El estallido. Hassan Akram

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El estallido - Hassan Akram

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las que generaron el crecimiento más alto de la historia reciente chilena. Fue ese mayor crecimiento, y no el de la dictadura, el que permitió que Chile, un país más pobre que Argentina en los sesenta, lograra ser un país más próspero que su vecino trasandino. Sin embargo, lo que es más llamativo aún, cuando uno analiza el gráfico comparado, es que incluso este mayor crecimiento chileno es más bien mediocre comparado con el crecimiento de un tigre asiático como Corea. 98

      Una economía de ingresos medio-bajos que exporta pocos bienes a pocos países (como Chile en los setenta) puede gatillar un alto crecimiento con políticas que aumentan sus exportaciones básicas. Así la estrategia de la Concertación de abrir mercados de exportación para Chile a través de los TLC tuvo un éxito inicial.99 Pero una economía de ingresos medio-altos que ya exporta muchos bienes básicos a diferentes países (como Chile en los 2000) solo puede mantener este ritmo de alto crecimiento a largo plazo con políticas que aumentan la exportación de bienes avanzados. Esto es precisamente lo que hizo Corea a través de políticas de planificación sectorial indicativa. Con dichas políticas el Estado usó subsidios y aranceles condicionados con límites de tiempo y requisitos de rendimiento para empujar su sector productivo hacia la diversificación y complejización tecnológica. De esta forma se mantuvo el alto crecimiento y se cerraron las brechas con los países desarrollados. En contraste, el Estado subsidiario o neoliberal chileno, que impide la planificación sectorial, empezó a estancarse.

      Este estancamiento se hace visible de múltiples formas en los indicadores económicos chilenos, desde la década de los dos mil. Por ejemplo, se ve en la incapacidad de la economía chilena de lograr la diversificación de su matriz exportadora y su consecuente retraso tecnológico, sobre todo en la relación con China. Esa fue la época del mayor auge económico del gigante asiático, que estaba usando las mismas políticas de planificación sectorial antineoliberales que había utilizado Corea (y la primera generación de los tigres antes) para asegurar su alto crecimiento.100

      La diferencia con Chile fue muy notoria, porque en esta época China además llegó a ser el primer socio comercial de nuestro país. Chile empezó a enviar mucho cobre concentrado a Asia, recibiendo de vuelta maquinaria electromecánica, electrodomésticos y productos farmacéuticos. Esta relación entre exportaciones de recursos naturales levemente procesados e importaciones de bienes manufacturados y de alta tecnología describe una relación típica entre un país en vías de desarrollo y otro ya desarrollado. El hecho de que Chile tenga esta relación con un país también en vías de desarrollo habla muy mal del modelo chileno.

      En vez de imitar el ejemplo chino, buscando agregar ‘complejidad tecnológica’ a las exportaciones a través de contratos especiales con las transnacionales cuya IED101 llegaba a Chile, los gobiernos, influenciados por el neoliberalismo, simplemente dejaron estas relaciones al libre mercado. Los resultados de este laissez faire se ven en el siguiente gráfico. Esto muestra el ‘índice de complejidad económica’ (una clasificación de la diversificación de las exportaciones) que revela que, dado su nivel de exportación, el tipo de productos que vende Chile es cada vez menos sofisticado:

       Complejidad tecnológica de las exportaciones

      Fuente: http://atlas.media.mit.edu

      El estancamiento de la productividad laboral es una consecuencia casi inevitable de este retraso tecnológico. Cuando la economía no incorpora nuevas tecnologías y capacidades, cuando sigue vendiendo el mismo grupo de productos desde hace tiempo, entonces el espacio para innovar y ser más productivo es poco. Como se ve en el siguiente gráfico, desde hace unos 15 años, la productividad laboral está estancada en Chile, lo que ayuda a entender la desaceleración de la economía, los bajos salarios y el creciente malestar de los rezagados:

       Bajo crecimiento de la productividad en Chile

      Fuente: Cox Edwards (2017: 6 n.3)

      Cuando se habla de un grupo de personas denominadas ‘rezagadas’, se refiere específicamente a aquellas cuyos ingresos no están aumentando de la misma forma que ocurre con los ingresos de los más privilegiados de la sociedad. Como se analizó anteriormente (sección 1B), el 1% más rico de Chile vio aumentos importantes en sus ingresos durante toda la década de los dos mil. Lo que se ve ahora, con el estancamiento de la productividad desde la segunda mitad de aquella década, producto de la nula diversificación productiva que empeora en la misma época, es que hay también una desaceleración en el crecimiento salarial.

      Es importante destacar dicha desaceleración porque, en contraste con el mundo desarrollado, muchas veces en el mundo en vías de desarrollo aumentos brutales en la desigualdad se compensan con un aumento transformativo en los ingresos de las clases populares. Esto es lo que ha apaciguado parcialmente el descontento social en varios países asiáticos (el cambio desde ser campesinos con cultivos de subsistencia a trabajadores urbanos con salarios crecientes hace menos relevante el mayor enriquecimiento de la elite).

      En Chile, durante los primeros años de la transición democrática, los aumentos en los ingresos también contuvieron el descontento social (el país estaba saliendo de una dictadura sangrienta durante la cual el ingreso real promedio se había contraído sistemáticamente). Sin embargo, pasando los años, el recuerdo colectivo del miedo asociado con la dictadura se desdibujaba y, sobre todo posteriormente a la crisis asiática, el crecimiento de los ingresos se desaceleró, lo que provocó que se empezara a sentir más el descontento social:

       Bajo crecimiento de los salarios en Chile

      Fuente: Ffrench-Davis (2018: 496)

      La otra cara de la moneda de estos salarios estancados es un creciente endeudamiento de la población. Según el INE,102 el ingreso promedio per cápita mensual de 4 de los 5 quintiles (80% de la población) es menos que su gasto promedio mensual. En otras palabras, las familias se endeudan cada vez más. Según Dicom Chile tiene 11,3 millones de personas endeudadas (63% de la población).103 De estos, 4,6 millones son personas con deudas morosas (25% de la población) cuyo monto promedio de deuda está creciendo desde 1,3 millones de pesos en 2015 a 1,8 millones en 2019.104 De estos deudores morosos, más de 75% lo es hace más de un año y el monto promedio que deben pagar es de 2,1 millones de pesos.105 En este contexto no debe sorprender que la gente no esté contenta con el modelo económico.

      Entonces para resumir: el estallido que empezó el 18 de octubre de 2019 tiene su explicación, no en las pulsiones emocionales de una generación irracional, sino en los problemas concretos del modelo neoliberal. Las políticas públicas neoliberales generaron un grupo de rezagados, cuyos ingresos se han estancado y cuyo estándar de vida se ve precarizado. Puesto que Chile tiene los derechos sociales mercantilizados, la desaceleración en los ingresos implica menor acceso a educación y salud y mayores posibilidades de una jubilación de pobreza. Una familia que salió de la pobreza podría volver a ella solo porque se enferma uno de los padres, que implica un tremendo gasto médico y luego meses sin sueldo. Los hijos podrían tener que abandonar la universidad y entrar en el mercado laboral, cortando cualquier sueño de movilidad social. Esta es la realidad del Chile de los rezagados, donde los salarios estancados hacen insostenible la vida estable.

      Frente

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