Avances en psicología del deporte. Alejo García-Naveira Vaamonde
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Avances en psicología del deporte - Alejo García-Naveira Vaamonde страница 25
Knight y Rickard (2001) también corroboran esta hipótesis, pues hallaron que la música relajante antes del ejercicio reduce la ansiedad subjetiva y previene el estrés, además de generar ciertos cambios a nivel fisiológico.
Así pues, si a través de la música resulta posible generar cambios en el nivel de activación y provocar un estado de relajación, cabe la posibilidad de que también se pueda inducir o regular el organismo hacia el lado contrario y conseguir un estado de activación óptimo. Diversos investigadores en el ámbito de la psicología del deporte se han interesado por este punto.
Puesto que el propósito es acondicionar el cuerpo para el ejercicio, lo ideal sería exponer a los deportistas a estímulos musicales antes del entrenamiento. Y para ello se han diseñado diferentes estudios, como por ejemplo el de Yamamoto et al. (2003), en el que se seleccionaron músicas lentas y rápidas y se hallaron diferentes concentraciones de lactato, amoníaco y catecolaminas en sangre en función del ritmo, lo que indica una mayor o menor activación del organismo según la música.
El tempo, es decir, la velocidad de la música utilizada, sería un condicionante resaltado que determinaría el efecto. La velocidad de la música influye en la velocidad con que se realiza la tarea, como pone de manifiesto el estudio de Kampfe, Sedlmeier y Renkewitz (2011), que analiza para qué tareas resulta útil el acompañamiento musical y para cuáles no. Este análisis concluye que la música actúa como distracción en procesos como la lectura y muestra un pequeño efecto de disminución en procesos mnémicos, pero mejora el rendimiento deportivo por la correlación entre música y movimiento.
Por otro lado, hay trabajos que subrayan que existen más altos niveles de cortisol (hormona que facilita la liberación de grandes cantidades de glucosa al torrente sanguíneo, para que los músculos cuenten con toda la energía posible con el fin de poder realizar los esfuerzos necesarios) en deportistas que entrenan con música rápida respecto a los que entrenan sin música o con música lenta (Kimberly, Brownley, McMurray y Hackney, 1995). Dainow (1977), en cambio, encontró que la frecuencia cardíaca aumenta con la música rápida y disminuye con la lenta. Además de la frecuencia cardíaca, otra investigación demostró mejores tasas de presión sistólica con música relajante (Knight y Rickard, 2001). Finalmente, de una situación experimental en que se proponía una rutina de intensidad moderada corriendo en la cinta con o sin música se extraen conclusiones similares (Szmedra y Bacharach, 1998).
Fuera del ámbito deportivo también se ha constatado esta relación entre la música relajante y una menor frecuencia cardíaca, como, por ejemplo, en el tratamiento de personas que padecen enfermedades cardiotorácicas (Short, Gibb, Fildes y Holmes, 2012) o en pacientes de cuidados intensivos (Han et al., 2010).
En consecuencia, los cambios del tiempo musical, es decir, de la velocidad del ritmo de la música, pueden generar variaciones a nivel fisiológico, interviniendo también en la motivación y el rendimiento, especialmente cuando el nivel de trabajo alcanza una meseta, esto es, el deportista se acomoda en un nivel estable sin aumentar ni disminuir la intensidad del ejercicio, o durante los últimos momentos de la sesión deportiva (Lucaccini y Kreit, 1972).
Yamamoto et al. (2003) y Eliakim, Meckel, Nemet y Eliakim (2007) evaluaron el impacto de una música estimulante durante un entrenamiento en bicicleta estática y, aunque no hallaron diferencias en el rendimiento deportivo entre los deportistas con o sin música, esta generó diferencias en la tasa cardíaca y la concentración de noradrenalina en sangre. Birnbaum, Boone y Huschle (2009) también afirman que la música más rápida adecua el nivel de arousal para el ejercicio. Y Bernardi, Porta y Sleight (2006) encontraron cambios cardiovasculares, cerebrovasculares y respiratorios inducidos por distintos tipos de música y relacionados con el nivel de arousal que también apoyan estos resultados.
La mayoría de los estudios sobre este tema se centran en ejercicios aeróbicos, en los que la frecuencia cardíaca juega un papel muy importante. Pero también se ha analizado la influencia de la música en los niveles de cortisol en ejercicios anaeróbicos y, aunque no se han hallado diferencias significativas, sí se ha observado una reducción de los niveles de cortisol entre 5 y 30 minutos después del ejercicio en aquellos deportistas que habían escuchado música relajante, a diferencia de los que habían sido expuestos a música rápida o a ningún tipo de música (Ghaderi y Azarbayjani, 2010). Además, la música relajante ha mostrado una disminución en la fuerza de los deportistas respecto a otras músicas más estimulantes o ausencia de la misma (Pearce, 1981).
Siguiendo el hilo de las investigaciones expuestas, aunque la música más rápida es en principio la que genera mejores resultados, siempre hay que analizar su efecto en cada actividad, dependiendo de las características de la misma. Por ejemplo, en actividades como yoga o pilates, las preferencias musicales giran en torno a una música más moderada y no tan vigorosa como puede ser en aeróbic (North y Hargreaves, 1996); y para actividades que requieren tensión muscular, la música relajante puede hacer decrecer la fuerza (Sears, 1957). Así pues, la selección musical dependerá de las condiciones específicas y requerimientos de cada actividad.
La velocidad de la música, como ya se ha comentado, es una de las variables más destacables, pero también se han investigado otras, como por ejemplo, el volumen de la misma. Edworthy y Waring (2006) estudiaron los efectos del tempo musical (lento o rápido) y la intensidad de la música (baja o alta) en corredores. La música rápida, junto con la variable «volumen alto», es la que produjo un mayor aumento de la velocidad del ejercicio, es decir, los atletas corrían más rápido en esas condiciones.
A la vista de estos resultados, cabe preguntarse si los efectos de la música son igual de beneficiosos para deportistas entrenados que para los que no lo están. Un estudio ha detectado mayores concentraciones de cortisol durante la escucha de música rápida y, tras analizar un grupo de corredores entrenados y otros que no lo estaban, concluye que escuchar música rápida durante el entrenamiento beneficia a los corredores no entrenados, pero puede ser contraproducente para los que ya están en buena forma física. Esto es debido a que el aumento de cortisol genera una activación del cuerpo y los músculos que beneficia a los no deportistas, pero puede suponer una sobreactivación para los deportistas que ya tienen por sí mismos una regulación óptima para el ejercicio (Kimberly et al., 1995).
Por otro lado, cabe mencionar otros aspectos emocionales en los que la música puede influir. Teniendo en cuenta que escuchar música tras un acontecimiento estresante reduce su impacto negativo (Labbé, Schmidt, Babin y Pharr, 2007), e incluso se han hallado mejoras en el sistema inmune, las respuestas neuroendocrinas y los estados emocionales (Hirokawa y Ohira, 2003), algunos investigadores se han preguntado acerca de la recuperación tras un entrenamiento deportivo, y han encontrado una menor frecuencia cardíaca y menor concentración proteica en la orina cuando se expone a los deportistas a una pieza musical relajante (Jing y Xudong, 2008). Price y Moss (1998) obtienen resultados similares al comparar la concentración de norepinefrina y los niveles de lactato en sangre, con lo que estos resultados sugieren que la recuperación física es más rápida cuando se acompaña de música relajante.
La música motivacional ha demostrado ser efectiva para recuperarse de un ejercicio intenso; sin embargo, en ocasiones no se puede disponer de ella o no se puede utilizar porque se trabaja de forma grupal, sin tener en cuenta las diferencias individuales, o porque existen barreras culturales. Por ello, un estudio trató de aislar el efecto del ritmo del resto de factores analizando