Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

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Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018) - Carlos Medina Gallego

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los nexos políticos y la solidaridad entre los campesinos y los obreros petroleros de Barrancabermeja y el empuje revolucionario del movimiento estudiantil de Bucaramanga y Bogotá (Harnecker, 1988).

      La región de San Vicente de Chucurí, donde finalmente se instaló el primer grupo, contaba, en el concepto de quienes debían tomar la determinación, con excelentes condiciones para la implantación del proyecto.

      El área escogida reunía una serie de ventajas. Por una parte, había zonas montañosas selváticas de difícil acceso para un enemigo que no las conocía, buena agua y facilidades de entrar provisiones. Por otra parte se contaba con varias poblaciones de importancia no muy distantes y con una población campesina de alguna experiencia en la actividad armada, como que había colaborado de una u otra forma con las guerrillas liberales, además, en su mayoría los habitantes de la región eran jornaleros agrícolas, propietarios algunos de ellos de pequeñas “mejoras”, pero no aferrados a una propiedad rural de la que carecían, habían sufrido la violencia y la persecución oficial, cuando no el despojo y la arbitrariedad de terratenientes, acaparadores y usureros. Para ellos la lucha no era extraña, sino que estaba latente como recurso último para lograr la transformación de un sistema que secularmente los ha marginado y oprimido y cambiar unas relaciones de producción preñadas de injusticia. (Arenas, 1971, p. 42)

      Los contactos, las relaciones y el trabajo con la población civil

      A finales de 1963, Fabio Vásquez inicia la exploración de la zona que ha sido escogida para el surgimiento del grupo. Entra en contacto con José Ayala a través de Heliodoro Ochoa, conoce un grupo de campesinos de la región que Ayala tenía organizado, recorre el área, conversa con la población, conoce sus costumbres y formas de concebir la política, sus condiciones personales, familiares y económicas, y empieza a sembrar la inquietud de la necesidad de la lucha y de lo inevitable del cambio revolucionario, en caso de que el pueblo se decida a luchar con decisión y sacrificio. Siete meses después, Fabio cuenta con un grupo de 18 campesinos dispuestos a emprender la lucha guerrillera y un buen número de colaboradores en la zona rural, pueblos y caseríos aledaños59.

      El trabajo comienza a realizarse en la región en el momento que se está desarrollando la huelga petrolera de 1963 que, los obreros de Ecopetrol, logran sostener con la ayuda masiva de los campesinos de las zonas de San Vicente, El Carmen y Yarima. Si bien el respaldo se empieza a través de una solidaridad efectiva en apoyo logístico, los campesinos se sentían partícipes de la lucha de los petroleros en la medida que las compañías extranjeras y Ecopetrol venían explorando en sus fincas y desplazándolos de ellas (entrevista a Nicolás Rodríguez, 1992-3). En estas condiciones se encuentran con dos elementos que les permite madurar rápidamente el proyecto: las prácticas de la solidaridad de la gente de la región y, gérmenes de una organización radical, porque la huelga fue tratada violentamente y eso generó una actitud de resistencia violenta de los trabajadores y sus familias.

      Pasada la huelga, los campesinos de la región comienzan a organizarse por dos razones: 1) la avanzada de los compañías extranjeras y de Ecopetrol sobre sus áreas de colonización para arrebatárselas, es decir, como mecanismo de defensa necesario de lo que iban construyendo después de La Violencia, y 2) la necesidad política de consolidarse en el área del Cerro de los Andes, poblando esa región de colonización con campesinos liberales de San Vicente, antes de que los conservadores del área de Santa Helena, San Juan Bosco de la Verde lo hicieran.

      Los compañeros llegan en el momento justo, muy a tiempo para el bien de la región y de la misma lucha, y es que allí se estaba comenzando a producir una serie de movimientos sin un norte muy claro: por ejemplo, había un grupo encabezado por unos muchachos de apellido Pico que no se sabe hacia dónde tuvieran un entronque directo con el bandolerismo de la época, pero la tendencia que mostraban sí era como la de estructurarse con ese carácter, incluso. Por esos días hicieron un asalto a un bus intermunicipal, lo desvalijaron y robaron a los pasajeros; Fabio y los otros compañeros aprovechando esta situación le dicen a la gente: vea hombre eso no es correcto, eso no se debe hacer. Otro grupo de campesinos, entre los que se encontraba José Solano Sepúlveda y Hernán Moreno Sánchez que fue capitán guerrillero en la época de La Violencia, tiene el plan de asaltar una base militar en el centro de Barranca para recuperar una cantidad de armamento… Fabio les plantea que por ahí no es la cosa, les expone las tesis de cómo debe arrancar el proceso y deben arrancar con un perfil diferente, que ahora no es el momento de pelear entre liberales y conservadores. (Entrevista a Nicolás Rodríguez, 1992-3)

      Además del trabajo que se estaba realizando en el campo, en las ciudades y sitios cercanos a la zona de implantación del proyecto, se venía trabajando en la formación de núcleos de apoyo y redes logísticas en Bogotá y Bucaramanga. Una permanente acción de proselitismo se realizaba en el sector estudiantil que durante esos años había adquirido un importante protagonismo político con la constitución de la Federación Universitaria Nacional (FUN) y su lucha contra el régimen político de Guillermo León Valencia.

      En Bucaramanga, la Asociación Universitaria de Estudiantes Santandereanos (Audesa) se había convertido en el centro de la actividad de los primeros militantes y simpatizantes del proyecto del ELN. De igual forma, en Barrancabermeja la Unión Sindical Obrera (USO) era objeto del trabajo político de los iniciadores del foco guerrillero quienes venían en esa organización gremial un potencial revolucionario dada su tradicional combatividad. La búsqueda de cuadros destinados a conformar las bases del ELN se extendió también a la militancia de las juventudes del Partido Comunista y del Movimiento Revolucionario Liberal.

      Mientras Fabio Vásquez Castaño y Heriberto Espitia adelantaban el trabajo rural en la zona de implantación del foco guerrillero en San Vicente de Chucurí, en Bucaramanga, Víctor Medina Morón y Heliodoro Ochoa hacían lo pertinente con el trabajo urbano en el sector estudiantil. Carlos Uribe Gaviria y Ricardo Lara Parada estuvieron a cargo del trabajo político en Barrancabermeja y Manuel Vásquez Castaño y José Manuel Martínez Quiroz en el movimiento estudiantil de Bogotá; Claudio León Mantilla, estuvo colaborando con el trabajo de Fabio y Heriberto en San Vicente.

      A finales de 1963 y comienzos de 1964, el Partido Comunista de Colombia detectó el tipo de labor que venían realizando los fundadores del ELN en el interior de su organización y procede a expulsar públicamente a Víctor Medina Morón, Heriberto Espitia, Heliodoro León y Libardo Mora Toro del partido con el señalamiento de “extremoizquierdistas” (Arenas, 1971, p. 42).

      En Bucaramanga los primeros núcleos se constituyen con estudiantes de la Universidad Industrial de Santander (UIS) y con algunos trabajadores independientes que se identificaban con los criterios y puntos de vista con que se va argumentando la propuesta. En Barrancabermeja, Juan de Dios Aguilera, que se desempeñaba como dirigente sindical de la Federación de Trabajadores del Petróleo, se encargó del trabajo de formación de núcleos en el puerto petrolero; Aguilera logró desarrollar un trabajo cuya importancia puede medirse con solo decir que la guerrilla en ocasiones pudo supervivir y superar buen número de problemas gracias al apoyo y a la red urbana creada por él en Barrancabermeja (Arenas, 1971).

      Sobre el acumulado existente de la guerrilla liberal y el movimiento social

      El primer foco guerrillero del ELN se conforma en la vereda “La Fortunata” del Municipio de San Vicente de Chucurí. Allí, confluyen una serie de elementos en los que se confunde lo político con lo familiar y lo local. Del grupo que inicia la primera marcha en julio de 1964, prácticamente todos pertenecían a la región o eran conocidos en ella. Eso les permitió sobrevivir durante los primeros meses, pero, además, evitar las infiltraciones que podían producirse al escaparse la información de que un grupo armado se estaba configurando en el área.

      Un

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