Movimiento en la tierra. Luchas campesinas, resistencia patronal y política social agraria. Chile, 1927-1947. María Angélica Illanes Oliva

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las mujeres campesinas; no porque queramos, sino porque la documentación las oculta. Lamentablemente este es, a mi juicio, una de las principales debilidades de las historias de los trabajadores en general y de esta historia de la cuestión campesina, en particular. No obstante, la presencia y conciencia de las mujeres campesinas nos acompañan, evidentemente tocadas y activas en cada uno de los momentos críticos por los que pasó el campesinado en el período. Ellas incluso son documentadas en circunstancias de huelgas campesinas y en situaciones críticas de despojos de tierras. Sin embargo, las hemos buscado también en otras narrativas: en la novela de la tierra, donde existen plenamente vivas, altivas, inteligentes, luchadoras. Agradecidas de estas y estos autores y de este literatura, en un capítulo especial las ponemos sobre esta mesa-texto.

      Sin embargo, quisiéramos plantear que existe un lugar específico donde podríamos hablar de una visibilidad de las mujeres, incluso desde los hombres: ese lugar es su común trabajo con la tierra, un ámbito donde se despliega en hombres y mujeres una suerte de dimensión unisex-Mujer: arando, buscando la germinación y recogiendo los frutos de la diosa Gea, la Madre Tierra. Campesinas y campesinos son cuerpos de la tierra al alba de su llamado, sumergidas sus manos en la masa del pan y de la tierra, sembrando, lechando, desmalezando, cosechando… cayendo agotados al atardecer luego de haber trabajado en largas jornadas a la intemperie del sol, de la lluvia y del frío, y luego de caminar kilómetros tras los animales o de ida y vuelta a los campos de labor. A esto las mujeres suman la crianza doméstica de guaguas y niños, de pollos y gansos, de chanchos y cabras, junto a la preparación diaria de la comida que alimenta a inquilinos, peones, obligados, reproduciendo la fuerza de trabajo hacendal y campesina y sus familias21. Las mujeres campesinas son, evidentemente y a través de muchas estrategias de sobrevivencia, las que llevan la lucha más ardua en pos de la sobrevivencia del campesinado en todos sus rostros, lucha difícil de sobrellevar como hecho irremediable del escaso salario, de la especulación de precios en la pulpería del fundo y de la falta de alimentos abundantes y nutricios. A más de esto, la violencia que, más que a menudo, sufren las mujeres de parte de los hombres, patrones y esposos o parejas, hecho que queda evidenciado en los documentos y los testimonios22 Sin embargo, a pesar de esta sumatoria de más trabajo, el hecho de comprenderse ambos, mujeres y hombres, en el seno íntimo de la Madre Tierra complejiza la opresión, entregando Gea sus poderes especialmente a las mujeres campesinas y mapuche, acompañándolas, enseñándoles, otorgándoles dones y saberes, con la ofrenda de sus hierbas sanadoras, sus frutos silvestres, sus pájaros cantores, su aire fresco, su agua corriente y su poética belleza verde, mitigando la lucha por la sobrevivencia propia y de la prole. Mujeres-Fuego en la intimidad del mal rancho que les reúne y acoge cada noche… mujeres/hombres ex/campesinos andando su exilio por los caminos de la patria, des-alojados/as de su ser-Gea por haber hablado-escrito su derecho. ¿Cómo no ver a las indocumentadas mujeres viviendo la más profunda relación con la Madre Tierra en su intimidad, en su ajenidad, en su miedo a la pérdida y en su des-tierro, experimentando el destino existencial de mujer/hombre/mujer? Quizás podamos, a través de algunos de los poemas que estas páginas insertan, llegar a percibir esta reversibilidad de su ser campesina/o y esta hegemónica femineidad del campesino en relación con Gea, la tierra madre sustentadora, que no hace sino hablar de la mujer campesina/mapuche como la mítica e histórica Gea-procreadora de todos los seres23.

      ♣

      A modo de ordenamiento, este texto se divide en cuatro partes: 1) En una primera parte –preparatoria del contenido central y que es transversal a todo el período en estudio– presentamos y definimos a los sujetos sociales de la obra y de la época, específicamente aquellos que actuarán dentro de las relaciones sociales de producción en las haciendas y fundos: terratenientes, campesinos en sus distintos rostros, algunas figuras y actuaciones de mujeres campesinas. Por otra parte, mostramos algunos de los escenarios del afuera agrario, donde podemos ver la dinámica general de la pulsión irresuelta por la tierra en el sur de Chile, durante la primera mitad del siglo xx. Aquí también presentamos la acción e intervención legal de los poderes del Estado sobre sobre dichos sujetos y escenario histórico agrario. 2) La segunda parte de este texto nos instala en un tiempo político preparatorio clave para nuestro estudio cuando, en la postcrisis del 30 y, específicamente hacia 1936, se generan nuevos pactos políticos y se formulan las plataformas programáticas de reforma y transformación del régimen político y de la estructura agraria chilena, mientras la clase terrateniente y la derecha del país se prepara para su resistencia. 3) La tercera parte del texto constituye el corazón de nuestro estudio, centrado en torno a la problemática de la cuestión campesina planteada durante la fase Frente Popular chileno (FPCh) cuando, por la vía de la formación de una amplia coalición política, gremial y social, las fuerzas democráticas logran alcanzar el gobierno, intentando realizar un programa de democratización de la sociedad a través de la puesta en práctica de algunos de los proyectos preparados en el momento anterior, buscando las fuerzas de izquierda de dicha coalición poner a los trabajadores agrícolas al nivel de los derechos sociales y sindicales obreros. 4) La cuarta parte corresponde al momento de la Alianza Nacional Democrática (gobierno del radical Juan A. Ríos) cuando el despertar del campesinado alcanza una clara expresión, tanto a nivel interno en el seno de fundos y haciendas, como a nivel externo, en el ámbito del movimiento de pequeños y medianos campesinos. En esta fase, mientras el gobierno busca nuevos derroteros para la transformación agraria vía la modernización de la producción y la sociedad agrícola, se intensifican los esfuerzos políticos de la izquierda chilena, especialmente bajo la hegemonía del PC, por levantar a la clase trabajadora agrícola, en sus distintos rostros, al nivel de un sujeto en pleno goce de sus derechos sociales y sindicales, momento que culminó con una nerviosa y antidemocrática respuesta de la clase terrateniente, aliada con el propio gobierno de concertación centro-izquierda que paralizó, dramáticamente, el proceso de transformaciones económicas y sociales emprendidas en el campo chileno. Finalmente, cierra esta parte y el texto un capítulo también transversal a todo el período en estudio, que trata sobre los desalojos campesinos desde el adentro de las haciendas, consumándose, dramáticamente, las demandas por transformaciones en el agro en el sentido de la lógica capitalista y del interés de clase hacendal, escuchándose, en los caminos de la Patria, los gritos de desamparo, angustia y abandono, brotando desde este dolor la conciencia campesina, abriéndose a mayores horizontes de futuro…

      Algunos podrán, quizás, extrañarse de este texto, escrito en un momento presente en el que gran parte del mundo narrado ha, aparentemente, desaparecido. Uno misma ha escrito desde este extrañamiento… pero no hemos podido sino abrirnos a escuchar las voces que nos hablaban desde sus letras vivas…

      Pero, ¿ha desaparecido? En realidad, no. La energía de esa lucha por el reconocimiento se ha integrado a otras luchas que transitan hoy por las calles de la ciudad, mientras el pueblo mapuche sigue bregando, levantando bandera por el derecho a la tierra o a su ser libre, hoy como ayer.

      De todos modos, habría que decir que, en historia, el presente no es su presente cronológico, sino un presente comprensivo, definido como un momento de unidad temporal (presente, pasado, futuro) o como un espacio-tiempo-uno-reflexivo, estando en un movimiento perpetuo de interrelación espacio-temporal en el seno de la totalidad de la Vida. En historia y, especialmente en historia social, buscamos comprender la sociedad desde la totalidad del proceso. Com: significa en latín todo, el todo, lo junto; prae/hendere significa tomar, ceñir, penetrar, entender. En historia nada prescribe, nada ha desaparecido; todos los rostros y sujetos que emergen en el movimiento o las luchas en el seno de esta red comprensiva, incitan nuestra mirada historiadora, la que no descansa sino en el propio margen de su mortal individualidad. Para nuestro afán com-prensivo, todos los seres-conciencias siguen viviendo en el palpitar de su lucha por la autoconciencia o por el reconocimiento del derecho de vida, justicia y libertad; seres-conciencias históricas que no son sino nosotros mismos.

      2 Alexander

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