Atrapada al atardecer. C. C. Hunter

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Читать онлайн книгу Atrapada al atardecer - C. C. Hunter страница 12

Atrapada al atardecer - C. C. Hunter Shadow Falls

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de la habitación. Miranda y Della intercambiaron una mirada fugaz.

      —¡Mierda! —exclamó Della—. ¡Oh, madre mía! ¿Eres una protectora? Quiero decir… nunca he conocido a ninguna, pero por lo que he escuchado sobre ellos… al parecer son muy, muy raros.

      Kylie levantó la mano para impedir a Della sacar conclusiones precipitadas.

      —No hay nada seguro, pero al parecer, Holiday cree que es posible. Dijo que eso explicaría la muerte de Daniel, ya que él era incapaz de protegerse. También explicaría por qué no pude ayudarme a mí misma con el vampiro.

      —La verdad es que algo ayudaste. Rompiste una pared de cemento.

      —Solo después de oír que el renegado atacaba a Lucas.

      Miranda puso los ojos como platos.

      —Y solo fuiste capaz de atacar a Selynn cuando pensaste que había hecho daño a tu madre. La leche. Comparto habitación con una protectora. Quiero decir, nadie se meterá conmigo nunca más porque le darías una paliza a quien lo hiciera. —Elevó el tono de voz—. Soy amiga de una protectora. ¿Sabes lo que molaré cuando la gente se entere?

      Miranda y Della chocaron los cinco.

      Kylie se quedó mirándolas fijamente.

      —¿Y ¿tú sabes lo poco que molaré yo cuando la gente se entere

      —Ser una protectora no te convierte en una pringada —contestó Della—. Te convierte en alguien increíble. No te creerías todo lo que he oído sobre los protectores. Eso significa que cuando consigas todos tus poderes, serás más fuerte que yo. —Frunció el ceño—. No sé si me gusta la idea, pero creo que sigue siendo increíble.

      —Pero yo no quiero ser alguien increíble. Solo quiero llegar a averiguar lo que soy y luego pasar mi vida mestiza y sobrenatural con mis no tan sensacionales dones. Ayudar a un fantasma de vez en cuando y, sí, me encantaría curar a algunas personas. No tendría problema con eso, porque… —Kylie vaciló, insegura de ser completamente honesta, pero entonces decidió arriesgarse—. Tal vez no es que no quiera ser alguien increíble, sino que no estoy del todo segura de que pueda estar a la altura… de lo que se espera de alguien increíble. No soy como tú. —Señaló a Della—. No soy intrépida y es evidente que tampoco soy valiente. Me gustan las cosas sencillas, que impliquen poco o nada de riesgo. —Miranda se aclaró la garganta, como si esperase que Kylie añadiera algo a su declaración—. Y tampoco me parezco a ti —dijo Kylie—. No soy…

      —No te preocupes —la interrumpió Miranda—. Ya sé que no soy una chica de esas que van dando palizas.

      —Aun así eres más valiente que yo. Nunca tienes miedo a decir lo que piensas. No te preocupa lo que piensan los demás. Yo tengo miedo de teñirme el pelo por el qué dirán.

      —Sí, pero el día que le diste una paliza a Selynn no tuviste miedo —intervino Della—. Simplemente lo hiciste. Al final, te acostumbrarás a actuar así. No es para tanto.

      Pero para Kylie sí lo era.

      —¿Son la mayoría de los protectores de una especie en concreto? —Si lo eran, esperaba que eso la ayudara a descubrir lo que era.

      —No —contestó Miranda—. Pueden ser cualquier cosa, pero se les conoce por su pureza y su bondad. Son como la Madre Teresa entre los seres sobrenaturales.

      —Algo que yo no soy para nada.

      Della y Miranda se miraron la una a la otra y después volvieron a mirar a Kylie.

      —Sí, lo eres —exclamaron al unísono.

      —¡No, no lo soy! No soy mejor persona que vosotras dos. Quiero decir, mirad lo que les hice a Selynn y a Fredericka.

      —Solo porque estabas protegiendo a alguien más, y eso es exactamente lo que los protectores hacen. —Miranda se encogió de hombros a modo de disculpa tras ver el ceño fruncido de Kylie.

      —Pero… no soy una santa. El otro día tiré prácticamente de la cama a Calcetines por despertarme y… una vez atropellé a una ardilla.

      —¿A propósito? —preguntó Della.

      —No.

      —Ahí lo tienes —dijo Della—. Apuesto a que incluso lloraste y te sentiste culpable.

      Kylie frunció el ceño todavía más.

      Della arqueó una ceja en un gesto cómplice.

      —¿Ves? Eso es lo que te hace tan buena. Casi nunca te enfadas.

      —Me enfado, vosotras me ponéis furiosa constantemente. ¿Os acordáis…?

      —Espera, hay algo que no tiene sentido —dijo Miranda—. Nunca he oído hablar de un protector que no fuera cien por cien sobrenatural.

      —¿Veis? Esa es la prueba. —Kylie apoyó las manos sobre la mesa, quería creérselo—. No soy una persona tan buena y estoy segura de que soy hija de mi madre. Así que no soy una protectora.

      —O quizá eres la primera protectora mestiza que haya existido jamás —dijo Miranda—. Es decir, normalmente solo nace un protector cada cien o doscientos años, pero, eh, ya basta. Vayamos a la parte interesante de lo que pasó esa noche. —Sacudió las manos en el aire como si estuviera apartando el tema a un lado.

      —¿Qué parte interesante? —inquirió Kylie.

      La sonrisilla de Miranda se convirtió en una de esas enormes sonrisas que aparecen en los anuncios de tiras blanqueadoras de dientes.

      —Por favooor… Estuviste allí, en medio de la oscuridad, durante horas, con Lucas, a solas. Que resulta que es el hombre lobo más atractivo de la tierra. A ver, a mí no me atraen los hombres lobo, pero hasta yo soy capaz de verlo. Se parece a un Dios. Así que… —Extendió las palmas de las manos—. ¿Qué pasó? Y ni si te ocurra decir que nada, porque entonces perderé completamente la fe en el amor.

      Kylie estaba a punto de contestar cuando vio que Della se inclinaba hacia adelante, con la cabeza ligeramente ladeada, escuchando el latido del corazón de Kylie para comprobar si mentía.

      —La brujita tiene tazón —dijo Della—. Esta podría ser la parte interesante.

      Kylie miró a Della con el ceño fruncido. Pese a ser una chica que nunca soltaba prenda sobre sus secretos, no le daba a nadie un respiro. Entonces, Kylie miró a Miranda, que contenía la respiración anticipándose a la revelación de Kylie.

      —Lo siento —contestó—. No ocurrió nada.

      —Uh. —Miranda dejó caer los brazos sobre la mesa y se recostó sobre ellos.

      Della seguía mirándola fijamente. Kylie sabía que estaba escuchando los latidos de su corazón, de nuevo tratando de comprobar si mentía. Francamente, Kylie no estaba segura de lo que escucharía Della. En realidad no era mentira, no había ocurrido nada, salvo que… Se había sentido tan a salvo cuando Lucas la había abrazado. Hasta que se convirtió en Wonder Woman cuando escuchó al renegado atacar a Lucas. ¿Qué significaba eso? Kylie no estaba segura, así que

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