El socialismo y la cuestión obrera. Fernando Martínez López

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El socialismo y la cuestión obrera - Fernando Martínez López Historia y Sociedad

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el teatro totalmente lleno, incluso asisten mujeres obreras que ocupan los palcos.

      Durante el mitin se hace un llamamiento a los trabajadores para que se asocien en las sociedades de resistencia. Barrios lanza duros ataques contra el Gobierno, describe los horrores de la emigración y la guerra, ensalzando las excelencias del socialismo y su aspiración redentora «apartando a la mujer del confesionario y al hombre del juego y las tabernas».22

      Además, se dirige a los intelectuales, haciendo un llamamiento a todos aquellos que alguna vez habían pertenecido al partido y ahora estaban distanciados:

      […] esperamos que aquellos que ya conocen la idea vuelvan a sus respectivos puestos, de los hombres sinceros, de buena voluntad y amor a sus semejantes ingresen en el Partido Socialista, llámense estos obreros manuales o intelectuales.23

      Tras la visita de Barrios, varias sociedades obreras de estas localidades deciden adherirse a la UGT, en concreto la de Oficios Varios y Agricultores de Benahadux24, y la de obreros barrileros Hacia la vida de la localidad de Pechina.25

      En cuanto a las relaciones con los republicanos dentro de la conjunción, se siguen llevando a cabo acciones conjuntas, de acuerdo a las directrices del Comité Nacional. De esta forma la Agrupación de Almería se adhiere a la manifestación que se celebrará el día 7 de mayo, en vísperas de la apertura del Parlamento.26

      Las peticiones son muy ambiciosas: derogación de la ley de jurisdicciones, reforma de la ley de justicia militar, revisión de los procesos seguidos contra Baró, Clemente García, Hoyo, Ferrer y Malet; apartamiento de la política de guerra en Marruecos; un servicio militar obligatorio; supresión del impuesto de consumos; transformación de la hacienda nacional; creación de milicias coloniales voluntarias; aprobación de una ley de asociaciones que someta al derecho común a las congregaciones religiosas, negándoles todo privilegio; desarrollo de la enseñanza conforme a las creencias modernas; fomento de la agricultura, la industria y el comercio y la aprobación de leyes sociales que eleven la condición moral del proletariado.27

      La convocatoria tuvo mucho éxito, numerosos grupos de obreros acudieron al llamamiento. Todas las sociedades obreras estuvieron representadas: Hierros y metales, labradores, panaderos, carpinteros, albañiles, etc. Y también asistieron algunos líderes socialistas de los pueblos cercanos a la capital como Viator y Huércal. Al frente de esta manifestación iban los republicanos José Jesús García, Plácido Langle, Manuel Pérez y Antonio Blanes junto con los socialistas Miguel Cruz y Antonio Hernández Clemente.

      A mediados de noviembre de 1911 se vuelven a celebrar elecciones municipales, en la que los socialistas almerienses consiguen por primera vez sacar un concejal en el municipio de Gérgal, en unas reñidas elecciones en las que fue rota una urna. Se trata de Juan Ángeles Gómez. Fue un modesto éxito que encontró una respuesta por los caciques locales, según denuncia El Socialista:

      Los ladrones del Municipio, de acuerdo con los patronos, han dejado sin trabajo al compañero elegido, que en ninguna parte halla ocupación, con lo cual, se persigue que la necesidad le obligue a marcharse de Gérgal y ni siquiera pueda tomar posesión del cargo. Así dejará libre el campo a la canalla chupadora.28

      Estas elecciones significaron un aumento de la presencia del partido en los ayuntamientos de Andalucía.29 La cuestión municipal se va a hacer imprescindible de manera que en el IX Congreso celebrado a finales de 1912, los debates en torno a esta van a ser muy extensos.

      El Partido Socialista inicia una tendencia ascendente en estos años, a la vez que la relación con sus socios los republicanos se van deteriorando por los problemas internos que estos padecen. Las causas de este crecimiento se deben probablemente a las numerosas huelgas que se producen entre 1911 y 1912, casi todas ellas con éxito; a las campañas contra la guerra de Marruecos, que se identificó con los movimientos de protestas llevados a cabo por los socialistas; y a los avances electorales obtenidos con la Conjunción.30

      Esta expansión se vio favorecida por las campañas de propaganda que desarrollan algunos líderes socialistas por nuestra provincia, preocupados por la cuestión minera y agrícola.

      El primero en llegar es el dirigente vasco Facundo Perezagua en abril de 1912. Su presencia se debe a la reciente creación de la Federación Minera, y por lo tanto es necesario un viaje de propaganda por las cuencas más importantes de Andalucía.

      Visitará el importante enclave de Gérgal junto a José Solinis Cabarga, y allí se reunirán con los trabajadores de la mina para afianzar el espíritu de unión y «convencer a todos de que el puesto de los mineros que quieren luchar eficazmente contra sus explotadores está en la Federación de dichos oficios».31

      En agosto de ese mismo año será de nuevo Pablo Iglesias el que realice un viaje de propaganda por las cuencas mineras del Levante almeriense, visitando las localidades de Cuevas, Garrucha y Pulpí.

      El día 15 de agosto llegó a Cuevas donde es recibido como un héroe nacional por los mineros, y al día siguiente dio un mitin en la plaza de la localidad de Herrerías, en el cual Iglesias recomienda «la unión y el trabajo constante para lograr su mejoramiento y redención».32

      El día 17 de agosto, el líder socialista se trasladó a la localidad de Garrucha, donde de nuevo fue recibido por todas las sociedades obreras. Aquí también habló de la unión de los obreros y expuso de forma elocuente, las tesis del partido en un teatro lleno de hombres, mujeres y jóvenes que lo escucharon, según recoge El Socialista, en silencio total.33

      El tercer día de su estancia en la provincia se celebró un mitin «monstruo», como fue calificado por la prensa, en el teatro Echegaray de Cuevas, a modo de resumen de este viaje de propaganda. En él intervinieron los líderes locales y asistieron miles de obreros de toda la zona. Durante dos horas y media, Pablo Iglesias criticó duramente a la clase burguesa por la explotación que hacía de los obreros, y analizó la evolución del proletariado.34

      El viaje fue todo un éxito, pues prácticamente todas las sociedades obreras de los pueblos visitados ingresaron en el Partido Socialista; así lo hicieron la de obreros mineros La Luz, de Garrucha; los obreros mineros de Cuevas y la sociedad de Cargadores y descargadores del puerto de Garrucha.

      En 1913 las elecciones a la junta directiva llevan a Juan Cabrerizo a ocupar el cargo de presidente de la Agrupación de Almería, mientras que Antonio Hernández ocupará el cargo de contador; el resto de los elegidos serán Juan Domínguez como secretario, José Rodríguez y Francisco Cruz como vocales. Y trasladan su domicilio a la calle Ulloa 13, en el barrio de la Almedina. Esta será la primera vez que alguien preside a la vez la Agrupación Socialista y la Juventud Socialista.35

      Esta segunda etapa expansionista que había conocido el socialismo en Almería, llegará a su fin en 1914 con el estallido de la I Guerra Mundial. El conflicto bélico hundió los mercados exportadores tradicionales de Almería y los centros mineros, lo cual va a perjudicar a las sociedades obreras cercanas al socialismo.

      4. EL PARTIDO EN LOS AÑOS DE LA I GUERRA MUNDIAL

      Durante los años de la contienda mundial, los comestibles y materias primas comenzaron a escasear, pues eran vendidos libremente en el extranjero, sin que hasta 1918 hubiera ningún tipo de regulación por parte de los gobiernos monárquicos.

      La consecuencia más inmediata de esta situación fue la carestía creciente de los productos básicos que demandaban las clases populares, y la apertura de un ciclo expansionista de los precios, que quedó fuera del control de las autoridades. Estas circunstancias harán que «la cuestión de las subsistencias» se convierta en el mayor problema

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