Salud del Anciano. José Fernando Gomez Montes

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Salud del Anciano - José Fernando Gomez Montes LIBROS DE TEXTO

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desarrollo, implementación y evaluación.

      Envejecimiento activo es un concepto amplio que reúne de forma integrada y compleja la salud física de la persona, el estado psicológico y las relaciones con características destacables del ambiente. Cuando las personas envejecen, su calidad de vida está fuertemente determinada por su habilidad para mantener la autonomía y laindependencia, y por la esperanza de vida sana, es decir, la esperanza de vida sin enfermedad. Según la Organización Mun-dial de la Salud, el envejecimiento activo es el éxito de la influencia de diferentes variables constitucionales, ambientales y de estilos de vida que llevan al desarrollo de perfiles de menor riesgo de envejecimiento patológico.

      El concepto se aplica tanto a las personas como a los grupos humanos. El envejecimiento activo permite a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo del curso de vida y participar en la sociedad de acuerdo con sus derechos, necesidades, intereses, capacidades y oportunidades, mientras que la sociedad y el Estado les proporcionan protección, seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia.

      Según la Política Colombiana de Envejecimiento y Vejez (2015-2020) es importante destacar el papel de las familias como escenarios en los cuales se favorece el envejecimiento activo, en sus dimensiones de salud, participación y seguridad, tanto por la confluencia de tres o más generaciones en una familia como por la contribución de los ancianos a ella, a la comunidad y a la economía.

      El modelo de envejecimiento activo de la OMS considera seis determinantes (ver figura 7.4), cada uno de los cuales incluye diversos aspectos: 1) determinantes relacionados con los servicios sociales y de salud, que incluyen la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, servicios curativos, asistencia de larga duración y servicios de salud mental; 2) determinantes conductuales como el tabaquismo, la actividad física, la alimentación sana, el consumo de alcohol, el uso de medicamentos y el cumplimiento terapéutico; 3) determinantes relacionados con factores personales psicológicos, genéticos y biológicos; 4) determinantes relacionados con el entorno físico seguridad en la vivienda, caídas y ausencia de contaminación; 5) determinantes relacionados con el entorno social como apoyo social, violencia y abuso, educación y alfabetización; 6) determinantes económicos que incluyen ingresos, protección social y trabajo.

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      Figura 7.4 Determinantes del envejecimiento activo

      Fuente: Adaptado de Organización Mundial de la salud. Grupo Orgánico de Enfermedades No transmisibles y Salud Mental. Envejecimiento activo: un marco político. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2002;37:74-105.

      Según este modelo, los factores clave del envejecimiento activo son 1) la autonomía, que se define como el grado en que las personas funcionan como quieren hacerlo; esto implica tomar las propias decisiones, asumir las propias responsabilidades y reorientar las propias acciones, lo cual determina la autoafirmación y a su vez la calidad de vida del individuo. 2) la independencia, es decir, la habilidad de realizar las actividades de la vida diaria, la capacidad de vivir de forma independiente en la comunidad; representa una percepción individual de la propia posición en la vida en el contexto de la cultura y del sistema cultural en el que se vive y según los propios objetivos, expectativas y preocupaciones.

      En síntesis, los tres conceptos, si bien apuntan a una perspectiva positiva del envejecimiento, son constructos claramente diferenciados. Por su parte, el envejecimiento exitoso es un concepto multidimensional que abarca, trasciende y supera la buena salud, está compuesto por un amplio conjunto de factores: físicos, funcionales, cognitivos, emocionales y sociales. Para que sea posible tanto objetiva como subjetivamente desde los sentidos y significados individuales, debe tener como urdimbre la sociedad en general, sus dinámicas, procesos, cambios y transformaciones se hacen manifiestos en las prácticas individuales, por ello envejecer es un arte social, si las condiciones sociales, ambientales, económicas restringen el envejecimiento exitoso y el saludable los propósitos individuales serán insuficientes. El envejecimiento saludable es un concepto más centrado en la persona y como modelo es menos difundido, aunque los estudios sobre la capacidad funcional, aspecto central de este envejecimiento, sí se han investigado amplia y profundamente, finalmente, el envejecimiento activo esta ampliamente difundido y ha sido adoptado como política mundial por parte de la OMS.

       Capítulo 8

       Envejecimiento, curso de vida y trayectoria de vida

       1. Curso de vida

      La teoría del curso de vida (life course theory) fue propuesta por Elder (1988), con el objetivo de superar concepciones del desarrollo basadas solamente en el crecimiento y en el estudio de la infancia por modelos que pudieran aplicarse durante todo el curso de la vida, pensar cómo las vidas humanas están organizadas y evolucionan en el tiempo, y relacionar las vidas con una sociedad siempre cambiante, enfatizando los efectos evolutivos de esas circunstancias cambiantes. En otras palabras, se refiere al estudio de los nexos que existen entre las vidas individuales y el cambio social. El enfoque del curso de vida examina precisamente transiciones (individuales y familiares) y no etapas fijas, como otros marcos conceptuales.

      Desde 1985, Elder estableció los lineamientos centrales del enfoque teórico-metodológico del curso de vida; lo contempla como una intersección particular de influencias temporales, temporalizadas y cambiantes. Esta temporalidad inherente al curso de la vida tendría al menos tres sentidos diferentes:

      Existe un tiempo de vida, que se refiere a la etapa o posición de la persona dentro del proceso de desarrollo y envejecimiento. La edad cronológica es el índice que marca cuál es esta posición, y esta edad indica al investigador algunos tipos de cambios que tienen más probabilidad de ocurrir en cierto momento.

      Una segunda dimensión de la temporalidad del ciclo vital es el tiempo social, que se refiere al patrón de cambios, transiciones y secuencias de eventos que una sociedad espera que ocurran en determinados momentos de la vida. En este sentido es especialmente importante, por ejemplo, la situación de la persona dentro de ciertos ciclos de vida familiar y laboral, que indican las edades apropiadas para dejar la formación, para emparejarse, para tener hijos, para encontrar un trabajo, etc. y definen las relaciones entre generaciones diferentes que coinciden en el tiempo.

      Por último, una tercera dimensión de la temporalidad es el tiempo histórico, que indica la posición de la persona dentro de una corriente de cambios históricos y define ciertos acontecimientos que deberá vivir.

      De esta manera, la edad de nacimiento señala el punto de entrada en este sistema de temporalidad: marca una secuencia de cambios evolutivos, la pertenencia a cierta generación de la que se esperan ciertas cosas en cada momento y la entrada también en una corriente histórica en la que está inmersa la sociedad a la que se pertenece y que definirá a qué tipo de cambios y acontecimientos históricos se estará expuesto.

      Este concepto amplio de temporalidad se concreta en el caso de Elder en tres conceptos más concretos: trayectoria, transición y punto de giro (turning point).

      La trayectoria se refiere a una línea de vida o carrera, a un camino a lo largo de toda la vida, que puede variar y cambiar en dirección, grado y proporción. Corresponde a la visión

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