Diseño de Políticas Públicas, 4.a edición. Julio Franco Corzo

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Diseño de Políticas Públicas, 4.a edición - Julio Franco Corzo страница 8

Автор:
Серия:
Издательство:
Diseño de Políticas Públicas, 4.a edición - Julio Franco Corzo

Скачать книгу

el seminario después de dos años de revisión de literatura y en 2004 lo impartí a un grupo de legisladores federales de México. La respuesta fue muy buena y me motivó a combinar mi trabajo como consultor con el de profesor de políticas públicas.

      En dos décadas he tenido la oportunidad de capacitar a más de 5 mil servidores públicos de México, Colombia, Uruguay, Perú, República Dominicana y Honduras. Las ideas y sugerencias que recibí en los cursos me permitieron perfeccionar este texto.

      En América Latina ya no necesitamos más libros teóricos de políticas públicas; debemos acercar la teoría y la práctica para que el estudio de esta disciplina resulte útil para funcionarios, políticos, periodistas y ciudadanos. Este libro pretende cerrar esa brecha en el área de diseño de políticas públicas.

      Este texto está escrito para dos tipos de lectores: 1) personas que desean diseñar políticas públicas viables con buenos resultados y que carecen de una guía para estructurar sus ideas y convencer con sus propuestas; y 2) decisores que requieren que sus colaboradores presenten propuestas factibles de política pública, en vez de ocurrencias y buenas intenciones destinadas al fracaso por falta de metodología y experiencia en el área.

      Si deseas diseñar una política pública, este es un libro práctico que te permitirá transformar buenas intenciones en proyectos viables. Al utilizar las herramientas que te propongo, invertirás menos horas en el diseño de tu proyecto porque tendrás una guía paso a paso que te permitirá focalizar mejor tus esfuerzos de análisis de información y de creación de soluciones. Además, podrás elaborar documentos para convencer a decisores sobre tus proyectos de política pública.

      Si te interesa que tus colaboradores te presenten propuestas viables de política pública, las técnicas de esta obra te permitirán establecer un estándar más alto para la calidad de las propuestas que recibes. Cuando estés en reuniones en donde te presentarán proyectos que han sido evaluados desde distintas perspectivas de política pública, harás las preguntas correctas para cerciorarte de que vas a tomar una decisión basada en un análisis serio y completo. En pocas palabras, tomarás mejores decisiones.

      El propósito de este libro es muy ambicioso y a lo largo de ocho capítulos te compartiré las herramientas para conseguirlo. La primera parte describe la importancia de diseñar políticas públicas con método; y la segunda parte te guiará en los pasos necesarios para que le presentes propuestas de política pública a los decisores de manera convincente.

      Antes de entrar en materia y para que tengas una idea clara de lo que puedes evitar si sigues los consejos de este libro, deseo compartirte algunas historias de horror que han vivido servidores públicos sin formación en política pública:

      Un alcalde electo mexicano de una ciudad de 1.5 millones de habitantes escuchó durante su campaña la misma demanda: más calles pavimentadas. Un grupo de consultores le recomendó lanzar como programa estrella de su administración la pavimentación de mil calles anuales y, con esa acción, cubrir la demanda de este servicio y también superar el promedio de 350 calles que había realizado su antecesora.

      A primera vista, un ciudadano puede opinar que es una muy buena idea, e incluso, a algún novato del servicio público le podría parecer un acto valiente, pero para un especialista en política pública, cualquier intento de hazaña de este tipo levanta muchas sospechas por una razón básica: la factibilidad es el epicentro de las políticas públicas. Triplicar las metas de un antecesor en el primer año de gobierno requiere de un análisis de viabilidad en varios frentes (que conocerás en este libro) y de un equipo experimentado del cual muchas administraciones carecen en su inicio de gobierno.

      Un domingo, sonó el teléfono de mi casa a las 11 de la noche, cosa que me molestó mucho porque suelo escribir de madrugada y la hora de ir a la cama son las 10 pm.

      —¿Quién podrá llamar al teléfono de casa? —pensé antes de contestar.

      —Profesor Franco, disculpe la hora, habla Jorge Salas. Tomé hace siete años su curso de políticas públicas. (He cambiado la identidad para no avergonzarlo). Su móvil entraba a buzón y me animé a llamarle a su casa.

      —¿Cómo conseguiste el número de mi casa? —le pregunté, muy molesto.

      —Le llamé a todos los compañeros que tomaron su clase hasta que alguien lo tuvo —, contestó el joven millennial.

      Esa respuesta me arrancó una sonrisa y decidí no colgarle y escucharlo.

      —Profe, tengo una emergencia y requiero de su ayuda.

      En mi ética profesional, la palabra “emergencia” requiere atención, así es que salí de mi habitación y me senté en la sala de lectura para escuchar al muchacho.

      —Adelante Jorge —dije con pesadumbre, porque mi intuición me decía que el tipo de emergencia que tenía el joven podía esperar un día.

      —Estoy diseñando un programa para cumplir con una demanda de campaña y mañana tengo que presentarlo al alcalde electo. Estoy muy atorado y si no termino, seguro que no tendré empleo los próximos tres años profesor. Le suplico me ayude.

      —Está bien, ¿recuerdas aún el curso de políticas públicas?—pregunté.

      —No completamente, profe, pero compré su libro y lo tengo enfrente de mí —contestó más animado.

      Así es que inicié haciendo las preguntas básicas para el diseño de una política pública: ¿cuál es el problema público?, ¿cuántas personas están afectadas?, ¿cuál es su perfil?, ¿en dónde viven?... después de abrumar al joven con 30 preguntas y escuchar sus respuestas le dije con afecto:

      —Jorge, estás a punto de presentar una ocurrencia. Creo que no leíste el libro. De las 30 preguntas que te hice sólo respondiste cinco. No estás preparado. Ten valor y dile al alcalde electo que en la última década se han pavimentado en promedio 320 calles en la ciudad por dos razones: el presupuesto y la capacidad operativa del área de obra pública. Dile que la idea resultó no ser tan buena porque pavimentar mil calles es presupuestal y operativamente inviable, al menos en el primer año de gobierno.

      —No puedo hacer eso profesor —respondió tímidamente—, si lo hago dañaré la reputación de un grupo de asesores al cual pertenezco.

      —Jorge, a quien vas a dañar es al alcalde­—lo interrumpí de inmediato—. Lo único que harás será causar gozo en sus enemigos y críticas en los me- dios si no alcanzan la meta, además de que serás cómplice de esa pifia.

      Hubo un silencio incómodo y lo rompí con una frase que terminó la lla- mada: —Tus colegas asesores y tú son unos amateur, pero pueden aprender. Lo pueden hacer con prudencia y preparándose más, pero también pueden aprender con un fracaso monumental.

      —Gracias por el consejo profesor —y el joven terminó abruptamente la llamada.

      Dos meses después, muchas colonias de la ciudad amanecieron tapizadas con pendones que tenían un logotipo morado que decía “Mil Calles”. Obviamente, el muchacho hizo caso omiso a mis advertencias. El nuevo ayuntamiento había elegido como uno de sus programas estrella la pavimentación de mil calles anuales.

      Al terminar el primer año de gobierno, el acalde instruyó retirar toda la publicidad de ese programa

Скачать книгу