Arte, Educación, Interculturalidad: Reflexiones desde la práctica artística y docente. Группа авторов

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Arte, Educación, Interculturalidad: Reflexiones desde la práctica artística y docente - Группа авторов

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capítulo, sobre todo, nos permite revisar estas metodologías educativas en espacios heterogéneos, con caminos de aprendizaje que no siempre se adaptan a la tradición de la herramienta educativa.

      Las discusiones que faltan en este texto son múltiples, pero tampoco era la intención de este encuentro abordar todo lo que representa el encuentro entre el Arte y la Educación, pero es un punto de partida para seguir alentando esta discusión que espero nunca se agote dentro y fuera del campo académico.

      Espero que este libro realmente se convierta en un elemento detonante de más propuestas, mejor pensadas claro está, que pongan en valor las prácticas artísticas, la educación y la pluralidad de pensamiento que enriquece la reflexión y aboga por una transformación necesaria en contextos latinoamericanos demasiado afectados por la corrupción y la deshumanización de la vida.

      A manera de conclusión, el presente texto propone un debate amplio relacionado con la educación artística, el contexto social, universitario y autónomo del arte. Discusión que es relevante en Latinoamérica sobre todo por las condiciones precarias que tanto profesionales de las artes como artistas independientes tienen que enfrentar. Esta precarización no solo se limita a la falta de trabajo en el sector de la cultura, sino también a una extensa lista de carencias que los trabajadores del arte encuentran en su ejercicio profesional. Derechos laborales, desconocimiento social de la función del arte y los artistas, cooptación de la labor creativa por parte de la empresa privada y el Estado son solo algunos de los factores que complejizan la labor de artistas. Esta discusión entendida dentro de la universidad es urgente, para proponer caminos posibles para al menos plantear este mismo debate a nivel macro estatal y regional. Otra gran aporte de este libro es pensar en diferentes formas de entender la educación artística. Una educación fuera de lineamientos coloniales que normatizan la formación tradicional e individual del artista y el trabajo creativo. Propone pensar en la importancia de los procesos educativos colectivos y la revisión de las metodologías utilizadas dentro de estos diálogos. De esta manera, espero que este libro se convierta en una herramienta que amplíe y aporte el debate alrededor de la educación artística y el complejo campo de la cultura.

      Camnitzer, L (2012) Didáctica de la Liberación, Arte conceptualista Latinoamericano. Uruguay: Centro Cultural España

      Freire, P (2006) Pedagogía del oprimido. Madrid:Siglo XXI

      Garcés, M. (2020) Escuela de aprendices. Barcelona:Galaxia Gutenberg

      Gramsci, A (2000) Los cuadernos de las cárcel. México:Era

      Walsh, K (2009) Interculturalidad crítica y educación intercultural en Construyendo interculturalidad Crítica. Instituto Internacional de Integración del Convenio Andrés Bello

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      1 La familia es otra base que complementa la estructura de la educación, pero la discusión en este momento está relacionada con la responsabilidad de la institución educativa (escuela, colegio, universidad)

       Introducción Hacia una formación de artistas expandida: instituciones desbordadas, responsabilidades compartidas

      Aida Sánchez de Serdio Martín

      Con motivo del II encuentro Arte, educación, interculturalidad, celebrado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador en octubre de 2018, recibí la invitación de hablar del papel de los y las artistas como elementos movilizadores de pensamiento y de acción dentro de procesos sociales y dentro del campo del arte mismo, así como de las derivaciones que ello debería tener en su formación académica. El presente texto surge de la charla que compartí con los y las asistentes, y de las discusiones posteriores. Agradezco a la organización que contara conmigo para estas jornadas, puesto que fue una extraordinaria oportunidad de reflexionar conjuntamente desde realidades distintas, pero que tienen puntos en común.

      Antes de entrar en materia quisiera situar desde dónde voy a hablar y argumentar la relevancia de estas cuestiones. Escribo estas líneas en tanto persona ligada al mundo de la academia, en concretodesde los ámbitos del arte y la educación, especialmente en sus dimensiones relacionadas con la crítica y el compromiso sociales. A lo largo de mi trayectoria me ha interesado reflexionar sobre cuál es el papel social de la cultura, así como contribuir a proyectos artísticos y educativos que se sitúan de manera compleja en el incierto territorio de la transformación social basada en la búsqueda de grados diversos de cambio en las estructuras institucionales y en las políticas relacionales. Por ello hablaré aquí como persona que atribuye al arte y la cultura una responsabilidad política, tanto simbólica como estructural, sin heroísmos pero con compromiso.

      También querría aclarar que mi intervención está necesariamente marcada por el contexto que me es más conocido y que he vivido más de cerca (es decir, el español y el europeo). Su puesta en diálogo con otras realidades es precisamente lo que puede dar vida a una reflexión productiva. Sin embargo, quisiera remitirme a la aportación de Boaventura de Sousa Santos (2007), que traza un panorama de la situación global de la universidad que confirma la tendencia general sobre la que se basará mi posterior discusión de la enseñanza superior.

      En este texto intentaré argumentar la necesidad de repensar la formación de artistas de manera que se integre orgánicamente en todas sus dimensiones una perspectiva reflexiva respecto a un doble eje: el papel del arte y los artistas en la producción de símbolos y significados, y la participación -lo quieran o no- en políticas y economías locales y globales. Obsérvese que esto no es lo mismo que animar simplemente a los estudiantes de arte y artistas en general a dedicarse a la crítica social, o al arte en comunidad, o a la pedagogía. Actitud que sería simplista e irresponsable (los artistas no tienen la misión ni la capacidad de “cambiar el mundo” por sí solos) y además supondría sesgar el rango de prácticas artísticas consideradas válidas, o que deban atender a una responsabilidad social cuando de hecho todas deberían hacerlo.

      Otra parte de mi argumento es que esta transformación en la formación de artistas atañe a todas las instancias con las que aquellos se relacionan. Esto es así porque los artistas nunca se han formado solo en las escuelas de arte, y porque en el momento actual es hora de concebir de manera más global la educación y desafiar los límites y muros defensivos de las instituciones.

      Para desarrollar estos argumentos me centraré en las dinámicas que caracterizan, por un lado, a la universidad contemporánea y, por otro, a la práctica artística y cultural, para ocuparme después de lo que ocurre en la intersección entre ambas esferas, es decir la formación superior de artistas. Finalmente plantearé cómo podríamos desbordar los límites actuales de dicha formación, atendiendo tanto a las nuevas posibilidades como a los nuevos problemas que esto nos obligaría a enfrentar.

      Empiezo, pues, por compartir algunas reflexiones sobre dos proyectos primos hermanos en el linaje de la Ilustración: la educación (superior en este caso) y el arte. Como ya he mencionado al inicio, desde hace algunas décadas la universidad está experimentando cambios dramáticos tendentes a su mercantilización y liberalización. En el plano de la experiencia personal, de alguna manera sentimos la pérdida -gradual pero claramente perceptible- de una universidad democrática y basada en la libertad de cátedra e investigación, en parte porque, al coincidir con nuestras primeras experiencias universitarias como estudiantes, o como profesoras noveles, y desconocer vivencialmente períodos anteriores de la universidad, a veces tendemos a idealizar un pasado teñido de la intensidad de los afectos de lo que podríamos asimilar a una adolescencia y primera juventud académica.

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