Gobernanza china. Tyra Diez Ruiz

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Gobernanza china - Tyra Diez Ruiz

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debió a su capacidad de movilizar a las masas e introducirse en las áreas rurales.

      A diferencia de los círculos políticos estadounidenses, acostumbrados a tratar la «cuestión china» desde una perspectiva ideológica, Fairbank, familiarizado con la historia de ese país, concluyó tras la profunda investigación de La gran revolución china, que la única clave para la supervivencia de un régimen es el apoyo del pueblo. Asimismo, el también estadounidense Lloyd Eastman señalaba en Semillas de destrucción: guerra y revolución en la China del Kuomintang 1937-1949 que la derrota del KMT no se debió a la falta de «ayuda estadounidense», sino a su propia mala praxis y división interna, corrupción, incompetencia y falta de disciplina, todo lo cual terminó por provocar una falta de apoyo popular y en consecuencia el fin de su régimen.

      El libro Sacudirse la pobreza recoge los discursos y artículos escritos por Xi Jinping durante su gobierno en Ningde, entre los años 1988 y 1990. Aunque es un texto breve, en él podemos encontrar sus reflexiones acerca de muchos temas vitales, tales como la construcción de un gobierno limpio, la importancia de la línea de masas y la prosperidad común, así como una profunda comprensión del poder de la gente. Allí escribe: «En nuestro camino encontraremos inevitablemente numerosos problemas, ¿y dónde exactamente deberíamos comenzar y en qué apoyarnos para resolverlos y superarlos? Si bien podemos aplicar diversas teorías y métodos, la cuestión fundamental sigue siendo movilizar y apoyarse en la gente». Y este importante juicio de Xi Jinping continúa vigente hoy día.

      La falta de apoyo popular siempre ha sido un tema de reflexión para Xi Jinping, y así lo ha expresado en muy variadas ocasiones, en frases tales como «nunca hemos de olvidar que somos el gobierno del pueblo», «hemos de mantener un mismo corazón con la gente, compartir sus penas y alegrías, luchar unidos», «amar a la gente como a nuestros padres» y muchas otras que muestran su hondo aprecio por el pueblo y por las relaciones entre este y el PCCh. Su mención a las conclusiones de Fairbank se añade a todas ellas, como una evidencia más de que el éxito de la revolución china, tal y como muestra la historia, solo es posible si goza del apoyo popular, lo cual sirve también como recordatorio a los miembros y cuadros del Partido de su intención original, que no es otra que mantenerse al lado del pueblo y servirle.

      En cierta ocasión, Huang Yanpei hizo una observación al camarada Mao Zedong; decía que pocas familias, grupos, regiones o incluso naciones enteras habían poseído la fuerza requerida para escapar del patrón histórico. Casi todos los periodos habían comenzado con gobernantes muy concienzudos, que no desatendían ningún detalle, poniendo todo su empeño en los momentos de mayor dificultad, luchando duramente por su supervivencia. A medida que las cosas mejoraban, su espíritu se relajaba también. Surgía entonces la desidia, que se extendía hasta convertirse en norma, y aunque a esas alturas ya suponía un enorme esfuerzo, las cosas seguían como hasta entonces. Huang Yanpei tenía la esperanza de que los «caballeros del PCCh» hubiesen encontrado un nuevo camino, una forma de escapar de aquel patrón que se había repetido históricamente, de pasar de un duro e innovador trabajo a la inane desafección por el conjunto de la gente. Ante esta observación, Mao Zedong replicó de inmediato: «Huang Yanpei, nosotros ya lo hemos encontrado: se llama democracia, caminar allí donde las masas indiquen. Solo cuando se permite al pueblo controlar al gobierno, este no se atreve a relajarse. Solo si todos y cada uno asumen su responsabilidad en el sistema elegido, este no perecerá en caso de que un gobernante muera». Con estas palabras, Mao Zedong resumía la teoría y la práctica del PCCh al tiempo que hacía un solemne llamamiento a «servir al pueblo de todo corazón», un llamamiento que fue escrito en la Constitución del PCCh como su único propósito. Es evidente pues que mantener lazos estrechos con la gente está determinado por la misma naturaleza y la misión de nuestro Partido, constituyendo una sólida tradición y un estilo forjado a lo largo de su lucha revolucionaria.

[«La competencia básica de los cuadros del PCCh: mantener estrechos lazos con la gente» (enero de 1989), del libro Sacudirse la pobreza.]

       Comentario

      En vísperas de la victoria de la Guerra de Resistencia contra Japón, Mao Zedong tuvo una conversación con Huang Yanpei de tal trascendencia que es popularmente conocida como el «Diálogo de Yan’An», una historia sobre la comunicación entre el PCCh y los partidos democráticos que se ha contado en muchas ocasiones. Huang Yanpei fue un famoso pedagogo y activista social, que dedicó su vida a la defensa de la educación profesionalizada como salvavidas nacional. Tras el estallido de la Guerra de Resistencia contra Japón, Huang se involucró en el movimiento de resistencia contra ese país junto al Consejo Político Nacional (CPN), convirtiéndose en un miembro destacado de los grupos prodemocráticos. En julio de 1945, para consolidar la unidad democrática y facilitar la negociación entre el KMT y el PCCh, Huang y otros seis miembros del CPN visitaron Yan’an, base de las tropas revolucionarias. El clima amigable y democrático que se respiraba en el lugar, así como la sosegada actitud de los líderes comunistas, lo conmovieron profundamente. Más tarde diría que lo que allí vio durante aquellos cinco días «estaba ciertamente muy cerca de mi ideal».

      Fue durante aquella visita cuando se produjo el diálogo que refiere Xi Jinping entre Huang Yanpei y Mao Zedong. Al preguntarle Mao sobre sus impresiones, Huang contestó con franqueza:

      —Durante mis sesenta años de vida he oído muchas cosas, pero lo que he visto con mis propios ojos se ajusta al dicho «lo que pronto surge pronto decae», pues pocas personas, familias, grupos, regiones o incluso naciones enteras han poseído la fuerza requerida para escapar de los ciclos históricos... Así nos lo prueba la historia con innumerables ejemplos: un gobierno indolente tomado por eunucos, un imperio extinto tras la muerte de su fundador, una ambición gloriosa tornada en humillación. Ninguno logró escapar de este patrón histórico.

      A lo que Mao respondió decididamente:

      —Nosotros hemos encontrado un nuevo camino y podemos romper este ciclo: se llama democracia. Tan solo cuando se permite al pueblo controlar al gobierno, este no osa relajarse. Solo si todos y cada uno asumen su responsabilidad en el sistema, este no perecerá en caso de que un gobernante muera.

      —Tus palabras —observó Huang Yanpei— me parecen acertadas, ya que solamente si las personas están facultadas para participar en la administración del lugar donde viven, es posible asignarles el desempeño de la función que mejor les corresponda, haciendo a todos responsables. Así pues, romper el patrón aplicando la democracia podría ser tremendamente efectivo.

      El «Diálogo de Yan’an» posee una gran importancia tanto en la historia de nuestro Partido como de nuestro país. Constituye un buen retrato de la sincera disposición del PCCh con los partidos democráticos, evidenciando al mismo tiempo su exploración de la democracia popular y la aspiración por el bienestar de la gente.

      Poco después del XVIII Congreso Nacional del PCCh, Xi Jinping visitó los comités centrales de los ocho partidos democráticos, así como las federaciones de industria y comercio de toda China. En sus charlas informales, recurrió al diálogo mantenido en las grutas de Yan’an como fuente vigente de inspiración y coraje para el Partido. Recordó la advertencia sobre el ascenso y caída de los regímenes, trajo a colación la exhortación de las «Dos obligaciones» y citó la historia de Adiós a mi concubina sobre el estilo de trabajo, con la intención de remarcar que todo ello hacía referencia en realidad a un solo propósito, a saber, la necesidad de «preservar siempre el espíritu de lucha que caracterizó al PCCh desde su fundación, así como la devoción por nuestro pueblo». Llevar al pueblo en nuestro corazón y luchar por y para él constituye la valiosa riqueza que nuestro Partido ha acumulado a lo largo de sus noventa años de vicisitudes históricas. Tal como Xi Jinping declaró en la Ceremonia del 95 Aniversario de la Fundación del PCCh, no importa qué tan lejos avancemos, nunca hemos de olvidar el por qué nos embarcamos en este viaje.

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