¿Hubo socialismo en la URSS?. Jaime Canales Garrido

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¿Hubo socialismo en la URSS? - Jaime Canales Garrido

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sintetiza dicho contenido del siguiente modo: “El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras esta época histórica no finaliza, los explotadores siguen, inevitablemente, abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas de restauración. Después de la primera derrota seria, los explotadores derrocados… se lanzan con energía decuplicada, con pasión furiosa, con odio centuplicado, a la lucha por la restitución del ‘paraíso’ que les ha sido arrebatado, por sus familias, que antes disfrutaban de una vida tan regalada y a quienes ahora la ‘canalla vil’ condena a la ruina y a la miseria (o a un trabajo ‘vil’…). Y tras de los capitalistas explotadores se arrastra una vasta masa de pequeña burguesía…” 15.

      De lo expuesto, diáfana, dimana la idea de que no es el proletariado el que promueve y práctica la violencia sin tener causas para hacerlo. De hecho, lo que siempre ha hecho la clase obrera es reaccionar contra la violencia de la burguesía, y, en el caso del proletariado triunfante en la revolución social, fue responder a la violencia centuplicada de los capitalistas y terratenientes que habían sido aventados del poder. Así fue en la época del “terror blanco”, también lo fue parcialmente en los tiempos de la colectivización. Y esta violencia, innegablemente, mortificó a Millas.

      Llegamos -por decirlo de alguna manera- a la “conclusión-madre”: hay violencia porque hay resistencia, porque hay… lucha de clases, sobre todo en las primeras fases o tránsitos de la dictadura del proletariado.

      No olvidemos que es Lenin el que se declara partidario del centralismo: el principio fue asentado.

      Entretanto, ante semejantes enunciados, irrumpe, pertinente, una interrogante, que nos conmina a cavilar: ¿Cómo construir el socialismo sin acabar con la propiedad privada -léase: propiedad sobre los medios de producción-, aceptando, por un lado, la existencia de diversas áreas de la economía -incluidas pequeñas, medianas y grandes empresas- y, por otro, pretender y proclamar que se está avanzando hacia el socialismo?

      Ahora bien, retomando el tema de las diferencias entre la dictadura del proletariado y la de la burguesía, es menester recalcar que incluso la democracia parlamentaria más desarrollada no deja de ser, formalmente, una democracia burguesa, es decir, una de las formas de la dictadura de la burguesía.

      Las diferencias en la esencia de clase también dan lugar a diferencias en las formas de la dictadura del proletariado. Cualquiera que sea la forma que adopte esta dictadura, siempre se apoyará en los órganos de poder del tipo soviético o democráticos populares -radicalmente diferentes a los órganos de poder de todas las formas de Estados burgueses-, en un aparato estatal, en principio, distinto, cuya tónica es la incorporación masiva de amplias capas de trabajadores a la vida política activa.

      La naturaleza de la dictadura burguesa de ninguna manera cambia por el hecho de que las fuerzas políticas comunistas o socialistas puedan tener temporalmente representación en los órganos legislativos y ejecutivos del Estado burgués. El cambio de personas en el gobierno no se transformará en el cambio de la dictadura de clase, porque, para ello, hay que destruir el Estado burgués y llevar a cabo el correspondiente cambio de las bases constitucionales, nacionalizar o confiscar las palancas fundamentales de la economía y asegurar la dominación ideológica del marxismo-leninismo.

      Es importante tener en cuenta que el carácter proletario de la dictadura tampoco cambia por el hecho de que el partido comunista -vanguardia de la clase trabajadora- pueda, en cualquier momento, entrar en alianzas y coaliciones temporales con las fuerzas revolucionarias y democráticas -como ocurrió en la Rusia Soviética a partir de octubre de 1917 y en el período comprendido entre marzo y julio de 1918- cuando los partidos socialistas revolucionarios pequeñoburgueses y, parcialmente, algunos anarquistas estuvieron representados no solo en los Soviets -en los congresos de los Soviets y en muchos consejos locales-, sino también en el Consejo de Comisarios del Pueblo, la Cheka y otros órganos ejecutivos del joven Estado proletario.

      Otra diferencia entre la dictadura del proletariado y la dictadura burguesa -que es el resultado inevitable del modo de producción capitalista- consiste en que, si esta última es necesaria a los capitalistas durante todo el período histórico de su dominio de clase, la primera, en cambio, es necesaria a la clase obrera de modo absolutamente temporal -sólo para la construcción de una sociedad socialista sin clases-, y por eso está, en principio, limitada por los marcos históricos de la transición del capitalismo al comunismo. Por lo tanto, alcanzado el objetivo final del proletariado en esta fase -la construcción de una sociedad socialista sin clases- ese será, al mismo tiempo, el momento de la autodestrucción del proletariado como clase y de la dictadura como forma de Estado.

      Como ya quedó registrado -pero siempre es bueno repetirlo- el período de la dictadura del proletariado comienza en el mismo momento del triunfo de la revolución socialista y continúa hasta la victoria completa y final del socialismo, es decir, hasta el momento en que

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