El socialismo y la cuestión obrera. Fernando Martínez López
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Se cierra así un ciclo de lenta expansión, y aunque la militancia no era muy numerosa, era capaz de promover acciones en las que había una gran participación. Por ello, pese a la decadencia societaria entre 1905 y 1908, se habían creado organizaciones socialistas en muchos lugares.
Una prueba de esta capacidad de movilización del Partido Socialista la tenemos en los mítines que se llevan a cabo para reclamar del Gobierno la promulgación de una ley que sirva para mejorar el estado de los mineros y aliviar su situación precaria.
Hasta ese momento el descontento mostrado por los trabajadores de las diferentes cuencas mineras no había tenido eco en los discursos de Pablo Iglesias en el Congreso, a partir de ahora las denuncias del líder socialista sobre los abusos que se comenten en las minas serán una constante.
En apoyo a esta campaña se celebra en Almería una gran velada a favor de los obreros mineros. Tiene lugar en el Centro Obrero de la calle de Las Cruces el día 31 de enero de 1909.
El salón del Centro se hallaba engalanado para la ocasión, todas las banderas de las sociedades que tenían allí su domicilio social estaban dispuestas tras la tribuna de oradores. La presidencia la ocupó Mariano Vizcaíno y junto a él se sentaron Juan Cabrerizo, José Baeza (vocal del Centro Obrero), Antonio Espinar (de la sociedad Arte de Imprimir), Juan Nieto Urrutia (de la sociedad El Progreso), Manuel Pérez (republicano de la sociedad Hierros y Metales), Miguel Cruz (presidente de la Casas del Pueblo y del Centro Obrero), Andrés Godoy, Ricardo Sánchez (Contador del Centro Obrero), Agustín Úbeda (de la sociedad Oficios Varios), Francisco López (de la sociedad La Igualitaria), Manuel Pérez García (Unión Republicana) y Tomás Alonso.
Entre todos los que tomaron la palabra había dos mineros: Francisco López y José López, ambos insisten en la supresión del trabajo de los niños y describen el régimen de vida que llevan, las horas de trabajo y la escasez de su comida.
El acto terminó con unas conclusiones consistentes en solicitar al Gobierno la jornada de 8 horas y un salario mínimo de 3,50 ptas., así como el cumplimiento de las leyes sobre economato o cantinas obligatorias, creación de hospitales en las zonas mineras y supresión del trabajo de las mujeres y los niños.15
También en las zonas mineras se celebran mítines. Uno en el Centro Obrero de Gérgal al que asisten más de 400 personas; y otro en Serón donde concurrieron más de 800 trabajadores. En ambos se criticó la conducta de las empresas y de los gobiernos y se votaron las conclusiones aprobadas en Almería.16
3. EL ÉXITO DE LA CONJUNCIÓN REPUBLICANO-SOCIALISTA
El año 1909 marca un hito en la trayectoria del Partido Socialista, la táctica llevada a cabo hasta entonces de no realizar pactos, y que le había llevado a una marginación política, queda aparcada y es sustituida por una nueva estrategia de coalición con los republicanos.
Esta decisión produjo un gran debate en el VIII Congreso socialista celebrado a finales de 1908, y significó el fin del aislamiento político del Partido Socialista, mientras que para los republicanos esta era la ocasión que buscaban para agrupar a las diversas tendencias del republicanismo y afianzar su influencia sobre las clases populares para por fin instaurar la república.17
La conjunción sirvió en Almería para aunar esfuerzos y cerrar diferencias entre los militantes socialistas. Así Tomás Alonso, que se había apartado de la primera línea de acción en 1903 por sus diferencias con la directiva del Partido Socialista en cuanto al pacto con los republicanos, volvió ahora con nuevos ánimos participando en los mítines que se celebraron en la circunscripción con motivo de las elecciones municipales celebradas en diciembre de 1909.
Para celebrar este acuerdo entre socialistas y republicanos se celebra un importante mitin en el teatro Variedades. El acto será presidido por el concejal y presidente de la Junta Municipal de la Unión Republicana, Manuel Pérez García, y a él acudiría numeroso público. Por parte de la Agrupación Socialista intervienen José López Ruiz y Miguel Cruz Maldonado, y Tomás Alonso en representación del Centro Obrero.18 Precisamente este último fue uno de los más aplaudidos, y en su discurso trató de explicar a los allí presente la importancia de los obreros contra un Gobierno que no les tenía en cuenta.
Uno de los acuerdos que salen de este mitin es la presentación de candidaturas mixtas republicano-socialistas para las elecciones municipales que se celebrarían a finales de ese año; siguiendo las recomendaciones del PSOE a sus agrupaciones, estas debían intentar llegar a un acuerdo o apoyar las candidaturas republicanas. Se formará de esa manera un bloque de izquierdas que se aleja de las demás formaciones políticas y que intentará hacerse con el favor del voto obrero.
Miguel Cruz Maldonado será el representante socialista que luchará por el distrito centro. Pero el resultado no fue el esperado, los republicanos obtuvieron tres concejales, y los socialistas ninguno. Estas elecciones no significarán un ascenso en relación con las municipales anteriores, pues se celebraron en un momento en el que muchas organizaciones obreras aún no se habían recuperado de la crisis de 1905.
La campaña electoral se basó en la celebración de mítines en la capital, en tanto que se prestó menos atención a los pueblos de la circunscripción, posiblemente ante el convencimiento de que sus esfuerzos serían inútiles ante el profundo arraigo de las prácticas caciquiles en el medio rural. En todos estos mítines, los candidatos se dirigían a un público mayoritariamente obrero, por ello eran constantes los llamamientos a participar en la política ejercitando su derecho al voto.
Resalta la importancia que tiene el ejercicio del derecho al sufragio y cómo el obrero debe proceder con entera conciencia del acto que realiza al depositar su voto en la urna.19
A pesar de la derrota de su candidato, la agrupación socialista resultó fortalecida tras las elecciones, lo que les hizo reafirmar su voluntad de mantener la conjunción para el advenimiento de la república y seguir luchando por conseguir más apoyo de los obreros. Algunos intelectuales y clases medias urbanas comienzan a acercarse a las ideas socialistas, pues tenían la esperanza de que el cambio político estuviera cerca.
En enero de 1910 la Juventud Socialista se vuelve a constituir siguiendo el llamamiento hecho por la Federación Nacional para que los jóvenes socialistas se organicen y apoyen la labor del partido. Establece su domicilio social en el Centro Obrero, elige la junta directiva que se compondrá de la siguiente forma: presidente: Juan Cabrerizo Torres; tesorero: Joaquín Díaz Gallart; contador: José Rodríguez Pastor; secretario: Juan Nieto Urrutia; vocal: Luis Martínez Martínez. En esta misma reunión deciden nombrar una comisión compuesta por Ricardo Sánchez Sánchez, Juan Nieto Urrutia y Francisco Gil Martínez, que deben recorrer los distintos talleres y fábricas de la ciudad exponiendo las ideas socialistas a los obreros, incitándoles a unirse a ellos.20
A los pocos días, la Agrupación Socialista de la capital elige nueva junta directiva, siendo nombrado presidente Antonio Hernández Clemente; secretario, Francisco Vicente Rivas; tesorero, José López Ruiz; Contador, Agustín Úbeda González; y vocal, Raimundo Rivero Romero.21 El domicilio social de la Agrupación se encuentra en calle Merino número 8.
Este ciclo expansionista se encontrará con algunos problemas derivados de las tensiones internas de sus socios los republicanos. En este contexto es el que se sitúa la gira de propaganda que realiza el dirigente social-ugetista Vicente Barrio a finales de enero de 1911, y que le traerá a Almería tras visitar la provincia de Córdoba.
Con motivo de esta visita, los obreros de la localidad de Pechina organizan un mitin que