El estallido. Hassan Akram

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con el cambio tecnológico. Si no fuera por el debilitamiento de los sindicatos, que juegan un papel fundamental en estas políticas activas, junto con el bajo financiamiento público a la educación, se podría haber logrado que el cambio tecnológico no implicara mayor desigualdad. Lamentablemente, el neoliberalismo lo impidió.

      En la próxima sección se argumentará que las tendencias nocivas de las políticas neoliberales descritas en esta sección han dado luz a un nuevo grupo de personas: los left behind (rezagados). El acceso de este grupo a los beneficios de la modernización capitalista (para usar la terminología de Carlos Peña) ha sido insuficiente. Su malestar con esta situación hace que se debilite el apoyo de la sociedad a las políticas neoliberales. Este argumento no es limitado a Chile, sino que los cambios acá son más bien parte de una tendencia mundial. En todas las sociedades que pasaron por experimentos económicos neoliberales extremos (el Reino Unido bajo Thatcher, los Estados Unidos bajo Reagan y Chile bajo Pinochet), se ha cuajado un grupo de left behind (rezagados), quienes están desestabilizando el sistema político y económico. Entonces, terminando este capítulo se espera poner el estallido chileno en el contexto más amplio de una crisis global del neoliberalismo.

      1D. Los rezagados de la modernización capitalista, ¿los sepultureros del neoliberalismo?

      Aunque a la Sofofa le duele reconocerlo, es cada vez más evidente para el público general que la causa del malestar en Chile es el propio modelo neoliberal. Así, en la forma de la ciudadanía movilizada, el neoliberalismo ha dado a luz a aquellos que podrían ser sus propios sepultureros. Es que la gente manifestándose en Chile es parte de un porcentaje grande de personas perjudicadas por las políticas económicas de la liberalización comercial, la desregulación financiera y la privatización, y sus acciones están poniendo en jaque al sistema.

      Pero este grupo no solo está presente y activo en Chile en 2019. De hecho, fueron identificados primero con las victorias de Brexit y Trump en 2016. Aunque estos dos eventos políticos fueron triunfos para la derecha, había un componente antineoliberal en las votaciones. Con el Brexit el Reino Unido votó para salirse del Mercado Común Europeo (efectivamente un TLC europeo) y Trump hablaba de forma muy agresiva durante su campaña contra el Nafta (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Así, el sentir antineoliberal de los rezagados ayuda a entender estos dos resultados electorales.

      De hecho, una de las interpretaciones más influyentes acerca de estas dos votaciones las vincula con el aumento en la desigualdad salarial combinado con un estancamiento o deterioro absoluto en los ingresos de la mayoría que ha habido en los dos países. Esta tendencia se aceleró con posterioridad a la Crisis Financiera Global de 2007. Las clases rezagadas y marginadas (‘the left behind’), enfrentando una situación económica muy negativa, abandonaron la centroizquierda (que apoyaban tradicionalmente), criticándola por su asociación con el neoliberalismo, tan perjudicial para ellas.

      Por supuesto que no fue un rechazo explícito al ‘neoliberalismo’ nombrado como tal, sino a las políticas neoliberales impopulares asociadas con la crisis (la liberalización comercial y financiera, sobre todo). Por este rechazo algunos rezagados entregaron su voto a la derecha antineoliberal. Así, fue posible constatar un gran número de electores del Partido Laborista que votaron Brexit y un menor número de electores de Obama que votaron Trump (siendo Brexit y Trump vistos como oposición al libre comercio para la gente de zonas desindustrializadas). Otros rezagados simplemente han dejado de votar (los votantes de Obama que se abstuvieron con Hillary Clinton asociándola con Wall Street y la liberalización financiera). De todas formas, en los dos casos, lo que subyacía a las victorias electorales de la derecha fue un malestar profundo con el modelo económico neoliberal, encarnado en los rezagados.

      Para entender el estallido chileno, es importante ponerlo en este contexto comparativo. Como ya se comentó, los ejemplos del Reino Unido y los Estados Unidos son pertinentes porque son los únicos otros países que han implementado el neoliberalismo a una profundidad similar a Chile. También sufren de altos niveles de desigualdad y de un hondo malestar entre los rezagados. También han visto victorias electorales de la derecha, en el contexto de una caída libre en la legitimidad del sistema político. Así, haciendo una breve caracterización socioeconómica de los rezagados, los marginalizados por el avance neoliberal en estos tres países, se puede entender mejor este actor social nuevo. Para Chile, tener identificado a este grupo ayuda a dimensionar el alcance de las demandas del estallido y permite empezar a ver soluciones a la crisis.

      La clasificación social de los rezagados (left behind) viene del trabajo del renombrado economista serbio-estadounidense Branko Milanovic. El contexto de su argumento es el estudio de los efectos de la globalización de la economía mundial en la distribución de los ingresos. Según sus cálculos, esta globalización no ha beneficiado a las clases populares (ni las medias ni las bajas) del mundo desarrollado, sino a sus elites. La diferencia entre el crecimiento de los ingresos de las elites y el estancamiento o deterioro de los ingresos de la mayoría es lo que ha dado nacimiento a los rezagados como colectividad. Su famoso gráfico de elefante pretende capturar este sufrimiento económico de las clases rezagadas:

       Crecimiento global de ingresos 1988-2008

      Fuente: Milanovic 2012:13

      El gráfico de elefante muestra cómo las personas en la parte baja de la distribución de ingresos en los países desarrollados se han visto perjudicadas por la globalización. Eso es cierto en comparación tanto con la gente en Asia (con la que muchas veces tienen que competir en las cadenas globales de valor) como con la elite de sus propios países”.88 Es importante destacar que, según Milanovic, también hay un grupo importante de chilenos entre este grupo de rezagados.89

      Sin embargo, se ha cuestionado este análisis. Según Adam Corlett, “el gráfico parece demostrar que partes de la distribución global de ingreso alrededor del octogésimo percentil han visto el estancamiento de sus ingresos durante los últimos 20 años. Se ha dicho que este grupo representa ‘las clases medias y bajas del mundo desarrollado’, incluyendo el Reino Unido y los Estados Unidos […] Sin embargo, la idea de que los ingresos promedios de este grupo se han estancado en esta época no es lo que las cifras dicen”.90

      Corlett argumenta que el gráfico no es una buena forma de entender el cambio en los ingresos de un grupo particular de un país particular (por ejemplo, la clase baja británica o estadounidense). El problema es que el gráfico calcula el ingreso de un decil global x de la distribución global de ingreso en 1988 y lo compara con el ingreso del mismo decil global en la distribución de 2008.

      En la base de datos de Milanovic se agregan nuevos países en los últimos años del estudio, y además ciertos países aumentaron su población mucho más rápidamente que otros. Estos dos factores generan un cambio en los deciles nacionales que están en los varios deciles globales del gráfico. En otras palabras, las personas que están en el decil global x en 1988 no son las mismas que están en ese decil global x en 2008. Pueden ser de otros países o del mismo país, pero que estaban en otro decil global en 1988 por el cambio demográfico. Efectivamente se está comparando los ingresos de un grupo de personas en 1988 con un grupo totalmente distinto de 2008 –cosa que no permite hacer las interpretaciones sobre el bienestar o las actitudes políticas.

      Corlett argumenta que, con un grupo consistente de países en un gráfico que mantiene los deciles nacionales en su posición según la distribución de 1988 para ver los cambios en sus ingresos, entonces los resultados cambian. Según él, “no hay estancamiento sino bajo crecimiento para las personas alrededor del octogésimo percentil”, así que no

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