El oficio del sociólogo en Uruguay en tiempos de cambio. Miguel Serna

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El oficio del sociólogo en Uruguay en tiempos de cambio - Miguel Serna

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pero sobre todo a algunos sociólogos, además de su tecnicidad y la de las herramientas que manejan, cierta autoridad en la capacidad interpretativa. Y ello, porque la materia sobre la que trabajan y producen información es extremamente lábil y, por eso, requiere un análisis casi simultáneo a la información que se está produciendo. Ya no se trata de temáticas que culminaban en informes y diagnósticos que producen una información estática, como es el caso de los censos, o las encuestas, que arrojan información descriptiva mucho más estática y estable.

      A su vez, con el retorno a la democracia, se restituyen a sus funciones los docentes expulsados del Instituto de Ciencias Sociales y se comienza un programa de enseñanza y de investigación con una lógica algo distinta que antes de la dictadura.

      Por un lado, aumentan las investigaciones ajustadas a períodos anuales de financiamiento, como el de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC). Este nuevo contexto regulatorio hace que las investigaciones puntuales para realizar acumulaciones se inscriban, en muchos casos, en auténticos programas de investigación. A su vez, en esta nueva etapa del Departamento de Sociología, se intenta romper con la asignación temática en la que en la división del trabajo previa a la dictadura se le había encorsetado. En ciertas ocasiones, porque el enfoque que se le daba necesitaba ser ampliado y recontextualizado, como es el caso de la sociología de la educación, la sociología política y la sociología agraria. Esta última, porque se percibía como necesaria una perspectiva más amplia de la propia sociología rural tal como se concebía en el pasado, pero en otras porque emergían nuevas temáticas a tener en cuenta en la búsqueda de hacer inteligible el orden social de nuestra sociedad. Por ejemplo, sociología de género, del trabajo, de la juventud, entre otras áreas y espacios desde donde investigar.

      La acumulación de investigaciones puntuales va generando así un conocimiento muchas veces denso en campos específicos de conocimiento sociológico y ciertas áreas del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales se transformaron en referentes casi obligados para aproximarse a ciertos temas en las decisiones políticas o institucionales.

      En paralelo, la Universidad Católica del Uruguay también abre una Licenciatura en Sociología y también opera de forma similar la Universidad de la República, con investigaciones inscriptas también en programas de investigación. Y, asimismo, ejerciendo una influencia relevante en distintas áreas como en la educación.

      La emergencia de la actividad de investigación y de docencia e incluso de extensión en las universidades debilitó la investigación en los institutos privados que, a su vez, perdieron el acceso al financiamiento externo. Aun así, estos centros no desaparecieron, y mantuvieron y mantienen cierta actividad académica.

      Una tercera fuente de producción sociológica profesional son los organismos de Naciones Unidas que han realizado estudios de carácter sociológico en Uruguay, particularmente la Cepal, pero en menor medida Unicef y la Organización Panamericana de la Salud, por ejemplo.

      A su vez, múltiples ministerios e incluso empresas públicas y en algún caso privadas han solicitado a las universidades y a las empresas privadas con competencias de investigación sociológica estudios sobre distintas temáticas sociales con un encare sociológico.

      Finalmente, la profesionalización de la sociología en el ámbito privado se ha extendido a tal punto que se ha ido especializando e, incluso, ha requerido cursos especializados a nivel terciario para dar cuenta de las demandas de información en múltiples campos de conocimiento sociológico.

      En esta etapa el nivel de esta sociología de tipo descriptivo y sociográfico ha mejorado notablemente. Se ha transformado, sin lugar a duda, en una fuente ineludible para realizar políticas sociales y políticas de extensión universitaria. Políticas que tienen dimensiones sociales relevantes, como también en la vida de la economía privada o de las empresas públicas. Ello, como apoyo a las decisiones empresariales o de jerarquía pública sobre un importante y variado campo de decisiones.

      Conclusiones: el camino a seguir para fortalecer la profesión

      Ante la excelente presentación de la situación de la profesión realizada por el Colegio de Sociólogos y de su creciente inserción en distintos ámbitos institucionales públicos y privados, lo que queda es preguntarse cómo el Colegio puede ampliar y fortalecer estas inserciones en el mundo laboral uruguayo.

      Creemos que para avanzar es necesario fortalecer la profesión en tres direcciones distintas pero articuladas.

      En primera instancia, se requiere robustecer y apoyar a los sociólogos insertos en el sector público no académico. Por de pronto, es necesario que los llamados donde pueden presentarse sociólogos sean llamados específicos a sociólogos y no genéricos a cientistas sociales y a trabajadores sociales. Considero que para ello el propio Colegio debe realizar gestiones ante la administración central y los entes autónomos, municipios, etc., para que efectivamente avancemos en este sentido. Un segundo paso en la misma dirección es mostrar el tipo de competencias en las que el sociólogo está mejor preparado que otros profesionales para ejercer una función pública. Más allá de áreas específicas, consideramos que los sociólogos están en muy buenas condiciones de generar información social, bancos de datos e incluso investigar sobre temáticas sociales que son novedosas, y que son demandadas por las instituciones públicas. La consistente formación metodológica de las carreras de Sociología en el país, incluso a nivel de grado, permite reforzar esta imagen de los sociólogos, para reclamar un espacio específico en la división del trabajo de los técnicos en las instituciones públicas y privadas.

      En la misma dirección, es necesario construir un ethos propio de los sociólogos, fundamentalmente en la administración pública, algo así como la tienen las profesiones tradicionales en este ámbito. Para ello es necesario que los sociólogos que ya estén insertos en ese medio logren establecer redes de información y de comunicación donde se puedan intercambiar las soluciones a los problemas a que se ven enfrentados de forma recurrente e incluso en la vida de trabajo cotidiano. Por ejemplo, que en sus ámbitos de trabajo se sepa qué es lo que hace o puede hacer un sociólogo. Y, por lo tanto, que sea reconocida su valía en temas y/o procedimientos específicos. Sabemos que en muchos lugares se han hecho avances notables en este sentido. Por ejemplo, en administraciones públicas se sabe en qué tipo de áreas administrativas puede ser eficiente tener un sociólogo trabajando, poniendo en práctica sus conocimientos profesionales adquiridos; daría la impresión de que en áreas como las de producción de información social, evaluación de proyectos, evaluación de desempeño (o, más en general, de recursos humanos), negociación y diálogo social entre actores. Pero ¿hay otras? ¿Sería conveniente hacer un estudio al respecto? ¿Es posible pensar, en el marco de la formación permanente, en fortalecer los conocimientos de los sociólogos que están ocupando estos espacios? Todo ello implica que el Colegio realice un balance de la inserción de los sociólogos en la administración pública y eventualmente defina una estrategia para afianzar la profesión en este sector.

      En una segunda orientación más general, es necesario buscar la superación del espacio de ser solamente “productores de información social” que para algunos es la imagen dominante de lo que hacen los sociólogos. Es necesario que se nos reconozca una capacidad en la interpretación de la información e incluso de contextualizarla en sistemas de conocimientos más amplios con el fin de generar insumos para la elaboración o la evaluación de políticas que tengan una dimensión social o de colaboraciones con los actores sociales colectivos. Consideramos que los sociólogos estamos capacitados para ofrecer un punto de vista específico que, junto con otros puntos de vista provenientes de otras ciencias sociales incluyendo la economía,

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