Estrategias de lucha contra el despojo:. Kelly Johanna Ariza Arias
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A nombre de grupos de particulares se encuentran 7 documentos firmados de forma individual por entre 15 y 50 arhuacos. En estas correspondencias, los emisores no manifestaron la filiación a instituciones u organizaciones indígenas, aunque algunos firmantes pertenecían a estas, sino que presentaron sus denuncias y reclamos como individuos que hacían parte de la comunidad arhuaca. Los documentos firmados a nombre de particulares son aquellos que fueron enviados de forma individual por indígenas; en este grupo también se encuentran 7 elementos, pero firmados solamente por tres autores: Remilio Pastor Niño, Vicencio Torres y Dionisia Alfaro,8 quienes fueron lideres arhuacos activos que pertenecieron a la Liga Indígena de la Sierra Nevada. Finalmente, en el grupo de los documentos con firmas mixtas se encuentran 5 correspondencias de autoría conjunta entre instituciones u organizaciones indígenas, particulares e incluso autoridades como los mamos, líderes espirituales de los grupos indígenas de la Sierra Nevada, y los corregidores o inspectores, principales autoridades civiles de los poblados indígenas.
Todos estos documentos de autoría indígena fueron dirigidos a diversas entidades e instituciones estatales y no estatales. Entre los remitentes estatales más representativos se encuentran la Presidencia y el Congreso de la República, la Procuraduría, la Secretaría de Gobierno, la Gobernación del Magdalena, la Alcaldía de Valledupar, los ministerios de Agricultura, Economía, Industrias y Gobierno, la División de Resguardos Indígenas y la División de Asuntos Indígenas. Por su parte, dentro de los remitentes no estatales, a quienes está dirigido solo un documento de la correspondencia indígena compilada, se encuentran la Academia Colombiana de Historia y la Federación de Trabajadores del Magdalena (FTM).
De los 55 documentos de autoría indígena que fueron enviados a funcionarios y entidades del Estado solo se encontraron 9 respuestas hacia los indígenas. No obstante, es importante recordar que no se tiene la totalidad de la interlocución y, de hecho, en al menos 7 documentos se hace referencia a correspondencias envidas y recibidas de parte y parte que no fueron encontradas, pero que por su mención se sabe que existieron. De ahí que se pueda afirmar no solo que hubo más envíos por parte de arhuacos, sino también que hubo más respuestas por parte de las entidades estatales.
En cuanto al documento dirigido a la Academia Colombiana de Historia y la FTM, este memorial de 1962, firmado por “los indígenas de San Sebastián de Rábago”, fue reenviado por parte de la Academia al jefe de la División de Asuntos Indígenas bajo el argumento de que los asuntos del documento no correspondían a la institución.9 Por este reenvío, el documento se encuentra en los archivos del Ministerio de Gobierno del AGN y fue posible acceder a dicho memorial. Este caso permite suponer que es muy probable que más memoriales y correspondencias hayan sido enviadas por parte de indígenas arhuacos a otras organizaciones o instituciones no estatales de las que no se tiene conocimiento.
Ahora bien, estos documentos de autoría indígena se caracterizan por presentar denuncias y reclamos ante las diversas entidades estatales y no estatales, con el objetivo de obtener ayuda y soluciones para las problemáticas de la comunidad. Dentro de estas problemáticas, el tema territorial es el más recurrente, especialmente desde finales de la década de los cuarenta, e incluye denuncias por el despojo de tierras, el desplazamiento a causa de este y los abusos por parte de los colonos, como la quema de bosques y propiedades indígenas, los cobros exagerados por la devolución de terrenos y las amenazas a los indígenas que se resistían a la colonización. Junto con esto, dentro del aspecto territorial de los reclamos se encuentran todas las solicitudes para el reconocimiento del resguardo indígena, las cuales tuvieron un gran auge en la década de los sesenta.
Otras problemáticas no tan recurrentes en la correspondencia indígena recopilada, pero igual de relevantes, son: el cobro indebido del impuesto de degüello, la explotación laboral, la prohibición de celebraciones tradicionales, la toma de niños para internarlos en el orfelinato de la Misión Capuchina, los malos tratos a los internos de dicha institución, la afectación de los lugares sagrados por la construcción de vías y la expansión de la colonización, la falta de autoridades civiles indígenas, la infiltración de comunistas, los abusos de las autoridades externas y la persecución de líderes arhuacos. Algunas de estas problemáticas denunciadas se pueden ubicar en unos años o una década específica, pero la mayoría corresponden a situaciones que se mantuvieron por casi todo el periodo estudiado e incluso continuaron después de 1972.
Por su parte, las fuentes que no son de autoría indígena en su mayoría corresponden a comunicaciones internas e interinstitucionales de la División de Asuntos Indígenas del Ministerio de Gobierno y la Comisión de Asistencia y Protección Indígena dependiente de esta División. Estos documentos fueron enviados y recibidos por la División y la Comisión desde y hacia diversas entidades estatales como el Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora), el Departamento de Tierras del Ministerio de Economía, la División de Baldíos del Ministerio de Agricultura y la Sección de Resguardos y Parcialidades del Ministerio de Gobierno. Además, la División de Asuntos Indígenas recibió y envió correspondencias de algunas entidades u organizaciones no estatales, entre las que se destacan la FTM, el Sindicato de Pequeños Comerciantes, el Sindicato de Trabajadores de Carreteras Nacionales, el Centro Sindical de Valledupar y la Academia Colombiana de Historia.
Dichas comunicaciones internas e interinstitucionales abordan principalmente el aspecto territorial de las problemáticas presentadas por indígenas arhuacos, pues estaban enfocadas en hallar la forma de solucionar los conflictos con los colonos por el despojo de tierras y de dar respuesta a las solicitudes de constitución del resguardo. De forma secundaria, estas correspondencias también trataron la problemática de las autoridades civiles y, especialmente, los abusos y la imparcialidad de los corregidores o inspectores colonos; sin embargo, los reclamos y las denuncias sobre el accionar de los misioneros capuchinos y las condiciones de vida de los niños internos el orfelinato son aspectos relegados en estas comunicaciones.
Como todos los tipos de fuentes utilizados en la investigación histórica y social, los documentos recopilados tienen limitaciones y alcances o posibilidades de análisis. Hacer explícitos estos aspectos es fundamental, porque ayuda a potenciar o matizar las reflexiones hechas a partir de dichas fuentes y, en este caso particular, puede contribuir a una mejor comprensión del corpus documental. Por tal razón, en este apartado se presentarán aquellos elementos que se han identificado como las limitaciones y los alcances más relevantes tanto del corpus como de los documentos que lo conforman.
Por un lado, en cuanto a las limitaciones, un punto central es el hecho de que el corpus documental no contiene toda la interlocución entre indígenas arhuacos y entidades del Estado colombiano entre 1916 y 1972. Como se mencionó, en varias de las fuentes analizadas se hace referencia a la existencia de otros documentos que harían parte de la interlocución y que no fueron encontrados; además, se debe tener en cuenta que el trabajo de archivo se centró en las comunicaciones del Ministerio de Gobierno y que, como estas mismas comunicaciones lo muestran, los arhuacos no se dirigieron únicamente a dicha entidad, pues sus remitentes fueron diversas instituciones y funcionarios estatales tanto nacionales como regionales. Muchos de estos funcionarios reenviaron las correspondencias arhuacas a las oficinas del Ministerio