Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado (1921). Alexandra Kollontay

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Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado (1921) - Alexandra Kollontay Biblioteca 8 de marzo

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punto e incluirlo en su Boletín.

      45 Actas del III Congreso del Komintern, 5 de julio de 1921.

      46 Falleció el 21 de enero de 1924 a los 53 años en la localidad de Gorki Léninskiye, Rusia. No pudo participar personalmente de los Congresos por lo avanzado de su enfermedad.

      47 Kollontay, A.; Catorce conferencias…; op.cit., Lección 8, Pág. 162.

      48 Bebel, August (Colonia 1840-1913). En 1869 participó en la fundación del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), siendo desde entonces un importante dirigente y miembro del Reichstag.

      49 Engels, Federico; El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado; México, Nuevomar, 1984, Pág. 94.

      50 Broyelle, Claudie, La mitad del cielo. El movimiento de liberación de las mujeres en China, México, Siglo XXI, 1981. Ver capítulo: El trabajo transforma a las mujeres, ¿quiénes transforman el trabajo? Pág. 22.

      51 Kollontay, Alexandra; La Familia y el Estado Comunista, en Marxismo y Revolución Sexual (Compilación); Edición Miguel Castellote, Madrid, 1976. “…en la sociedad comunista de mañana, ese trabajo se hará por una categoría especial de obreras que no harán más que eso.”

      52 La Revolución Cultural Proletaria fue mucho más que una campaña ideológica, como minimizan algunas corrientes revisionistas, fue la más intensa lucha de poder que, con línea de masas, logró demorar por casi 10 años la restauración capitalista que dolorosamente se impuso desde 1978.

      53 La referencia de Engels es sobre el texto que se editaría bajo el título de La Ideología Alemana.

      54 Engels, F.; op.cit, Pág. 83-4.

      55 Mao Tse-tung, Sobre la contradicción, Obras Escogidas-Tomo I, Buenos Aires, La Rosa Blindada, 1973. Pág. 358. “Es verdad que las fuerzas productivas, la práctica y la base económica desempeñan por regla general el papel principal y decisivo; quien niegue esto no es materialista. Pero hay que admitir también que, bajo ciertas condiciones, las relaciones de producción, la teoría y la superestructura desempeñan, a su vez, el papel principal y decisivo. Cuando el desarrollo de las fuerzas productivas se hace imposible sin un cambio de las relaciones de producción, este cambio desempeña el papel principal y decisivo.”

      56 Tejero Coni, Graciela, Mujeres, revolución y restauración, en II Congreso Feminista Internacional de la República Argentina, Buenos Aires, 2010.

      Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado (1921)

      Mujer, economía y sociedad

      Prólogo

      Las “catorce lecciones” de este libro las pronuncié en la primavera de 1921 en la Universidad Sverdlov de Leningrado ante mujeres estudiantes que tenían que trabajar posteriormente en las secciones femeninas. Una parte de las conferencias se recogió en taquigrafía y la otra parte la redacté yo misma con ayuda de mis propios apuntes, en otoño de 1921.

      Quería con mis conferencias tanto dar a las estudiantes una idea básica del punto de vista marxista sobre el problema de la mujer —y claro es, en forma fácilmente accesible—, como demostrar también —en los cuatro últimos capítulos— la revolución en las condiciones de vida de la mujer en la República de Trabajadores, en la cual entiendo su reconocimiento como miembro de pleno valor de la sociedad. La nueva situación de la mujer conducía no solamente a una renovada valoración positiva de sus derechos políticos y sociales, sino también a un cambio fundamental de las relaciones entre hombre y mujer.

      Esto se puso en evidencia, en especial en el año 1921, cuando la Revolución —con el tránsito del comunismo de guerra a la Nueva Economía Política (NEP)— se hallaba en el comienzo de una nueva época. El estado del desarrollo del proceso de liberarse de las tradiciones de la sociedad burguesa se dejaba ver más claramente que antes por razón de las consecuencias que producía la NEP en la Unión Soviética. Durante los tres años de la revolución, en los que se derribaron los pilares fundamentales de la sociedad burguesa y se intentaba tenazmente erigir con la mayor rapidez posible las bases para la sociedad comunista, reinaba una atmósfera en la que las viejas tradiciones se extinguían con rapidez increíble. En su lugar brotaban ante nuestros ojos formas totalmente nuevas de sociedad humana. La familia burguesa ya no era indispensable. La mujer, por razón del trabajo general obligatorio para la comunidad, y en ésta, se encontraba con formas de vida totalmente originales. Se hallaba obligada a estar presente en el trabajo no sólo exclusivamente para su propia familia, sino también para la colectividad; surgían nuevas condiciones de vida y también nuevos tipos de matrimonio. Cambiaban las relaciones entre padres e hijos. Ya en 1921, ese año tan decisivo, se manifestaron los primeros brotes de modos de pensar nuevos, nuevas costumbres, nueva moral, y ante todo y con especial agudeza, nuevo papel de la mujer y de su importancia para la colectividad y el Estado soviético. Bajo el tronar de los cañones que defendían a nuestra república de trabajadores revolucionarios en innumerables frentes, se derrumbaban las tradiciones del mundo burgués, herido de muerte.

      Muchas formas de vida, ideas y normas morales han desaparecido hoy totalmente o se encuentran en estado de liquidación general. La NEP no estaba en situación de detener los cambios en la familia y el matrimonio, y tampoco podía debilitar la posición de la mujer en la sociedad. Pero, de momento, las nuevas formas de vida, como las que experimentaban las trabajadoras de las secciones femeninas, no producían ningún efecto en la gran mayoría de las mujeres. Las nuevas relaciones sociales, así como también la situación de la mujer, se encuentran ligadas indisolublemente a la estructura y organización del sistema económico. El desarrollo de una producción socialista origina la disolución de la familia tradicional y con ello hace posible una creciente igualdad de derechos y una posición más libre de la mujer en la sociedad. Como siempre, existe indefectiblemente la posibilidad de un rodeo y de un retraso en la construcción de nuestra sociedad comunista, esto significa lógicamente que el proceso de la amplia emancipación de la mujer puede estancarse temporalmente.

      La situación y la influencia política de la mujer activa no son comparables, hoy, con las condiciones que dominaban en el año 1921. Ciertamente, nuestras obreras y campesinas han defendido con fortuna las conquistas de los primeros años de la Revolución y han ampliado y asegurado, aunque con diferente éxito, los derechos de las mujeres trabajadoras. No hay ninguna duda de que las fuerzas sociales conseguidas con el trabajo obligatorio general de las mujeres habían creado las condiciones objetivas para la transformación de las costumbres familiares y de vivir, las cuales se han debilitado sustancialmente para este tiempo. Los cambios económicos y políticos ya no se consiguen hoy por presión de las masas movilizadas, sino que se llevan a efecto a ritmo notablemente reducido bajo la dirección consciente del partido comunista de Rusia. Pero esto quiere decir que en la práctica sólo se imponen, desgraciadamente, esos cambios por el Partido

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