Saltar el torniquete. Marisol Alé Tapia

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Saltar el torniquete - Marisol Alé Tapia страница 8

Автор:
Серия:
Издательство:
Saltar el torniquete - Marisol Alé Tapia

Скачать книгу

style="font-size:15px;">      Esta tarea de proveer seguridad económica a los miembros de la familia puede ser una exigencia difícil de sostener. Entendiendo que las dependencias económicas refieren a los apoyos económicos permanentes que los participantes les brindan principalmente a sus familiares, según nuestros datos quienes están morosos con alguna deuda declararon tener más dependientes tanto fuera (padres y otros) como dentro (pareja e hijos) del hogar en comparación a aquellos que están al día con sus deudas (ver gráfico 2). En este sentido, se hace plausible pensar que hacerse cargo de hijos/as, apoyar económicamente a la pareja y/o a los padres, son cargas económicas que pueden disminuir el margen de maniobra que los profesionales deudores cuentan para poder responder con sus compromisos financieros.

      Gráfico 2. Dependencias económicas según situación de morosidad

      Fuente: elaboración propia a partir de “Encuesta sobre formas de endeudamiento y las obligaciones crediticias 2016-2017”.

      Nota: los porcentajes refieren a las respuestas positivas dentro de cada grupo y del total.

      Según datos del pnud (2017), los chilenos valoran de manera importante los saltos intergeneracionales en las condiciones de vida que evidencian sus propias historias (sus abuelos que debían ir descalzos o vivir en casas con piso de tierra; sus padres que no accedieron a la educación superior). La mayoría de los jóvenes participantes de este estudio ha experimentado un proceso de movilidad en sus condiciones de vida respecto de sus padres, aun cuando solo sea un efecto del mejoramiento en el acceso a bienes y servicios a nivel global, y a la percepción de acceso a trabajos en el sector servicios “distintos” a los de sus padres. Sin embargo, no siempre mejoran su posición socioeconómica en términos relativos (Marambio, 2017). Esta posición relativamente mejor que la de sus padres los ubica en una posición expectante respecto de su capacidad de cumplir con el mandato de las transferencias intergeneracionales, ya que deberían ser capaces de proveer tanto a sus hijos como a sus padres. En este sentido, se hace necesario seguir profundizando en estas transferencias económicas de aquellos grupos que al menos, teóricamente, ocupan una mejor posición económica que la de sus padres, asumiendo, por ello, mayores responsabilidades económicas en sus familias (es viable preguntarse si sería un factor que podría profundizar su precariedad económica particularmente en contextos de alta incertidumbre económica, como la que actualmente estamos atravesando debido a la pandemia).

      La evidencia que se presenta permite mostrar el peso de las deudas educativas, bancarias y de consumo de un grupo de jóvenes y adultos profesionales en Chile y cómo estas deudas interactúan con la morosidad y las dependencias económicas dentro y fuera del hogar, repercutiendo en su situación

      financiera en un país que ha visto incrementado exponencialmente sus costos. Las deudas educativas repercuten de manera significativa en el no pago de los compromisos financieros, tal como los participantes de las manifestaciones sociales de las últimas décadas han puesto en discusión.

      Araujo, K. (2016). El miedo a los subordinados. Una teoría de la autoridad. Santiago: lom Ediciones.

      Araujo, K. y Martuccelli, D. (2012). Desafíos comunes. Retrato de la sociedad chilena y sus individuos. Santiago: lom Ediciones.

      Andrade, C. (2020). “¿Cuánto más soporta el Pilar Solidario? La experiencia de la vejez en el Chile actual”. En Hilos tensados, para leer el octubre chileno. Santiago: Colección idea y Universidad de Santiago de Chile.

      Banco Central de Chile. (2018). “Encuesta financiera de hogares 2017. Santiago de Chile: Banco Central de Chile”. Recuperado de: https://www.bcentral.cl/financiera-de-hogares

      Despard, M., Mathieu R., D. Perantie, S. Taylor, M. Grinstein-Weiss, T. Friedline y R. Raghavan. (2016). “Student Debt and Hardship: Evidence from a Large Sample of Low- And Moderate-Income Households”. Children and Youth Services Review 70: 8-18.

      Saracostti, M. y Muñoz, C. (2106). Familia y trabajo: tensiones y posibilidades. Una aproximación a la visión de los niños y niñas chilenos. Temuco: Universidad de la Frontera.

      Seamster, L., y Charron-Chénier, R. (2017). “Predatory Inclusion and Education Debt: Rethinking the Racial Wealth Gap”. Social Currents,4(3): 199-207.

      ine. (2018). Encuesta Suplementaria de Ingresos (esi).

      Lomnitz, L. (2008). Lo formal y lo informal en sociedades contemporáneas. Santiago, Chile: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.

      Marambio, A. (2017). “Narratives of Social Mobility in the Post-Industrial Working Class and the Use of Credit in Chilean Households”. Revue de la régulation. Capitalisme, institutions, pouvoirs 22 : 1-18.

      Oksanen, A., M. Aaltonen y K. Rantala. (2016). “Debt Problems and Life transitions: A Register-Based Panel Study of Finnish Young People”. Journal of Youth Studies 19(9): 1184-1203.

      Pérez, L. y Donoso, J. (2018). “Redes de intercambio y de pago de deudas en parejas jóvenes endeudadas de Santiago de Chile”. Revista Intervención 8(2): 23-30.

      pnud-Chile. (2017). Desiguales. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social.

      ***

      BELÉN QUINCHAVIL3

      Mi nombre es Belén Quinchavil Painemal, soy mujer mapuche, pertenezco a una comunidad indígena, estudiante del área de la salud. Provengo de una familia campesina, con escaso acceso a la educación, por lo que junto a mi hermana mayor somos la primera generación en entrar a la educación superior. No pertenezco a ningún partido político, porque siento que sesga de alguna manera la visión que tenemos las personas de las cosas. Siento que actualmente la política es un juego donde participan muy pocas personas; no se ve expresado lo que piensa un abuelito/a, o las cosas de la gente común. En mi territorio, Ragñintuleufu, llevamos años luchando para que ninguno de los dos ríos se intervenga, tanto el Cautín como el Quepe. Durante mucho tiempo hemos luchado por protegerlos, si alguien o alguna empresa intenta intervenirlos, nosotros vamos y hacemos una declaración pública y si no se cumple, nos movilizamos o protestamos, pero siempre las respuestas son las mismas, la municipalidad se tira la pelota con la Dirección de Obras Hidráulicas y ellos nos mandan a la Conadi y nunca tenemos una solución. Son años de lucha pidiendo que no intervengan los ríos, porque el daño es muy grande, la gente ha perdido sus animales, sus árboles, sus terrenos, en invierno se inunda todo y los abuelos o personas mayores no pueden salir de sus casas porque están anegadas con agua y los bomberos no pueden sacarlos… ¡es terrible!

      Nosotras exigimos vivir dignamente, tener un invierno seguro y tranquilo en el lugar donde nacimos, pero el río cada vez se acerca más y está comiendo más tierra y se hacen desbordes. Antes del estallido éramos pocos los que reclamábamos y ahora somos muchos más, incluso personas que no son del territorio nos apoyan y por primera vez cortamos la carretera S-40 y no nos pasaron a llevar, nunca había visto tanta gente unida pidiendo lo mismo que nosotros. Antes pasaban personas en auto que cuestionaban lo que hacíamos, pero ahora esas mismas personas han ido entendiendo lo que vivimos y nos apoyan.

      Hay otras formas de protesta también: mi familia decidió no ver más noticias y televisión, nos informamos por otros medios alternativos que sí muestran lo que los canales de televisión esconden. Al final estos canales mostraban una visión totalmente distorsionada de lo que estaba pasando en Santiago, solo buscaban asustar y escandalizar, sin hacer ninguna reflexión. Aunque hay

Скачать книгу