Comprendiendo las parábolas de Jesús. Klyne Snodgrass
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No existen muchos precursores del Antiguo Testamento de las parábolas narrativas extensas que empleó Jesús, y no hay conformidad entre los eruditos de qué se las deban incluir. Birger Gerhardsson identifica sólo cinco parábolas de las Escrituras hebreas, pero también cita diez casos afines.17
T. W. Manson cita nueve parábolas y dos fábulas18 algunas de las cuales no están en las dos categorías de Gerhardsson. Por otro lado, Claus Westermann examina, no sólo las parábolas sino también las comparaciones, que pueden ser una palabra, una frase o una narrativa extensa, y solamente las últimas podrían llamarse parábolas.19Westermann enfatiza que el lenguaje parabólico ocasionalmente aparece en textos legales y narrativas históricas, pero abunda en la literatura profética, los salmos y los proverbios. La mayoría de las comparaciones y parábolas ocurren en contextos de juicio y acusación formal.20 Los dichos identificados como parábolas en las variadas listas aparecen principalmente en la boca y en los escritos de los profetas.
Varios pasajes del Antiguo Testamento son equivalentes obvios de las parábolas de Jesús. Dos son las parábolas jurídicas que fuerzan al oyente a emitir un juicio en el mundo de la parábola que al final es una condena de sí mismo: la parábola de la corderita, que Natán cuenta a David (2 S 12.1-14), y la parábola de la viña (Is 5.1-7), que expresa el juicio sobre la casa de Israel y el pueblo de Judá por no ser productiva.21 Hay otros dos pasajes que son dramas parabólicos judiciales: la parábola de la viuda y el vengador, que Joab dispone que una mujer de Tecoa cuente a David (2 S 14.1-20),22 y la parábola de la herida, mediante la cual un profeta anónimo confronta al rey Acab (1 R 20.35-42).
El Antiguo Testamento tiene dos fábulas políticas respecto de árboles y plantas (Jue 9.7-15 y 2 R 14.9-10), pero el Nuevo Testamento no tiene paralelos de tales narrativas. El énfasis en el Nuevo Testamento está en los seres humanos y su relación con Dios y su reino.
Todas las otras parábolas en forma de historia aparecen en Ezequiel, que usa formas parabólicas más que ningún otro libro del Antiguo Testamento. Al menos seis pasajes en Ezequiel son narrativas, algunos los llaman alegorías,23 que presentan la historia de Israel en forma figurativa: Jerusalén la prostituta (16.1-54), el águila y la vid y su explicación (17.2-24);24 la leona y sus cachorros (19.2-9), la vid trasplantada (19.10-14); las dos hermanas y su explicación (23.1-49), y el caldero y su explicación (24.3-14). Los eruditos del Nuevo Testamento, y probablemente con razón, no hacen conexión entre la expresión respecto a Ezequiel como hijo de hombre y el empleo de Jesús de hijo de hombre (que proviene de Daniel 7.13), pero uno debe reflexionar sobre Ezequiel 20.49 [21.5]: “Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?”
Estas doce parábolas del Antiguo Testamento tienen interpretaciones explícitas,25 que se dan a continuación pero en algunas ocasiones preceden a la parábola. Las narrativas no son historias generales, sino que son específicas para el contexto. Se relatan para reflejar realidades específicas. Son historias con propósito, como es el caso con las parábolas de Jesús.
Otros textos también se deben considerar parabólicos, aunque sean diferentes a los que encontramos con Jesús. Son parabólicos Ezequiel 34 (una narrativa extensa sobre el fracaso de los pastores de Israel y la promesa que Dios pastorearía Israel) y Ezequiel 37 (el valle de los huesos secos). Jeremías 23.1-4 emplea las imágenes de los pastores que dispersan las ovejas y la de Dios que trae de vuelta su rebaño al redil y los protege.26 Isaías 28.23-29 tiene una parábola interrogativa del que ara para sembrar, que enseña sobre el juicio venidero de Dios. Isaías 59.16-17 presenta a Dios como un guerrero que viste su armadura para traer salvación. Jeremías 13.12-14, mediante una similitud de una tinaja de vino, representa la borrachera y la destrucción de todo el pueblo. Este ejemplo virtualmente es una parábola jurídica. Jeremías 18.2-13 emplea la imagen de un alfarero para mostrar la soberanía de Dios. El libro de Oseas principalmente es una parábola sobre la relación de Dios con Israel que se describe bajo la apariencia de la relación de Oseas con su esposa. Salmos 80.8-17 describe la historia de Israel como una vid arrancada de Egipto que fue plantada, luego destrozada y quemada. Habacuc 1.13-17 describe la captura babilónica del pueblo comparando el pescador que atrapa los peces y que luego ofrece sacrificios a su red. Eclesiastés 9.14-18 lamenta el fracaso del pueblo para atender la sabiduría a través de una narrativa indirecta simple y breve sobre un hombre pobre y sabio que libra la pequeña ciudad del asedio de un poderoso rey, pero nadie se acuerda de aquel hombre.
Podemos señalar otrasanalogías,27 como las parábolas de actuación o actos simbólicos. Se puede relatar como una parábola pero en vez es un acto simbólico que luego se explica conforme a su relevancia a la vida del pueblo. Probablemente se conoce mejor a Jeremías por emplear parábolas de actos simbólicos como la del cinto podrido (Jer 13.1-11),28 aunque encontramos otros ejemplos en Isaías, Ezequiel y Nehemías.29
También son importantes las visiones simbólicas y los sueños en el Antiguo Testamento. En las visiones y los sueños, que los profetas reciben (o alguna persona que necesitará la ayuda del profeta para interpretar la visión o el sueño) se revelan imágenes que describen la realidad de la relación de la nación con Dios o una perspectiva de eventos futuros.30
Casi todos los pasajes mencionados anteriormente están en libros proféticos o salen de la boca de los profetas. El lenguaje parabólico es un instrumento de los profetas en su conflicto con Israel y sus líderes.31 Estos textos proféticos son reflejo de la nación, de su rey y del destino que le espera. Los profetas emplearon parábolas para confrontar a la nación, advertirle del juicio y producir un cambio. Estos ejemplos del Antiguo Testamento son importantes en sí mismos, pero también son relevantes porque proveen a Jesús y a otros relatores de parábolas de un género, las imágenes y unas formas para construir las parábolas. Todo es indicativo que Jesús aprendió el método parabólico de las Escrituras hebreas, especialmente de los profetas. Algunas veces empleó parábolas como los profetas, para confrontar a la nación, pero, a diferencia de los profetas, Jesús además las empleó para representar al reino de Dios, para confrontar a individuos y para enseñar sobre el comportamiento, la compasión, el uso del dinero y temas relativos con el discipulado.
Mateo, por lo menos, estaba consciente de la conexión del uso de Jesús de las parábolas y su enfoque profético, porque considera las expresiones de Jesús en parábolas como el cumplimiento de lo dicho por el “profeta” en Salmos 78.2 “Abriré mi boca en proverbios, hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos” (Mt 13.35). En la enseñanza de Jesús, los temas parabólicos de la dureza del corazón y el juicio se entienden mejor cuando tomamos las parábolas como un discurso profético preferido. Este es el contexto en que debemos entender a Jesús.
Escritos judíos tempranos
Con propósito he separado el material parabólico judío temprano del material parabólico rabínico para resaltar la consciencia del problema de poner fecha al empleo de los materiales rabínicos. No podemos simplemente agrupar todas las parábolas judías con las de Jesús e ignorar los siglos que pueden separar sus orígenes.
Jesús no creó el método parabólico; lo perfeccionó y lo empleó con maestría. Era obvio que otros emplearon las parábolas en la Palestina del primer siglo, como atestiguan los dichos de Juan el Bautista (Mt 3.10). Uno se sorprendería si este no fuera el caso, debido a la popularidad de formas similares en el mundo greco-romano. A pesar de todo, la evidencia de las parábolas en el judaísmo temprano es, cuando mucho, incompleto, en parte debido al carácter de los documentos que poseemos. Si incluimos solamente lo que sabemos que es anterior o contemporáneo de Jesús,32 encontramos importante material parabólico, pero poco