Breve historia de la Arqueología. Brian Fagan

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Breve historia de la Arqueología - Brian Fagan Yale Little Histories

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de la destrucción. Smith, que normalmente era muy tranquilo, saltó y corrió por la habitación completamente emocionado.

      El 3 de diciembre de 1872, George Smith se dirigió a la Sociedad de Arqueología Bíblica, una organización que en aquella época se ocupaba de las excavaciones para estudiar las inscripciones. El primer ministro, William Gladstone, asistió a la reunión. La conferencia de Smith fue un éxito. Tradujo partes clave de la narrativa que se asemejaba de manera sorprendente a la historia bíblica. Smith sospechaba que podía rastrearse a mitos mucho más antiguos. La historia era parte de la literatura clásica en la Mesopotamia temprana, La Epopeya de Gilgamesh. Gilgamesh, el rey de una ciudad de Uruk alrededor del año 2600 a.C., mucho antes de la Biblia, emprende viajes épicos en busca de la inmortalidad, pero no la encuentra.

      Las tablillas sobre la inundación parecían corroborar que la Biblia decía la verdad. El periódico Daily Telegraph ofreció mil guineas al Museo Británico para que hiciera una nueva excavación en Nínive para encontrar los huecos en la historia; Smith dirigió la investigación. Sorprendentemente, después de solo una semana de excavaciones en Kuyunjik entre los restos de Layard, encontró 17 líneas cruciales perdidas sobre el comienzo de la inundación.

      Después de solo un mes de excavaciones, Smith regresó a su país. Cuatro meses después, el Museo Británico lo envió de nuevo para tratar de encontrar más partes de la biblioteca real. Recuperó más de 3.000 tablillas en tres meses, principalmente por medio de la excavación en las cámaras alrededor de la cuales Layard había cavado túneles. A veces, Smith tenía a 600 hombres trabajando en las excavaciones. En 1875, mientras regresaba de un viaje, murió de una infección estomacal. Fue una gran pérdida para el Museo Británico.

      Las excavaciones de Kuyunjik se reanudaron bajo el mando de Hormzud Rassam. Su equipo limpió los suelos en las cámaras del palacio y recuperó aún más tablillas. Una inscripción de 1.300 líneas en un cilindro de arcilla describía las conquistas de Asurbanipal. Rassam se fue a Babilonia, pero como Layard, sus métodos carecían de la sofisticación suficiente como para encontrar muros palaciegos de ladrillo no cocido.

      Se trasladaba apresuradamente de sitio en sitio y terminó en Abu Habbah, una ciudad antigua llamada Sippar, donde excavó alrededor de 170 cámaras y recuperó nada menos que 70.000 tablillas. Una de ellas describía cómo el rey Nabonido tenía interés en la arqueología y excavó en las ciudades de sus predecesores. Cuando Rassam se fue a Inglaterra, los traficantes entraron, se pelearon por las tablillas cuneiformes provocaron un enfrentamiento entre los museos europeos. El daño es incalculable.

      Layard, Rassam y Rawlinson fueron pioneros, trabajaron en tierras remotas bajo agitaciones tribales. Esto era arqueología pura y dura, sin un planeamiento cuidado; pero era arqueología que validaba muchas partes de la historia del Antiguo Testamento e incorporaba a las ciudades antiguas en los libros de historia. En esa época, cuando la arqueología estaba en pañales, muchos de los arqueólogos eran más oportunistas que excavadores. Aun así, algunos de ellos fueron maestros en su campo, gracias a los cuales las siguientes generaciones de arqueólogos profesionales pudieron sostenerse en pie.

      6

      LA CIVILIZACIÓN MAYA AL DESCUBIERTO

      Copán, Honduras, 1840: los monos se movían en las copas de los árboles. El crujir de las ramas secas que quebraban rompía el silencio de la selva y perturbaba la paz de la ciudad desierta al otro lado del río. Unos 40 o 50 monos iban en procesión, como los espíritus de aquellas personas desconocidas que alguna vez habitaron en las misteriosas ruinas. Las pirámides llenas de maleza se levantaban por encima de los árboles.

      John Lloyd Stephens (1805-1852), un viajero y abogado americano, y Frederick Catherwood (1799-1854), un prestigioso artista inglés, se quedaron paralizados con su primer vistazo a la arquitectura maya antigua. Se abrieron camino entre la vegetación y se tropezaron con algunas piedras verticales con inscripciones muy elaboradas. Nunca habían visto arquitectura de tal naturaleza.

      Ambos eran aventureros experimentados. Stephens había nacido en Nueva Jersey, ingresó en la Universidad de Columbia a los trece años y se graduó con la mejor nota en 1822. Tenía formación en derecho, pero prefería la política y los viajes.

      Stephens se estrenó como aventurero en un viaje al Oeste en el que llegó incluso más allá de Pittsburgh. En 1834, emprendió una expedición de dos años que lo llevó por Europa, hasta Polonia y Rusia. Después exploró el valle del Nilo y Jerusalén. También fue a Petra, que en ese momento era un lugar lejano y peligroso. La gran ciudad caravanera lo dejó atónito con sus templos tallados. Petra hizo que Stephens se apasionara por las civilizaciones antiguas inmediatamente.

      Narrador talentoso, comenzó escribiendo a su familia sobre sus viajes. Algunas de sus cartas aparecieron publicadas en los periódicos de Nueva York y la audiencia las disfrutaba mucho. Escribió dos libros sobre sus aventuras, ambos llamados Incidentes de viaje. Uno trataba sobre Egipto y Tierra Santa, y el otro era un relato de Polonia, Turquía y Rusia. Stephens tenía un estilo de escritura directo y entretenido, además de ser un gran observador de la gente y los lugares. Ambos libros se volvieron best sellers y lo convirtieron en un famoso escritor de libros de viajes de primera categoría.

      A través de sus colegas escritores, conoció al artista Frederick Catherwood, de Londres. Tenía un talento artístico soberbio que florecieron cuando fue a Italia en 1821. Igual que Stephens, era un viajero inquieto. Entre 1822 y 1835, Catherwood hizo un largo viaje por Oriente Medio. En Egipto trabajó junto al viajero Robert Hay, quien había visitado y estudiado varios sitios de interés. También visitó Jerusalén, donde dibujó el prácticamente inaccesible tejado de un santuario islámico del siglo XI: La Cúpula de la Roca. Para hacerlo usó una «cámara lúcida», básicamente un espejo que reflejaba la imagen del techo en su tablero de dibujo.

      De vuelta en Londres, Catherwood creó una enorme escena panorámica de Jerusalén, que se volvió altamente popular. Stephens y Catherwood se conocieron en la exposición de 1836. Ese mismo año, Catherwood llevó su obra a Nueva York y comenzó a trabajar como arquitecto. Para entonces, los dos hombres habían entablado amistad, pues compartían el entusiasmo por la aventura y las civilizaciones antiguas. La personalidad seria de Catherwood era radicalmente distinta a la de Stephens.

      En una búsqueda constante por nuevas oportunidades, el artista atrajo la atención de su amigo hacia dos publicaciones poco conocidas que describían las misteriosas ruinas en las selvas de América Central. Acordaron que las buscarían un día. Afortunadamente, la arquitectura de Catherwood y la exposición trajeron dinero, así como los libros de Stephens, lo que hizo posible que viajaran. Para facilitar las cosas, Stephens se las ingenió para obtener un puesto diplomático en América Central. El 3 de octubre de 1839, los dos amigos partieron de Nueva York hacia una pequeña y aislada ciudad costera llamada Belice, ahora país soberano con el mismo nombre. Desde ahí, viajaron tierra adentro a las ruinas de un lugar llamado Copán.

      El viaje terrestre por la selva de la península de Yucatán fue duro. La situación política era caótica. Sus mulas se hundían en el lodo atravesando los estrechos caminos. En algún momento llegaron al poblado de Copán, con su media docena de chozas destruidas. Al día siguiente, un guía los llevó por los campos y la densa selva a la orilla de un río. Al lado contrario, vieron la muralla de la ciudad maya.

      Stephens y Catherwood llegaron sin saber qué esperar. Cruzaron el río a caballo y llegaron a un complejo de terrazas y pirámides. Inesperadamente, después se encontraron con una columna cuadrada de piedra esculpida en

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