Tres modelos contemporáneos de agencia humana. Leticia Elena Naranjo Gálvez

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Tres modelos contemporáneos de agencia humana - Leticia Elena Naranjo Gálvez страница 10

Tres modelos contemporáneos de agencia humana - Leticia Elena Naranjo Gálvez Ciencias Humanas

Скачать книгу

Esto es, trataría de elegir como una suerte de agente ‘abstracto’ que asume el punto de vista normativo que tienen los principios de la elección racional para cualquier maximizador. Pero el caso es que no pienso que esta actitud pueda ser vista como la de un agente que busca ser ‘imparcial’ en el sentido específicamente moral del término, tal y como sí lo sería, por ejemplo, un agente kantiano que intentara aplicar en unas circunstancias concretas una máxima que cumpla con los requerimientos normativos del imperativo categórico —universal, imparcial—. Pues estos requerimientos le exigen ante todo —y aquí reside la diferencia propiamente moral que creo que habría frente al agente maximizador de Gauthier— olvidar sus propios intereses, fines, afectos y circunstancias personales, para considerar solo la adecuación de la máxima al principio general-imparcial, i. e., racional en términos kantianos.

      1.1.2. El agente “no concernido” y sus razones premorales para actuar moralmente. El mercado como modelo de moralidad

      Por lo anterior, creo que se hace claro que la preocupación de Gauthier por la neutralidad valorativa y por tomar una distancia crítica y de desconfianza ante la moral tradicional o histórica-culturalmente transmitida estaría, a su vez, enlazada con el modelo de agente moral que puede extraerse de su discurso. Como se verá, es plausible decir que se trata de un individuo que aparece in abstracto, concebido sin lazos con otros agentes y sin contexto histórico. De él solo sabemos que tiene preferencias y que es racional cuando trata de satisfacerlas, esto es, que elige buscando maximizar su utilidad personal (p. 9). Lo interesante es que, de este agente, el autor destacará un rasgo que a los ojos de alguien ajeno a su discurso creo que puede aparecer, por lo menos en principio, como problemático, sobre todo si se busca fundamentar la moral: el agente modélico de Gauthier es un sujeto que no está interesado en los demás. Mejor aún, los agentes racionales que, según él, se deciden a cooperar entre sí, esto es, que optan por restringir su conducta maximizadora y cumplir con los requerimientos de la moral, lo hacen, afirma nuestro autor, por mero autointerés, no porque estén preocupados por sus congéneres. Son, pues, seres mutuamente “no concernidos” (unconcerned) (p. 17), característica fundamental que obedece a la inspiración básicamente hobbesiana que el filósofo canadiense reconoce repetidamente en su texto, si bien, como veremos, en algunos pasajes intentará tomar distancia frente al autor del Leviatán.

      En este punto creo que el lector podría preguntarse: ¿cómo es que un maximizador autointeresado y no concernido por otros agentes, un individuo que parte de aquello que nuestro autor supone es el terreno no moral o premoral de sus intereses, puede luego arribar al ámbito moral y hacerlo, paradójicamente, en razón de dichos intereses? La respuesta de Gauthier es que puede mostrarse, y él va a intentar hacerlo, que en ello no hay paradoja alguna, puesto que los principios morales se siguen luego de que se establecen los principios de elección racional. De manera que sin asumir ningún compromiso moral previo, sin que se haya partido de algún presupuesto moral, se llega de modo necesario, según el autor, al compromiso con la moral, y ello por razones de utilidad. Dejo de lado, repito, la objeción que podría planteársele a Gauthier, en el sentido de que un compromiso con la imparcialidad (que, como vimos, es la condición con la cual, según él, deben cumplir los principios de elección racional en contextos de racionalidad estratégica) pueda ser visto como algo distinto a un compromiso moral; o que la imparcialidad no sea, de suyo, un valor moral. Para nuestro autor, claramente este no es el caso, pues, según él, los principios morales surgen, en su modelo contractual, de un acuerdo que se suscribe entre agentes maximizadores; acuerdo que tiene lugar en un contexto previo a la moral misma. De manera que, guiados por una lógica estratégica, los agentes se comprometen a cumplir con las restricciones morales, esto es, llegan a la moral por razones no morales. “[…] [Morality] emerges quite simple from the application of the maximizing conception of rationality to certain structures of interaction. Agreed mutual constraints are the rational response to these structures. Reason overrides the presumption against morality” (p. 9).

Скачать книгу