Una historia popular del fútbol. Mickaël Correia
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Con respecto a la fulminante decisión de la Football Association, el célebre tennisman e impulsor de la educación física Eustace Miles aprueba: «Creo que el fútbol es un juego inadaptado para las mujeres, sobre todo si no han pasado antes por un examen médico […]. Al igual que el físico de una mujer es más redondeado que el de un hombre, sus movimientos deberían ser más curvos y menos angulosos».163 El discurso oficial de la federación de fútbol es retomado asimismo por los directivos de distintos clubes profesionales. Peter McWilliam, entrenador del Tottenham Hotspur FC, dice en las páginas del Hull Daily Mail: «He presenciado uno o dos partidos femeninos que me han convencido de que el juego solo puede tener consecuencias nefastas para las mujeres». Mismo discurso por parte del entrenador del arsenal, Albert Leslie Knighton: «Cualquiera que conozca la naturaleza de las lesiones sufridas por los futbolistas masculinos no puede evitar pensar, viendo jugar a las chicas, que si recibieran golpes y contusiones similares sus futuros deberes de madre quedarían gravemente comprometidos».164 El mensaje político enviado por las autoridades deportivas es diáfano: los estadios de fútbol han de seguir siendo el templo de la masculinidad y el deber de las mujeres es consagrarse a la regeneración de la nación.
Una de las primeras consecuencias directas de esta resolución radical es que un gran número de encuentros femeninos programados para la temporada son anulados por falta de estadios disponibles. Asimismo, de los ciento cincuenta equipos censados a finales de 1921, tan solo una veintena consiguen seguir practicando el fútbol, no sin grandes dificultades, durante los años siguientes.165 Gozando aún de su fama deportiva, las Dick, Kerr Ladies se embarcan en septiembre de 1922 para una gira trasatlántica. Tras una serie de partidos contra escuadras masculinas en Baltimore, Washington y Nueva York, reciben estupefactas la noticia de que los partidos programados en Canadá han sido anulados por decisión de la Federación Canadiense de Fútbol. Desencantadas, las futbolistas regresan a Liverpool el 17 de noviembre de 1922. Un comité de bienvenida oficial, formado por varios ediles regionales, recibe a las jugadoras a su descenso del transatlántico. Sin embargo, los brindis a la gloria del fútbol femenino suenan irremediablemente falsos a los oídos de las Dick, Kerr Ladies. Continúan disputándose algunas competiciones esporádicas, pero los encuentros Francia-Inglaterra de 1922 y 1923 atraen a mucho menos público. Y, de hecho, los diarios nacionales como el Manchester Guardian, el Daily Mail o el Times, que antes anunciaban y reseñaban los distintos partidos, prácticamente dejan de hacer referencia al fútbol femenino a partir de 1922.166
La memoria colectiva del entusiasmo popular británico por el esférico femenino y sus obreras futbolistas decae progresivamente en favor de un fútbol exclusivamente masculino. En 1926 las Dick, Kerr Ladies se ven despojadas hasta de su nombre, después de que su patrocinador industrial se desentienda financieramente del equipo. Se rebautizan como las Preston Ladies, pero la gloriosa escuadra femenina desaparecerá definitivamente en 1965. En cuanto a la resolución del 5 de diciembre de 1921, habrá que esperar cincuenta años exactos para que la Football Association revoque la expulsión de las mujeres del fútbol inglés…
131. Citado en Hesketh Pearson, Oscar Wilde. His life and wit, Harper & Bros., Londres, 1946, p. 147.
132. Claude Boli, Football. Le triomphe du ballon rond, Les Quatre Chemins, París, 2008, p. 123.
133. Jennifer Hargreaves, Sporting females. Critical issues in the history and sociology of women’s sports, Routledge, Londres, 1994, pp. 88-111.
134. Tim Tates, Girls with balls. The secret history of women’s football, John Blake Publishing, Londres, 2013, p. 9.
135. The Manchester Guardian, 22 de junio de 1881.
136. James Walvin, o. cit., p. 69.
137. Kathleen. E. McCrone, Sport and the physical emancipation of English women 1870-1914, Routledge, Londres, 1988, p. 201.
138. Citado en Quel Corps?, n.º 12-13, 1979.
139. James F. Lee, «The lady footballers and the British press, 1895», Critical Survey, vol. 24, n.º 1, 2012.
140. Paisley and Renfrewshire Gazette, 4 de mayo de 1895.
141. Jean Williams, A game for rough? A history of women’s football in Britain, Routledge, Londres, 2003.
142. Tim Tates, o. cit., p. 103.
143. Archivos del Imperial War Museum, Women’s Work Collection, citado en Xavier Breuil, Femmes, culture et politique. Histoire du football féminin en Europe de la Grande Guerre jusqu’à nos jours, tesis doctoral de Historia, Universidad Paul Verlaine, Metz, 2007, p. 37.
144. Fabienne Broucaret, Le sport féminin. Le sport, dernier bastion du sexisme?, Michalon, París, 2012, p. 20.
145. Claude Boli, o. cit., p. 124.
146. Patrick Brennan, «Munition Girls’ football in Cumbria 1917-1919», <www.donmouth.co.uk>, 2016.
147. Citado en Xavier Breuil, o. cit., p. 34.
148. Tim Tates, o. cit., p. 127.
149. Ib., p. 129.
150. Marie-Noëlle Bonnes, «Les Anglaises et l’effort de guerre de 1914-1918», Guerres Mondiales et Conflits Contemporains, junio del 2000, n.º 198, p. 79-98.
151. Las futbolistas obreras resultaron además diezmadas por la pandemia de gripe de 1918. El 16 de noviembre de 1918, por ejemplo, únicamente dos jugadoras del Armstrong-Whitworth Co se presentaron al partido; las demás habían sido alcanzadas por la influenza.