Prevención del delito y la violencia. Franz Vanderschueren

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Prevención del delito y la violencia - Franz Vanderschueren

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y finalmente asume la capacidad de resiliencia de individuos o comunidades frente a la criminalidad o violencia.

      A partir del diagnóstico contextual de un problema, por ejemplo el comportamiento violento y delictual de pandilleros en un barrio, y de los factores de riesgo múltiples que lo determinan, se definen mecanismos de prevención y se elabora, en función de los recursos humanos y financieros disponibles, programas con objetivos, metas, calendarios, responsabilidades y modalidades de monitoreo y evaluación. Para esto, se mira en el entorno nacional e internacional el tipo de mecanismos exitosos vigentes, y después de un análisis contextual que muestra su posible aplicabilidad, se elige un mecanismo para adaptarlo a la cultural local y ponerlo en práctica. La evaluación de la validez del enfoque de prevención elegido requiere un doble proceso. Por una parte, se examina la aplicabilidad del modelo “importado” al contexto local. Por otra parte, a partir de referencia(s) teórica(s) se verifica en las etapas del programa (diagnóstico, análisis del contexto, implementación y monitoreo) la validez de los enfoques y resultados a partir de las teorías de referencia como por ejemplo la eficiencia colectiva, el aprendizaje social o la anomia. La referencia a las teorías permite comprobar la validez del enfoque porque no basta que un programa funcione y siga las reglas de funcionamiento planificado, se requiere además saber porqué da resultados o fracasa, es decir, haber sido capaz de identificar la(s) causa(s) del comportamiento delictual.

      En resumen, el funcionamiento y el éxito de una política de prevención depende tanto de la validez de sus fundamentos teóricos como de su gestión y de la coherencia de su formulación. En el caso de las intervenciones del SJC tienen un objetivo preventivo solo si apuntan a formas innovadoras de transformación de su propia realidad, como por ejemplo a través de las formas alternativas de justicia, de construcción de paz o de prevención comunitaria ejercida por policía de proximidad con las comunidades. Sin esta perspectiva corren el riesgo de ser simples modalidades de mantención del orden que apuntan a la neutralización de los victimarios.

      El aporte de las teorías criminológicas

      Las teorías criminológicas abordan dos grandes temas: o bien analizan el funcionamiento del sistema de justicia criminal (SJC) o bien intentan explicar las causas de comportamientos desviados o delictuales. Aquí hacemos referencia a la segunda corriente de teorías multidisciplinarias que desde fines del siglo XIX hasta hoy han tratado de responder a la pregunta de por qué hay crímenes en las sociedades y por ende cómo se puede prevenirlos o mitigar sus efectos.

      Como toda teoría en ciencias sociales, las reflexiones criminológicas no se centran sobre los postulados filosóficos que prometen una “sociedad ideal”, sino que cada teoría asume opciones filosóficas implícitas sobre la condición humana. A pesar de su relevancia, el debate sobre estas opciones no es un tema de este artículo.

      Si se acepta la multicausalidad de la delincuencia y violencia, se amplía el posible abanico de causas y de teorías de referencia. La comisión de delito puede, en el ejemplo de un robo con violencia cometido por un adolescente, explicarse a partir de las características personales del autor o de su contexto familiar (causas remotas o básicas), de la influencia de los pares o del entorno comunitario violento que genera un ámbito criminógeno, siendo estas dos últimas causas inmediatas o gatillantes. Por ende, la comisión de delito puede hacer referencia a teorías distintas como la del aprendizaje de Akers (2016), o a la teoría del control social (Gottfredson et al., 1990) que asume que la carencia de autocontrol adquirida en la infancia constituye la causa de la comisión de actos antisociales.

      Por otra parte, un mismo individuo puede reincidir y las posibles causas de la permanencia en la delincuencia no son necesariamente idénticas a las causas del primer delito. Si en el ejemplo mencionado antes, la disfuncionalidad familiar es el mayor factor explicativo del primer delito, las siguientes infracciones a la ley podrían ser condicionadas por la influencia de los pares u otros factores individuales o colectivos como por ejemplo la existencia de oportunidades como lo afirman las teorías de la prevención situacional.

      Finalmente, si se acepta la perspectiva del desarrollo vital (Redondo, 2013), que postula que el impacto de los factores de riesgo debe ser analizado en función de la etapa de vida de cada persona, se debería determinar a qué edad los factores causales actuaron sobre ella. Por ejemplo, abusos en la infancia pueden tener un impacto en los comportamientos en la adolescencia o la adultez. En esta perspectiva, la experiencia de vida de cada cual es única y es marcada por tres factores: la estructura genética, el entorno social y demográfico (familia, pares, amigos, barrio, período histórico, etc.) y los eventos imprevisibles que caracterizan la vida de uno(a)3.

      En resumen, las teorías criminológicas explican la probabilidad del impacto de causas que pueden ser múltiples, producirse en edades diferentes y tener manifestaciones inmediatas o remotas de intensidad diversa en función del ciclo vital de cualquier individuo y de su entorno. Esta perspectiva está lejos de la causalidad automática de las ciencias que consideran que un factor causal X genera inevitablemente un efecto Y.

      Revisando los escritos recientes de la criminología sobre los temas teóricos y los diversos enfoques de prevención, nos parece necesario clarificar los tipos de teorías en razón de la diversidad de alcance que tienen para las políticas públicas y particularmente la prevención. La distinción propuesta por Pinatel (1963) ofrece un marco lógico útil al proponer tres niveles de análisis teórico: las teorías de la criminalidad, las del crimen y finalmente aquellas de la delincuencia (Ouimet, 2015).

      Esta distinción refleja tres niveles de análisis sea sobre el crimen o el delito, sea sobre el comportamiento del delincuente o bien sobre la criminalidad. El análisis del crimen focaliza sobre las causas inmediatas que gatillan la comisión de un delito como un entorno que ofrece oportunidades interesantes o la vulnerabilidad de una víctima. Por ejemplo, la situación de una persona carente de recursos que encuentra dinero perdido por otra conocida y puede tomarlo. A su vez, el estudio del comportamiento criminal busca identificar en la trayectoria individual los factores que han influido en llevarla a la delincuencia como por ejemplo factores familiares, genéticos o la influencia de los pares o del entorno barrial o la combinación de estos factores. En el ejemplo anterior, tratará de explicar porqué el individuo A toma el dinero y el individuo B no lo toma o aun lo restituye a su propietario. Por otra parte, el nivel de análisis de la criminalidad intenta evidenciar a nivel macro los factores que explican las diferencias en el universo de las actividades criminales, por ejemplo, porqué hay una tasa de homicidios superior en México que en Chile, o porqué la tasa de robo o de delitos sexuales es diferente entre dos ciudades o porqué estas tasas varían en el tiempo.

      En esta distinción entre los tres niveles de análisis, la utilización de los llamados factores de riesgo, concepto adoptado para indicar el carácter probabilístico de una variable posiblemente explicativa, es aplicable a los tres niveles de análisis, pero como correlación entre variables sabiendo que esta puede ser real o artificial. Por ejemplo, un factor de riesgo como la deserción escolar mostrará a menudo una correlación con la comisión de delito, pero no significa que sea esta la variable explicativa de la comisión de delito. Del mismo modo los niveles de desigualdad o de segregación urbana pueden mostrar una correlación con la tasa de robo sin ser necesariamente la explicación de la comisión de delito (Ouimet, 2015; Fréchette y Leblanc, 1987). Abordamos esta clasificación a continuación.

      Las teorías de la criminalidad

      La criminalidad es un concepto sociológico para indicar la suma de los delitos cometidos en un momento dado en un territorio determinado (Ouimet, 2015: 21) que se mide normalmente por la tasa de victimización sobre 100.000 habitantes y que se analiza sea comparando territorios diversos o destacando la evolución de la tasa de victimización. Las principales variables explicativas macro sociológicas incluyen la tasa y modalidades de urbanización; variables demográficas como la inmigración, la familia y su estructura; variables que se refieren a creencias y normas culturales; variables socioeconómicas como la pobreza,

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