El oficio del sociólogo en Uruguay en tiempos de cambio. Miguel Serna

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу El oficio del sociólogo en Uruguay en tiempos de cambio - Miguel Serna страница 11

Автор:
Серия:
Издательство:
El oficio del sociólogo en Uruguay en tiempos de cambio - Miguel Serna

Скачать книгу

Todo aquello de lo que dejamos de hablar porque es más fácil entenderse observando la evolución de la curva de la pobreza.

      El primero fue escrito para intentar hacer visible la importancia de los lazos de parentesco en ese espacio social de los barrios populares que se engarzan en el eje 8 de Octubre-Camino Maldonado, saliendo de Montevideo hacia el noreste, y que constituyen el blanco social de las políticas sociales del Mides. Esos lazos de parentesco estructuran la inscripción territorial de las clases populares y los lazos de solidaridad que son uno de los principales soportes de la vida allí. Al mismo tiempo, con este pasaje intentamos advertir al lector sobre el riesgo que las rupturas de esos lazos de parentesco (que son más complejos que una relación de pareja) hacen correr a las clases populares y que de hecho las amenazan desde siempre. Una de las características de las clases populares es que sufren la inestabilidad y la inseguridad que atraviesan la vida familiar. Y producir condiciones de seguridad social no es lo mismo que redistribuir ingreso para pasar del lado de arriba de la línea de la pobreza.

      La inestabilidad familiar ha sido una de las fuentes de sufrimiento de las clases populares desde que el capitalismo produjera el desarraigo de los grupos más desfavorecidos en la Europa del Antiguo Régimen y antes de que el desarrollo del Estado social pudiera ofrecerles, ya entrado el siglo XX, alternativas de integración y de seguridad social. Es seguramente por ello que numerosos partidos y organizaciones sociales de la clase obrera se opusieron con fuerza a los proyectos de legalización del divorcio durante mucho tiempo. En un contexto de inseguridad social, la ruptura de la alianza matrimonial puede acentuar la precariedad e, incluso, convertirse en una importante fuente de riesgo. Y ella conduce frecuentemente a la distensión e incluso al quiebre de las relaciones entre padres e hijos. Se abre allí una problemática de inestabilidad que corroe los lazos de solidaridad. Lo que la ruptura pone en juego es mucho. ¿Cómo intervienen en esa problemática los diversos dispositivos del Estado?

      Gracias a Lilián, a quien conocimos en el barrio Nueva España, beneficiaria de Cercanías y del Plan Juntos, conocimos a Andrés en casa de Fernando. La “casa” de este era una pieza de alrededor de 6 metros cuadrados, con un patiecito algo más estrecho, al borde de una zanja pestilente. El pasaje donde se encuentra permite entrar al barrio desde Camino Delfín, que sirve de frontera y conduce, luego de tres cuartos de hora de marcha por calles de tierra, balastro y asfalto, hasta Punta de Rieles. Del otro lado de la calle, un amplio criadero de chanchos se extiende como un oloroso chiquero de una hectárea de lodazal. Dentro de la casita, una sola cama contra la esquina del fondo y una improvisada cocina en la esquina opuesta, cerca de la puerta de madera. El techo de chapa de zinc protege seguramente de la lluvia pero difícilmente del frío de ese mes de julio de 2018 en que los encontramos, y seguramente tampoco del calor cuando el sol del verano descarga su potencia sobre la chapa, aunque acá abajo sea más fresco que allá arriba, nos explica Fernando. Habíamos concertado una entrevista con él, que nos esperaba a la entrada del barrio, unos 200 metros antes. Pero al llegar con Fernando a su casa nos encontramos con que allí estaba también Andrés, su hermano. Y a los pocos minutos se sumó Valentina, cuñada de ambos, que vive dos casas más allá. Conversamos largamente aquella tarde con aquellos tres treintañeros. La familia estaba fuertemente sacudida pues unos días antes Andrés había sido expulsado de su propia casa por Cecilia, su excompañera y madre de sus dos hijas.

      Este breve fragmento de relato nos muestra la presencia de varias familias interconectadas por el parentesco en un mismo territorio, la importancia de los bienes materiales, la autonomía de la mujer y el trabajo, la violencia doméstica, la centralidad de la economía doméstica. Debe saberse que la exmujer de Andrés, apoyándose en la medida cautelar que le impedía a este acercarse al domicilio, vendió la casa. Es probablemente por ello que la familia estaba muy dolida y preocupada por la pérdida de ese bien que no es un bien de la pareja sino que se inserta en la trama de relaciones de parentesco territorialmente estructuradas (todo esto aparece después del episodio narrado aquí, en otra parte de la narración, siempre por estos tres miembros de la familia con la cuñada como voz cantante). Puede verse así algo de la complejidad de la intervención del Estado en la trama de solidaridades locales, que incluye a la policía.

      El fragmento siguiente tiene que ver con el trabajo y, principalmente, con la naturaleza del trabajo al que acceden estos grupos sociales. Este aspecto es de crucial importancia porque cuando vamos a ver el barrio a través de la observación, yendo allí para ver y para saber, tenemos tendencia a no ver el trabajo porque el trabajo no se realiza, en su mayoría, allí. Tendemos a darle una importante centralidad a la vivienda, a lo doméstico, a la familia, a la infancia, a las mujeres y a los viejos. Porque así es la vida que se desarrolla en ese territorio y porque en los horarios en los que vamos a hacer observación las mujeres, los niños y los viejos están más presentes que los hombres en edad de trabajar. Lo que está ahí es lo que vemos. Pero debemos ser capaces de integrar a esa realidad local lo que no se ve, lo que no es evidente, porque ese mundo social no se agota en lo que parece ser, en su apariencia y en su evidencia. Y para lograrlo, el arma de la que dispone el sociólogo son las preguntas. Las que el investigador hace a sus interlocutores y las que se hace a sí mismo, las que le hace al saber sociológico o de las ciencias sociales y la filosofía.

      Fernando (28 años) trabajó por muchos años en la carga y descarga de diferentes mercaderías. La empresa donde trabajaba dio quiebra. Comenta que le pagaban muy poco, y que ese trabajo solo lo agarran los pastabaseros. La empresa sigue trabajando bajo otro nombre y con otra persona como titular.

      Ahora Fernando se dedica a la clasificación de residuos, a la que llama “requeche”. Esa actividad consiste en salir en bicicleta y buscar en barrios como Malvín, Buceo, Pocitos, Punta Carretas, Centro, algún tipo de desecho que tenga valor de reventa (ropa, electrodomésticos, plástico). Desde El Viñedo a Punta Carretas hay unos 14 kilómetros tomando el recorrido más corto, por 8 de Octubre (que no siempre conviene al requeche), es decir, aproximadamente una hora de pedaleo –cuando la bicicleta no está cargada y en subida, como al regreso–. Comenta que la policía muchas veces lo para en esos barrios, incluso de formas discriminatorias, usando palabras como “pichi de mierda”. Fernando dice que está tranquilo de circular por la calle porque no tiene antecedentes. Muchos son los que recorren la distancia de los lazos de la explotación social entre los asentamientos de Camino Maldonado y los barrios pitucos del litoral, como veremos un poco más tarde para [el caso de] Fredi, que va hasta allí en condiciones mucho menos duras.

      Antes Fernando trabajaba en una empresa de carga y descarga en 8 de Octubre y Larravide. “Descargando camiones. Descargaba pa’ la banana del Pepe en el Mercado Modelo. Se descargaban camiones de banana. Pero ahora, ahora… estoy… sin empleo... Estoy saliendo a la calle” (silencio).

      –¿Y qué es salir a la calle? ¿Qué hacés?

      Fernando. –Voy a buscar cosas para vender para la feria (silencio). Cosas así. Nomás me traje una cantidad de zapatos, cartera, ropa (silencio). No hay otra.

      Lo que Fernando consigue lo vende en la feria o se lo vende a algún pariente, a familiares, a su hermana. Esa tarde, mate de mano en mano, conversamos largo sobre su vida de trabajo. En el patio de su casa, junto con Andrés, su hermano, que fue completando el relato y donde se fueron entreverando el ahora de trabajar en la calle y el antes de la carga y descarga de camiones. Desde los dieciocho años Fernando

Скачать книгу