Voces al margen: mujeres en la filosofía, la cultura y el arte. Diana Erika Ibarra Soto

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Voces al margen: mujeres en la filosofía, la cultura y el arte - Diana Erika Ibarra Soto страница 12

Серия:
Издательство:
Voces al margen: mujeres en la filosofía, la cultura y el arte - Diana Erika Ibarra Soto

Скачать книгу

es la peor de las suegras, llama a Psique “enemiga” (Alpuleyo, V, 29), y a su hijo “bribón seductor” (V, 29). El castigo que le amenaza a su propio hijo es de carácter patrimonial, Venus urge a sus sirvientes que le quiten sus alas, su arco y flechas. La posesión da control. Incluso, Venus cuestiona la validez de su matrimonio[11] y legitimidad del hijo resultante, sugiriendo incluso la interrupción del embarazo de Psique:

      No puedo hablar de nieto: la condición de los contrayentes es ilegal, además, un matrimonio verificado en el campo, sin testigos, sin consentimiento paterno, no puede considerarse legítimo, uy, por consiguiente el hijo que nazca será bastardo; eso suponiendo que llegara al término de la gestación (Alpuleyo, VI, 9).

      Si bien podríamos decir que el matrimonio no ha sido conscientemente aceptado por el padre de Psique, éste lo ha dado al momento de ofrecer a su hija en la roca.

      El empoderamiento de Psique

      Venus recurre a Mercurio para encontrar a Psique y castigarla, no sólo por la transgresión a su hijo, si no por existir, por la belleza que posee. Este es el momento en que Psique, decidida por lo que quiere, el amor de Eros, sorteará una serie de pruebas que le impone Venus, hasta llegar a las mismas puertas del infrahumundo. Psique abandona su posición de víctima y emprende camino: se atreve. No pide permiso, y aunque recibe ayuda, es ella la que toma la decisión de seguir. Se deja de presentar una Psique llorosa y suicida para soportar la inquietud y la tristeza (Alpuleyo, VI, 9). La lectura es compleja pues si bien Psique puede ser revestida de una cantidad notoria de adjetivos positivos: arrojada, inteligente, decidida, astuta, disciplinada, falla en el último momento. Aun desobediente, Psique abre una caja prohibida para agregar más belleza a su persona. Maldita vanidad que nunca es suficiente. En lugar de cumplir con su objetivo, cae en un sueño profundo, porque las bellezas divinas no son para las criaturas mortales. Casi lo tiene, pero no puede con la tentación, de nuevo un fruto prohibido. A las mujeres se nos representa como incontinentes, vanidosas, pero esa debilidad es enseñada:

      Disimular, usar de ardides, odiar y temer en silencio, especular con la vanidad y las flaquezas de un hombre, aprender a chasquearlo, a burlarlo, a maniobrar con él: he ahí una ciencia muy triste. La gran excusa de la mujer consiste en que le han impuesto que lo comprometa todo en el matrimonio: carece de oficio, de conocimientos, de relaciones personales; ni siquiera el nombre que lleva es suyo; no es más que “la mitad” de su marido. Si éste la abandona, lo más frecuente es que no halle ninguna ayuda ni en sí misma ni fuera de sí misma (Beauvoir: 252).

      Ese miedo a la pérdida de sí sin el otro es lo que causa la angustia de Psique. No puedo estar sin Eros. Según la opinión de Macabit Abramson (2016), Psique, como heroína, logra romper los lazos con la sociedad, para ganar su lugar en el mundo y una identidad femenina individual.

      La recompensa de Psique no es poca: la inmortalidad y un amor eterno. “Toma Psique, y sé inmortal; Cupido nunca romperá los lazos que a ti le ligan: el matrimonio que os une es indisoluble” (Alpuleyo, VI, 23). Y este, pienso que es el más fuerte error, no porque el matrimonio sea o no indisoluble, sino por la promesa del amor eterno, así garantizado, por la disposición de Júpiter o una varita mágica. No es que el amor no genere redención, al contrario. En mi opinión el amor exige esfuerzo diario, compromiso y donación.

      Pero no nos equivoquemos los errores no son de Psique, son de Apuleyo y la sociedad que formuló y postergó estas ideas, y que continuamos reproduciendo sin pensar en lo que provocan en nuestras vidas. Por ello, para frenar la cadena y ritualidad, toca inspeccionar hechos y narraciones y pensar de acuerdo con una cultura de paz e igualdad en qué es lo que queremos conservar. No hay nada malo en el amor, al contrario, el salvífico estado exige compromiso y para este compromiso, libertad, pero no hay libertad plena si no hay conciencia.

      Una relación amorosa no es fruto del destino ni regalo de los dioses, es un ejercicio de voluntad, prudencia, diálogo y respeto. El amor, al menos en el mundo contemporáneo, exige un ejercicio de horizontalidad donde no existan dioses ni princesas, sino iguales, compañeros de vida que se aceptan en la diversidad de sus dones y faltas, pero más aún, donde se ejerza en un buen conocimiento de la valía propia y como fruto de una consistente y reiterada decisión.

      Consultora, académica y empresaria. Doctora en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, maestra en Historia del Pensamiento y licenciada en Filosofía, ambas por la Universidad Panamericana. Ha sido profesora de esta universidad por más de 15 años impartiendo los seminarios de Teoría de Género, Historia Política de la Sexualidad y Feminismos. Es integrante del Sistema Nacional de Investigadores nivel 1. Es autora del libro La identidad kinética de las mujeres: una visión a partir de la teoría de las capacidades de Martha Nussbaum.

      Estoy consciente que existen otras anteriores dentro de la cultura occidental grecolatina, como serían Orfeo y Eurídice, Penélope y Ulises, Eco y Narciso, o Ariadna y Teseo, pero por la importancia tanto de los vocablos como por sus influencias en el psicoanálisis he decidido optar por el presente mito.

      Es interesante la polémica que existe entre la comunidad académica de los antecedentes que podría tener este mito al probablemente tener influencias egipcias, helénicas o iraníes, o bien, el ser un cuento popular recuperado por Apuleyo, sin embargo, la primera versión del mito como tal se encuentra en El asno de oro de Apuleyo (Gollnick, 1992).

      El análisis de esta obra se apoya en la edición de Biblioteca Básica de Gredos, con la traducción y notas de Lisardo Rubio Fernandez de la edición de 2001.

      En este sentido sigo la idea de Eva Illouz en El consumo de la utopía romántica, cuando afirma: “Las emociones se impelan en diversas estructuras narrativas de distinto alcance, formato y tamaño. Así, el amor romántico con frecuencia se inserta en un relato o ‘historia de vida’ de orden superior, que vincula el pasado, el presente y el futuro en una visión totalizadora del yo” (p. 210). Sostengo que son estos relatos lo que animan nuestras dinámicas sociales y configuraciones mentales, entres otros aspectos a considerar, como la historia personal, reflexión, interacciones, etc. Hay estudios que han profundizado en la relación que entre el mito de Eros y Psique, y cuentos como “La bella y la bestia”: R. B. Bottigheimer, Cupid and Psyche vs. Beauty and the Beast: the Milesian and the modern, en Merveilles & contes, 1989, pp. 4-14 o, en una visión integradora de más cuentos infantiles, en C. Bacchilega, Postmodern Fairy Tales: Gender and Narrative Strategies, University of Pennsylvania Press, 2010.

      La traducción es mía, aquí el texto original: “I know young women who are under so much pressure –from family, from friends, even from work– to get married that they are pushed to make terrible choices. Our society teaches a woman at a certain age who is unmarried to see it as a deep personal failure”.

      Narcotraficante, persona integrante del crimen organizado que trafica con sustancias ilegales.

      Aquí las palabras de Bacchilega para agregar claridad: “As Jack Zipes notes, ‘the transformation of an ugly beast into a savior as a motif in folklore can be trace to primitive fertility rites’ and sacrifices to dragon-like ‘monsters’. Cupid’s multiple images as ‘saevum atque ferum vipereum malum’ […], as boy with no manners or respect, as erotic god of love, as invisible presence in the dar, and as faithful husband in the end also map out a number of well-known directions for

Скачать книгу