Conflicto armado en Siria. Janiel Melamed Visbal

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Conflicto armado en Siria - Janiel Melamed Visbal

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una evolución de las relaciones políticas entre ambos países y, adicionalmente, se desglosan las principales circunstancias que el régimen turco identifica en este contexto como serias amenazas a su estabilidad interna y justificantes de la imposibilidad de mantener una postura distante o estática frente a los acontecimientos en el vecino país.

      El capítulo noveno indaga respecto al papel desarrollado por Catar, uno de los territorios petroleros más pequeños pero influyentes de la región y su inusitada búsqueda de influencia regional mediante su vinculamiento, a través de actores delegados, a algunos de los escenarios más candentes y conflictivo tanto en el norte de África, el Medio Oriente y el golfo Pérsico.

      El capítulo décimo presenta un análisis del papel de Israel en la contienda y los principales intereses geopolíticos que procura en medio de un elevado escenario de hostilidad y violencia. Si bien la guerra se desarrolla al norte de su frontera, en múltiples ocasiones ha incursionado en su propio ámbito territorial y amenaza permanentemente con preocupantes consecuencias directas para su seguridad nacional a partir de un eventual escalamiento bélico.

      El capítulo décimo primero inicia el análisis de actores no estatales que han tenido un importante accionar violento en la confrontación armada. En este sentido, se examina la participación de la organización conocida como Estado Islámico, sus orígenes, sus fundamentos ideológicos y la agenda proyectada a partir de su participación en la guerra.

      El capítulo décimo segundo examina a Hezbolá y describe las raíces causales de esta organización, sus principales antecedentes y lineamientos ideológicos. Así mismo, resalta la enorme significancia que esta organización tiene para Irán como instrumento de su proyecto de expansión hegemónica y se explica su participación en la guerra a partir del desespero, desgaste y socavamiento del régimen sirio en la etapa inicial de la confrontación.

      El capítulo décimo tercero se ocupa de las milicias kurdas conocidas como las Unidades de Protección Popular y hace una caracterización de esta organización a partir de la apuesta nacionalista kurda, su papel como una fuerza de despliegue rápido y efectiva contra el Estado Islámico y su antagonismo con Turquía.

      Finalmente, el capítulo décimo cuarto examina al Ejército Libre Sirio y destaca cómo, pese a los reveses sufridos a lo largo de la guerra, ocupa un sitial de relevancia como la primera estructura organizada de resistencia rebelde con vocación nacional. En este orden de ideas, destaca sus orígenes y el proceso de aceptación, reconocimiento y canalización de apoyos materiales de diversos actores interesados en derrocar el régimen.

       GEOPOLÍTICA: UNA DELIMITACIÓN CONCEPTUAL

       A quien contempla racionalmente el mundo, el mundo le ofrece a cambio su aspecto racional. La relación es mutua.

      Georg Hegel

      Hablar de geopolítica es referirse a una disciplina fascinante y con enormes puntos de interés para los estudios de seguridad global y relaciones internacionales. En palabras de Clover (1999), pocas ideologías modernas son tan caprichosamente englobantes, tan románticamente oscuras, tan intelectualmente descuidadas y tan propensas a su vez a iniciar una tercera guerra mundial como la geopolítica. En la medida en que el territorio es la base física esencial del Estado, pues estos ocupan inevitablemente un espacio de suelo más o menos bien definido, fruto a menudo de un proceso histórico cultural que no escapa a turbulencias o fricciones, desde sus inicios disciplinares, la importancia de la geopolítica se ha visto relacionada en la manera en que puntualiza e instrumentaliza el territorio como elemento fundamental para la consecución de objetivos estratégicos o incluso vitales para los Estados (Sanguin, 1981).

      Por ello, vale la pena hacer algunas aclaraciones para la adecuada comprensión geopolítica que pretende desarrollar este texto. Por un lado, si bien existen regiones con unas particularidades de gran relevancia para el sistema internacional, son pocas las que pueden llegar a equiparar la especial connotación del norte de África, Medio Oriente y el golfo Pérsico respecto a sus múltiples escenarios de antagonismos. Por ejemplo, si comparamos las realidades propias de estas zonas y las contrastamos, con los antagonismos de los Estados europeos, podemos evidenciar que principalmente estos últimos se han desarrollado tradicionalmente con enorme fuerza por actores estatales propios de sus inmediaciones geográficas, mientras que en estas regiones iniciales ha predominado el intervencionismo de actores foráneos.

      Adicionalmente, respecto a estas zonas hay que puntualizar que mientras el modelo de Estado-nación existió en Europa durante varios siglos y era ya un concepto asimilado en el viejo continente a principios del siglo XX, su implementación al norte de África, en el Medio Oriente y en el golfo Pérsico resultaba una idea confusa, abstracta y problemática. Ello en razón de que tan solo sería hasta la década de los cuarenta cuando la región adquirió características westfalianas, es decir, cuando en ella se originan Estados-nación con independencia política de los poderes europeos5 (Lawson, 2000).

      En este análisis introductorio es menester presentar una relación de algunas de las más importantes definiciones conceptuales y aproximaciones que sobre geopolítica se han elaborado y su relación con la línea investigativa de esta obra. En este sentido, según Parker (1998), el término “geopolítica” se desprende, desde el punto de vista etimológico, de las raíces griegas Gaia, diosa de la tierra, y Polis, proveniente del concepto de las islas Estados-nación de la antigua Grecia. Por lo tanto, por lo menos desde su sentido etimológico, la geopolítica hace especial referencia a la intrínseca relación de los conceptos de la tierra y/o el territorio, como el hogar físico y ancestral del ser humano y la forma de control y organización que se ha implementado en ella a través del Estado y la política.

      En virtud de esta relación inherente, es necesario afirmar que la geopolítica, como resultado de las observaciones respecto a la interacción constante entre las relaciones del hombre con el suelo, equiparadas a las del Estado con su territorio, es, por ende, una disciplina de larga gestación. Esta afirmación puede sustentarse en la forma evidente como el espacio determinó la vida de muchos pueblos a lo largo de la historia de la humanidad. En este sentido, por ejemplo, se observa cómo diversos factores físicos, como la cercanía a fuentes hídricas, la protección en medio delas barreras naturales que se encontraban en las montañas y el entorno en general, determinaban razones suficientes para el asentamiento en determinados lugares por encima de otros, promoviendo inclusive la transformación de sociedades nómadas en pueblos sedentarios.

      Por ello, si contemporáneamente se reconoce la influencia que ejercen los factores geográficos y físicos en el desarrollo de la política exterior de un país y las dinámicas de poder en el sistema internacional, también en la antigüedad el espacio y el territorio tuvieron una influencia notoria en la vida política de la humanidad (Renouvin y Duroselle, 2001).

      Como consecuencia, diversas culturas de la antigüedad tomaron asiento en áreas geográficas que parecían más atractivas que otras, pues estas permitían desarrollarse de manera más favorable según sus intereses. Por ende, si el espacio geográfico era inadecuado para proporcionar los medios que garantizaran su supervivencia, simplemente se desplazaban y/o conquistaban otros territorios, en aras de anexarlos a su espacio geográfico original6. De ahí entonces que los terrenos fértiles, la vecindad de los ríos, el acceso al mar, los accidentes montañosos de interés y el control de las rutas comerciales, por ejemplo, se convirtieran en la antigüedad en objeto de interés de aquellas formas primitivas de organización social y política y, por supuesto, también en la era contemporánea sean fuente de interés de los Estados modernos.

      Por lo tanto, se puede afirmar que aun sin la aparición de una denominación definitiva, la geopolítica ha existido desde tiempos remotos,

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