Animación social de personas dependientes en instituciones. SSCS0208. Virginia Moreno García

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Animación social de personas dependientes en instituciones. SSCS0208 - Virginia Moreno García

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es la sensación de vacío emotivo que experimentan los padres cuando los hijos se independizan, abandonando el hogar familiar.

      Dado que el aislamiento progresivo en el que se sumergen los ancianos, independientemente de cuáles sean sus causas, interfiere en la salud mental (depresión) y en la calidad de vida de los mismos, se considera que el desarrollo de nuevas amistades y contactos sociales paliará tales efectos.

      Por lo tanto, la relevancia del entrenamiento en habilidades sociales radica en su utilidad para establecer y mantener nuevas relaciones sociales, lo que favorecerá la salud mental y calidad de vida de los ancianos.

      4. Factores

      Cuando se habla de habilidades, nos referimos ser capaz de ejecutar una conducta; si hablamos de habilidades sociales, decimos que la persona es capaz de ejecutar una conducta de intercambio con resultados favorables. El término habilidad puede entenderse como destreza, diplomacia, capacidad, competencia, aptitud. Su relación conjunta con el termino social nos revela una impronta de acciones de uno con los demás y de los demás para con uno (intercambio).

      Esto, a su vez puede verse influenciado por factores internos y factores externos:

       Factores internos: son los creados por el individuo, como ideas, creencias, pensamientos, muchos de ellos fortalecidos o debilitados por los factores externos.

       Factores externos: son los mensajes que recibimos del entorno, los cuales son transmitidos por nuestros padres, educadores, personas significativas para nosotros, la cultura, la sociedad, las organizaciones, etc.

      Ambos factores, tanto internos como externos, van a influir en el aprendizaje de las habilidades sociales, en la forma de comportarnos o actuar en determinadas situaciones.

      Recuerde

      El término habilidad, cuando se une al término social nos revela una impronta de acciones de uno con los demás y de los demás para con uno.

      5. Dificultades

      Muchos ancianos, y también personas con discapacidad, muestran una falta de habilidades sociales básicas (defensa de derechos, expresión de sentimientos y deseos, negación de peticiones irrazonables, petición de servicios y ayuda, etc.) para resolver los problemas interpersonales a los que tienen que enfrentarse. Asimismo, en el caso de personas de edad avanzada, se presentan una serie de pérdidas sociales (seres queridos, familiares, amigos) que repercuten desfavorablemente sobre su salud física y psíquica.

      El déficit en habilidades sociales repercute no sólo en la autoestima, que es el sentimiento valorativo hacia nosotros mismos, sino también en la disminución de la autoconfianza, e incluso puede tener efectos desfavorables en la salud física y psíquica. Todo ello dificultará la resolución adecuada de los problemas que tenemos que enfrentar.

      Algunas de las habilidades sociales necesarias que se pueden ver entorpecidas son la expresión verbal de sentimientos y deseos, además de ser más susceptibles de influenciar. Por ejemplo, si creemos que nosotros no somos importantes, no expresaremos ni defenderemos lo que queremos en situaciones tan simples como querer visitar cierto lugar o, en casos más extremos, no desear vender un piso cuando los hijos sugieren que se venda.

      Recuerde

      El déficit en habilidades sociales repercute en la autoestima y la autoconfianza.

      Ejemplo

      En una ocasión, una persona mayor expresó su desagrado ante la situación de tener que cuidar de su nieta de un año de edad durante todas las mañanas por varios meses, ello implicaba que la abuela se levantara a las 7 de la mañana, se desplazara a la casa de su hija y no tomara las vacaciones que había planeado con antelación. Cuando se le preguntó por qué no le expresaba a su hija las molestias y desagrado que le ocasionaban tener que cuidar a la nieta, su deseo de buscar alternativas, como llevar a la niña a una guardería, la abuela arguyó el miedo a que su hija se enfadara con ella. En este caso, el abuso de la hija y el no poder negarse a una petición que puede ser considerada como abusiva, así como no expresar sentimientos reales por parte de la abuela, pueden ser indicadores de falta de habilidades sociales.

      Otro aspecto de la expresión verbal es poder solicitar servicios y ayuda cuando ésta se requiere, o bien, negarse a las peticiones irrazonables.

      Es común que, ante estas carencias, las personas con pocas habilidades sociales, como en el caso anterior, no consigan defender sus derechos. La escasez de habilidades sociales también puede tener efecto en la salud emocional. Por ejemplo, las personas que sufren depresión suelen tener limitadas relaciones sociales, lo que puede disminuir el estado de ánimo, y esto repercute, a su vez, en la eventual disminución de las relaciones sociales, hasta llegar así a un momento en el que pueden no mantener ninguna. No es raro que las personas deprimidas presenten deficiencias en las conversaciones, ya que hablan menos y son menos amigables. Adicionalmente, no contar con habilidades para resolver sus problemas puede ser, a su vez, un factor de vulnerabilidad que incrementa el riesgo de depresión.

      Sabía que...

      En mayor o menor medida, muchos de los problemas de las personas están mediatizados por sus relaciones con los demás.

      Los programas de entrenamiento en este área se enfocan hacia el aprendizaje de dos tipos de habilidades:

       Habilidades de conversación.

       Habilidades de comunicación.

      El establecimiento de ambos tipos de recursos sociales en el repertorio con-ductual del sujeto le permitirá, en primer lugar, el establecimiento y mantenimiento de contactos y redes sociales estables, en segundo lugar, el interactuar y relacionarse adecuadamente, tanto con familiares como con residentes del centro.

      De este modo, el anciano se capacita para buscar y obtener de forma más eficaz los beneficios que se derivan de una red de apoyos sociales competentes: compañía social, guía y consejo cognitivo, apoyo emocional, ayuda y servicios materiales y regulación social.

      6. Técnicas para favorecer la relación social

      Como se ha visto, las personas dependientes que están institucionalizadas pueden presentar dificultades para interactuar socialmente de forma habilidosa.

      Para ayudarlas a establecer una comunicación efectiva, contamos con cuatro habilidades básicas fundamentales, que son:

       Empatia

       Asertividad

       Escucha activa

       Retroalimentación

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