad, para camuflar así su ignorancia y temores ante las nuevas fronteras; entonces, estas confusas visiones de realidades y fantasías encontraron su lugar también en la producción cartográfica del siglo XVI. Un ejemplo claro de este registro se encuentra en el mapa de Gutiérrez, de 1562, quien al igual que otros cartógrafos de la época, dio rienda suelta a su imaginación para describir como un universo de ficción, aquello que no era posible asimilar acerca del Nuevo Orbis (Imagen 6, página 9).

      Estos mapas fueron producidos y circularon en Europa como cartografía oficial. Es así como deben ser interpretados, como documentos gráficos sobre la geografía, la ciencia, los intereses políticos propios de la expansión marítima, pero también como evidencia de la imposición cultural y dominio ideológico que caracterizó al imperialismo marítimo colonial.

      EL RELATO DE UNAS SORPRENDENTES EXPLORACIONES

      Un mar inmenso se extendía, henchido de misterio, ante los pequeños veleros9.

      Con estas palabras se inmortalizó el impresionante descubrimiento de Fernando de Magallanes, un ex oficial de la marina portuguesa, que comandando un escuadrón español a bordo del Victoria zarpó de Sevilla en 1519, con la misión de encontrar un paso Suroeste y una ruta hacia las islas de las especias. “Ningún otro viaje ha aportado tanto al conocimiento sobre la dimensión de la tierra como éste”, ya que probó que Ptolomeo había estado equivocado y efectivamente existía un paso por el Sur. Magallanes nombró a este océano “Mare Pacificum”10.

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      Iconografía que incluye monstruos marinos de origen mítico, viajes en barcos por el Pacífico y el mar austral. Los escudos son de las naciones europeas de España-Francia (izquierda superior) y Portugal (izquierda inferior). Dos sirenas con espejos en sus manos, que se cepillan el cabello, ubicadas al oeste del Estrecho de Magallanes (derecha).

      En el año 1519 empezaron los lentos preparativos para una expedición que a pesar de haber sufrido tantos tropiezos se convirtió en el viaje más significativo del siglo XVI. Pese a la insuficiencia de fondos, las intrigas portuguesas para evitarlo, la desconfianza castellana frente al capitán portugués Fernando de Magallanes, el viaje se convirtió en realidad. El cartógrafo portugués Diego Ribeiro, al servicio de la Casa de Contratación desde 1518, participó en el desarrollo de los mapas que fueron utilizados para este histórico viaje, los descubrimientos geográficos marcaron un hito en la cartografía de la modernidad.

      La expedición salió desde Sevilla el 10 de agosto de 1519. Tras una prolongada escala de avituallamiento, el 20 de septiembre zarpó definitivamente de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), con la misión de encontrar un paso marítimo que les permitiera llegar rumbo occidente, navegando por el Mar del Sur hasta las islas de las especias.

      Antonio de Pigafetta, marinero italiano que iba a bordo de la expedición de Magallanes, al llegar a la entrada del Estrecho, en octubre de 1520, describe en su diario: “...era un lugar circular rodeado de montañas y, para la mayoría, nos parecía que allí no había una salida para entrar al Pacifico. Pero, el capitán [Magallanes] dijo que había otro estrecho que tenia una salida, diciendo que sabía bien...”11. El 28 de noviembre de 1520 la expedición cruzó el Estrecho “De todos los santos”, hoy conocido como Estrecho de Magallanes.

      La navegación por el Estrecho era complicada y peligrosa, casi titánica debido a los fuertes vientos y a las corrientes, el propio Pigafetta explicaba:

      El estrecho tiene de largo 110 leguas, que son 440 millas y un ancho como de media legua y va a desembocar en otro mar llamado Mar Pacífico [...] si no fuese por el capitán general nunca habríamos navegado aquel estrecho, porque pensábamos todos y decíamos, que todo se nos cerraba alrededor12.

      Ante la incertidumbre frente a esta extraña geografía, Magallanes ordenó a los capitanes de la San Antonio y de la Concepción que se adelantaran para realizar una exploración del canal, para confirmar si se trataba del ansiado paso que les abriría las puertas del Mar del Sur; Pigafetta narra: “mientras permanecimos en aquel estrecho, eran las noches solo tres horas y nos encontrábamos en octubre”. Tras enfrentar terribles penurias en un estado de absoluta ansiedad, Pigafetta dice:

      Estuvimos tres meses sin probar clase alguna de viandas frescas. Comíamos galleta: ni galleta ya, sino su polvo, con los gusanos a puñados [...] olía endiabladamente a orines de rata y bebíamos agua amarillenta, putrefacta ya de muchos días13.

      Cabe resaltar las características del Estrecho de Magallanes, según el Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile de 1880, “en el invierno, aunque hai sures, i surestes (se refiere a la dirección del viento), i decaídas de las tormentas son mui bravas de noruestes, i uestes, i suduestes, i con mui grandes frios, i con nieves”14.

      Pese a las temidas condiciones climatológicas y geográficas, el 28 de noviembre de 1520 cruzaron el Estrecho “De todos los santos”. Tras una peligrosa travesía en la que perdieron no solo vidas, sino también

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