Avances en psicología del deporte. Alejo García-Naveira Vaamonde
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En cuanto a la aplicación de la música en psicología del deporte, se debe entender la expresión conseguir alcanzar la salud desde un punto de vista de autocrecimiento y superación personal, no únicamente desde la patología o disfunción.
En musicoterapia se puede hablar de dos grandes tipos de técnicas ampliamente diferenciadas: unas más activas, entre las que se encuentra, por ejemplo, la libre improvisación, muy utilizada en clínica, y otras más pasivas, como la escucha de música, a la que se hará referencia más adelante.
Aplicaciones de la musicoterapia en psicología del deporte
Generalidades
Si bien la música ha mostrado ser una herramienta poderosa en el ámbito emocional y, por consiguiente, en aspectos relativos a la psicología, entre los que se halla la psicología del deporte, es importante resaltar las diferencias individuales en los efectos de la misma.
Aunque el proceso de escucha se puede describir de forma objetiva (se expone a una persona a un estímulo musical de determinadas características provocando una reacción), dicho proceso está cargado de subjetividad. Los filtros perceptivos que existen entre el estímulo musical y el procesamiento del mismo son tan variados como personales, y pueden cambiar dependiendo del momento (Prince, 1972). Así pues, una misma música puede provocar emociones positivas en una persona, mientras que en otra, que asocia dicha música a situaciones negativas, no genera dicho bienestar, sino justamente lo contrario.
Lo mismo puede suceder con la música relajante, la cual, dependiendo del caso, puede incluso llegar a provocar nerviosismo en algunas personas.
No obstante, existen unas características generales que hacen referencia sobre todo a aspectos rítmicos, en cuanto al tiempo musical, si es rápido o lento, y que provocan efectos similares en las personas expuestas a los mismos. Esto sucede porque, tal y como ya se ha apuntado a lo largo de la revisión bibliográfica, estas características se relacionan más con aspectos puramente fisiológicos.
Sin embargo, otras muchas características de la música dependen del receptor: aspectos melódicos y armónicos, intensidad, letra (si es que tiene)…
Y es en este punto cuando entran en juego las variables relacionadas con la cultura (el sonido característico de la música china, por ejemplo, es muy diferente del de la música latina) y la identidad personal y social (p. ej., el ritmo de rock o ska, que puede señalar la pertenencia a determinados grupos sociales). Estas variables intervendrán de manera directa en el efecto que la música vaya a tener en el receptor.
Con todo esto se quiere subrayar la importancia de realizar un buen análisis de la situación y necesidades antes de aplicar cualquier procedimiento, pues su efectividad será nula si el análisis realizado no es adecuado.
Aprendizaje
Introducir música acorde con los gustos personales para el aprendizaje de habilidades motoras ha mostrado ser muy efectivo (Beisman, 1967). Así pues, en caso de requerir dicho aprendizaje para enseñar a pedalear, correr, saltar u otro tipo de actividades de movimiento, bien en niños o en cualquier otro colectivo, el uso de la música puede facilitar la tarea.
Motivación
La música es un importante motivador, tanto a nivel personal como social. A la hora de plantear una intervención de musicoterapia en la que se considera necesario trabajar la motivación, uno de los puntos más importantes es seleccionar la música adecuada. Introducir música acorde con los gustos personales de cada deportista en el entrenamiento puede aumentar sus emociones positivas durante el mismo. Así, los deportistas ya entrenados pueden experimentar mayor disfrute reduciendo las sensaciones de cansancio y los principiantes pueden aumentar su adherencia a la práctica deportiva. El mero hecho de producirse un cambio atencional hacia otro estímulo diferente a las sensaciones propias puede mejorar el rendimiento.
Siguiendo a Karageorghis et al. (2006), a la hora de seleccionar una determinada música deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
■ La música con claras asociaciones deportivas suele motivar al ejercicio físico, aunque también algunas músicas de series televisivas o canciones relativas a fuerza y determinación.
■ El idioma, artista y tipo de música debe ir acorde a la edad y nivel sociocultural del oyente.
■ Al seleccionar música para un evento de una intensidad predeterminada, el tiempo musical, es decir, la velocidad del ritmo de las canciones, debe ir en correlación con la frecuencia cardíaca, especialmente si la intensidad es alta.
■ Si se trabaja con deportistas ya entrenados que realizan actividades intensas, hay que ser cautos a la hora de presentar la música, pues el efecto puede ser contraproducente, alterando su activación y respuestas fisiológicas (frecuencia cardíaca, respiración…) por encima de lo necesario para el ejercicio realizado.
■ Entrenar individualmente permite indagar más en las asociaciones personales que cada uno hace con la música, de forma que la selección puede ser más personalizada.
A continuación, se ofrece un ejemplo de registro* de la música personalmente seleccionada:
1. ¿Qué tipo de música prefiere escuchar? Si son diferentes estilos, detállelos. ¿Hay alguna canción en concreto que le guste más?
2. ¿Qué siente cuando escucha esta música?
3. ¿En qué momentos del día le gusta escuchar música?
4. De 0 a 10, ¿cuánta influencia considera que tiene en usted la música que escucha habitualmente?
5. Si tuviera que elegir varias canciones con las que sentirse animado, ¿cuáles escogería?
6. Si tuviera que seleccionar varias canciones con las que sentirse eufórico, ¿cuáles seleccionaría?
7. Si tuviera que elegir varias canciones con las que sentirse relajado, ¿cuáles elegiría?
Por otro lado, hay actividades deportivas en las que la música tiene un rol central, como en aeróbic, step, spinning y otros ejercicios similares que se desarrollan en centros deportivos. En estos casos, puede resultar especialmente útil realizar un análisis de los gustos musicales de la clase en general, dado que suelen ser sesiones colectivas, con el fin de poder aumentar la motivación de todos los integrantes.
En ocasiones, puede resultar complejo determinar los gustos de cada persona, bien porque se trata de un grupo cambiante o numeroso, bien por la existencia de barreras idiomáticas. Cuando esto sucede, lo más recomendable es centrar la atención en los aspectos rítmicos de la música seleccionada; así pues, se elegirán ritmos rápidos si el objetivo es que la tarea se realice con rapidez y ritmos más lentos si buscamos relajación.
Arousal: conseguir un estado de activación óptimo
Música pre-y posentrenamiento
Como ya se ha señalado con anterioridad, la música ha mostrado ser eficaz para preparar fisiológicamente el cuerpo