La enseñanza y el entrenamiento del fútbol 7. Rui Pacheco
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•La presión competitiva, la importancia del resultado inmediato, las exigencias y el trato dado a los jóvenes futbolistas, y a sus educadores/entrenadores, en muchas ocasiones son idénticas a las que existen en el mundo de los adultos, en su faceta negativa.
Es fundamental que comprendamos, de una forma clara, que el fútbol infantil y juvenil es una escuela de jugadores de fútbol. Así como la escuela tradicional pretende dar la formación académica a los ciudadanos para que más tarde puedan integrarse en la vida activa de la sociedad, la escuela de fútbol pretende dar la formación adecuada a los jóvenes futbolistas para que más tarde puedan integrarse en los equipos de adultos.
Pero como no todos podrán acceder a ello, en este caso estamos obligados a dar una formación integral, haciendo del entrenamiento también una escuela de carácter.
Ya hemos entrenado equipos que en las categorías de formación obtuvieron el título de campeones nacionales (sub14), y por ello estamos todos muy contentos de haber alcanzado ese nivel de éxito. Pero, de hecho, ha sido una alegría momentánea, ya que más tarde hemos podido constatar que ningún jugador de ese equipo campeón nacional llegó a ser un futbolista de alto nivel. Al contrario de lo que ocurrió con uno de los equipos que en esa etapa fue derrotado, que poseía dos jugadores que en este momento son de alto nivel, como son Brassard y Rui Costa.
Entrenamos jugadores de otros equipos que no han podido ganar su campeonato (sub14) en las categorías de formación, pero que hoy, para gran regocijo y alegría nuestra, son jugadores de alto nivel, como son los casos de, entre otros, Folha, Rui Jorge, Sá Pinto, Bono y Tulipa.
Es necesario entender claramente que los objetivos del fútbol infantil y juvenil, y que las inversiones de los clubes y de la federación, son procesos a largo plazo.
En el fútbol infantil y juvenil, “la formación de los jugadores es el motor del proceso”.
Nuestro principal objetivo deberá ser contribuir a la formación adecuada del jugador.
Se impone un equilibrio entre la idea de que en la formación no interesa ganar sino competir y la actitud de hacer depender la formación de los jugadores de los resultados deportivos inmediatos.
No hacemos una apología de la frase que dice que “lo importante es participar, no ganar”, ya que el esfuerzo para alcanzar la victoria es un factor determinante en el fútbol.
Alguien dijo un día que, “en el deporte no intentar ganar es ser un competidor deshonesto” (Maertens, 1999).
No podemos ubicar todavía los resultados deportivos inmediatos como objetivo principal en la formación de los jugadores.
En síntesis, en la tabla 1 exponemos las principales diferencias existentes entre fútbol infantil y el fútbol de los adultos.
Tabla 1.1.:Principales diferencias entre fútbol infantil y el fútbol de los adultos
FÚTBOL INFANTIL | FÚTBOL DE LOS ADULTOS |
1.Objetivo: formación del joven futbolista | 1.Objetivo: rendimiento del equipo (resultado) |
2.Es una actividad lúdica y deportiva | 2.Es un deporte |
3.Es para todos | 3.Selectivo, sólo es para los mejores |
4.Se realiza a través de sesiones de enseñanza | 4.Se realiza a través de sesiones de entrenamiento |
5.Realizado con la presencia de un educador | 5.Dirigido con la presencia de un entrenador |
6.Se enseña a través de formas jugadas, que inducen el progreso | 6.Se enseña a través de formas analíticas, que inducen un aumento de rendimiento |
7.Estructuras adaptadas a la edad de los jóvenes (balón, porterías, campo, número de jugadores) | 7.Estructura única estandarizada (balón, porterías, campo, número de jugadores) |
Adaptado de G. Rusca, 1999.
En un estudio efectuado por Costa y Garganta (1996), los autores compararon algunas situaciones de juego del fútbol 11, verificadas en 16 partidos, siendo 8 de la categoría de alevines (sub12) y 8 de la categoría de seniors, y llegaron a los resultados presentados en la figura 1.
Figura 1.1.:Comparación entre los valores porcentuales de las acciones realizadas por alevines y seniors.
De la lectura de la figura 1 se puede constatar que existen grandes diferencias entre las acciones realizadas por los diferentes grupos, con excepción del remate (4%), pudiendo señalar y realzar estas diferencias:
–los seniors realizan el doble de pases exitosos (54% frente al 27% de los alevines),
–los alevines realizan el triple de pases fallados (30% frente al 9% de los seniors),
–los alevines hacen cerca del doble de robos de balón (19% frente al 34% de los seniors),
–los seniors llevan a cabo el doble de desmarques tanto de apoyo como de ruptura (7% frente al 3% de los infantiles).
De los resultados obtenidos en este estudio, podemos extraer algunas ideas principales:
•Las grandes dimensiones del terreno (100 × 60 metros), junto con el elevado número de jugadores (22) que están simultáneamente en juego y las grandes distancias que existen entre ellos, hace imposible a los jugadores tener una visión amplia de las diversas situaciones de juego, y esto unido a una insuficiente potencia de los miembros inferiores, no permite la ejecución de pases de larga distancia, lo que lleva a un análisis y a una toma de decisiones incorrecta que son el origen del elevado número de pases fallados realizados por los alevines.
•Los alevines hacen el triple de robos de balón, no sólo por las razones presentadas anteriormente, sino también por la mayor dificultad que implica la relación con la pelota para los jugadores que atacan en relación con los defensores, originando una mayor pérdida de la continuidad (interrupciones) de las acciones de juego.
•El menor número de desmarques de apoyo y de ruptura realizados por los alevines se debe, fundamentalmente, al mayor estatismo que caracteriza el nivel de juego de los jóvenes en estas edades, como a la dificultad que tienen para “ cubrir “ física y mentalmente un espacio de juego tan amplio.
Entre otros aspectos, estos datos nos conducen a la idea de que el fútbol 11 no será un tipo de juego que contribuya eficazmente a un proceso eficaz de enseñanza/aprendizaje del fútbol en la categoría de los alevines.
Encontramos que se debe adaptar el peso y el tamaño del balón, el número de jugadores, así como las dimensiones del campo y de las porterías, a la edad de los jóvenes, de modo que puedan tener un mayor rendimiento y una mejor y más eficaz enseñanza y aprendizaje.
En el fútbol infantil, el joven constituye el centro de toda la actividad, por lo que el juego está adaptado a sus características, y el fútbol deberá ser utilizado como un fuerte medio educativo en la búsqueda de los objetivos formativos del joven futbolista.