Gobernanza china. Tyra Diez Ruiz
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Estrenada en febrero de 2013, la primera temporada de House of Cards captó la atención tanto del público como de los círculos políticos internacionales por su vívida descripción de los peligrosos juegos de poder y dinero en la política estadounidense. Tanto el expresidente Obama como el ex primer ministro británico Cameron confesaron abiertamente seguir la serie. En las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 hubo algunos episodios indecorosos que podían ser vistos como una encarnación real de lo que la serie describe. House of Cards continuó seis temporadas explorando las intrigas y el lado oscuro de las grandes corruptelas de la política occidental.
Por otro lado, Michael Dobbs, autor de la novela homónima en la que se basa la serie, es un gran conocedor de los círculos políticos occidentales, ya que él mismo hizo carrera en la política británica desde 1975. Fue jefe de personal y consultor del gobierno de Margaret Thatcher, y se retiró de la política siendo vicepresidente del partido conservador. En su novela hace uso de su propia experiencia «desde dentro», razón por la cual es tan vívida y realista. La prensa internacional es unánime al calificarla como «una historia incomparablemente provocativa, de un franco realismo, fascinante, que con fina ironía ridiculiza nuestro mundo actual, al tiempo que permite a la gente vivenciarlo en primera persona».
En la Sexta Sesión Plenaria de la XVIII Comisión Central del PCCh para la Inspección Disciplinaria, Xi Jinping recurrió a House of Cards para enfatizar que la lucha anticorrupción que lleva a cabo el PCCh no es el producto de una élite hambrienta de riqueza y poder, con sus intrigas y juegos de poder internos, ni tampoco constituye un «edificio inacabado» imposible de apuntalar. Hizo así un uso ingenioso de la popularidad de la serie para rebatir ciertas ideas erróneas que circulan entre la opinión pública, reafirmando con ello la firme disposición del partido que encabeza en la lucha contra la corrupción.
Esta no es la primera vez que Xi Jinping recurre a House of Cards como una metáfora válida de lo que no es ni debe ser la política del Partido. En visita oficial a Estados Unidos en 2015, un periodista le preguntó si acaso la lucha anticorrupción en China enmascaraba una lucha entre facciones (una lucha de poder), a lo que él repuso: «El gobierno investiga los casos de corrupción con extrema seriedad, insistiendo en perseguir tanto tigres como moscas, tal y como exige la gente. La lucha anticorrupción no es ningún House of Cards, y por supuesto no tiene nada que ver con juegos de poder». El presidente Xi, con su talento narrativo, utilizaba así ingeniosamente un símbolo de la cultura americana como respuesta a un tema sensible, ganándose el aplauso tanto del público presente como de los medios estadounidenses. Y su frase «La lucha anticorrupción no es ningún House of Cards» se ha convertido en una buena metáfora para expresar la firme determinación del Partido a la hora de rectificar sus acciones y luchar contra la corrupción.
LOS FRUTOS DEL TRABAJO DEL PUEBLO
La historia de Lankao nos ofrece el ejemplo de Boxing, un oficial famoso por su intachable conducta. Sirvió sucesivamente como gobernador provincial en las prefecturas de Fujian y Jiangsu y llegó a ser ministro de Ritos del imperio. Con el objeto de declinar de una vez por todas los obsequios que le llegaban de todas las instancias, escribió un pequeño alegato titulado Edicto contra los obsequios, donde decía: «Aunque un grano de arroz o un hilo de seda son diminutos, no dejan de afectar a mi reputación e integridad. Aunque un céntimo o un penique no valen nada, son no obstante fruto del trabajo del pueblo. Tratar con magnanimidad al pueblo lo hará generoso; obtener el mínimo provecho de la gente me hará indigno. ¿Quién puede decir que esta es la forma ordinaria de relacionarse, si el sentido del honor se ve gravemente perjudicado? Si esto no es aprovecharse, ¿qué es?». Considero que esto puede servirnos de espejo donde mirarnos.
[Discurso en la Reunión Plenaria del Comité Permanente del Partido del condado de Lankao, provincia de Henan (18 de marzo de 2014).] |
Si hablamos de oficiales virtuosos de la dinastía Qing, hemos de recordar, aparte del famoso Cheng Long, a Zhang Boxing (1652-1725), originario de Lankao en Henan. Asumió sucesivamente los cargos de gobernador provincial en Fujian y Jiangsu hasta convertirse en ministro de Ritos. El mismo emperador Kangxi alabó su conducta, diciendo de él que «su servicio público es intachable, no hay nadie bajo el cielo tan honesto e íntegro como Boxing».
Cuando era gobernador de Fujian, ante la avalancha de obsequios que se le presentaban, colgó su Edicto contra los obsequios tanto sobre las puertas de su residencia como en las de la oficina gubernamental, para que fuera por todos conocida su rechazo a tal práctica, y donde de forma concisa defendía: «Aunque un grano de arroz o un hilo de seda son diminutos, no dejan de afectar a mi reputación e integridad. Aunque un céntimo o un penique no valen nada, son no obstante fruto del trabajo del pueblo. Tratar con magnanimidad al pueblo lo hará generoso; obtener el mínimo provecho de la gente me hará indigno. ¿Quién puede decir que esta es la forma ordinaria de relacionarse, si el sentido del honor se ve gravemente perjudicado? Si esto no es aprovecharse, ¿qué es?». Al ver tal incisiva y oficial denuncia, los que venían con intención de obsequiar al gobernador se contenían y se marchaban avergonzados. La denuncia de Boxing se extendió como la pólvora por todo el imperio, convirtiéndose en la «ley de oro» de la integridad política.
A pesar de su extraordinaria rectitud, su actuación durante una grave hambruna recibió críticas por parte de algunos sectores. Ante tal desastre, Zhang Boxing decretó el transporte de alimento y la manufactura de abrigo para asegurar la supervivencia de la gente, para lo cual incluso hizo construir un granero de abastecimiento provincial que, al ser criticado, defendió diciendo: «¿Qué es más importante, un granero o la vida humana?», con tal determinación y bondad que se ganó el favor y afecto del pueblo. Al abandonar su cargo como gobernador provincial en Jiangsu, las gentes de Yangzhou quisieron obsequiarle con frutas y verduras. Él volvió a declinar educadamente, a lo que la gente repuso: «Cuando eras gobernador tan solo aceptabas el agua de nuestro río, y ahora que te marchas ¡ni siquiera quieres recibir un aperitivo de nuestra parte!». Ante tales palabras, Zhang Boxing no tuvo más remedio que aceptar el detalle, pero solo tomó una col china y dos piezas de tofu, lo que significaba honestidad y transparencia.
Lankao fue el enclave elegido por Xi Jinping para la segunda ronda del programa Educación y práctica de la línea de masas del Partido. En la reunión del Comité permanente del Partido del condado de Lankao, hizo referencia a la historia de Zhang Boxing para ilustrar que la escrupulosa observancia de la rectitud en asuntos aparentemente triviales es la primera línea de defensa contra la corrupción, y que un buen estilo de trabajo se establece precisamente a partir de pequeños hechos. Xi Jinping citó completo el Edicto contra los obsequios para exhortar a todos los dirigentes del Partido a recordar la profunda filosofía que encierra el cambio de lo cuantitativo a lo cualitativo, ya que «la mayoría de los elementos corruptos comienzan con la negligencia ante hechos menores o triviales que derivan progresivamente en un ambiente de vileza y degeneración».
Esta es la razón por la cual enfatizó aquello de que el ejemplo de Zhang Boxing «podía servir de espejo donde mirarnos». Su texto refleja la importancia del uso correcto del poder y la severidad de la autodisciplina en el ejercicio de la función pública. También ilustra que las pérdidas y ganancias de la cultura clásica del buen gobierno, así como la tradición histórica contra la corrupción y por la honestidad, son una fuente valiosa de aprendizaje político para la actualidad. Xi Jinping acostumbra a contar historias de nuestra tradición política para diversas audiencias, citando anécdotas o ejemplos que tienen a la buena gobernanza como leitmotiv. Desde que asumió el cargo en 2013, el Politburó del Comité Central del PCCh ha abordado el estudio colectivo de aquellos modelos históricos que aporta nuestra tradición en cuanto a prácticas anticorrupción