La sociedad de castas. Agustín Pániker Vilaplana

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La sociedad de castas - Agustín Pániker Vilaplana Ensayo

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      A través de las reglas de endogamia (isogámica o hipergámica), las castas pueden mantener y reproducir su identidad o sus rangos.

      Sin embargo, la creciente urbanización y movilidad social tiende a erosionar ciertos aspectos de la endogamia. Tradicionalmente, los matrimonios endogámicos reducían la elección del cónyuge al grupo más pequeño posible, a la subcasta o jāti. Hoy, las barreras de jāti se han suavizado y la endogamia tiende a efectuarse en entidades mayores.15

      Ello está comportando una creciente hipergamia, pero una basada más en criterios socioeconómicos que no en los viejos factores de rango ritual. Si no existe demasiada disparidad ritual, no está mal visto que una mujer despose a un varón de casta algo superior, más aún si la familia del novio es respetada y tiene poderío económico.

      Aun así, la sensación de jāti no mengua. Me viene a la memoria el caso de un nāyar de Kerala que protestaba porque algunos grupos pujantes (léase inferiores) estaban adoptando el título “nāyar” y habían establecido enlaces matrimoniales hipergámicos con nāyars. Aunque mi interlocutor pertenecía al partido Comunista y decía ser muy progresista no dejó de remarcar que él era un “nambiār” (subcasta de rango entre los nāyars del norte de Kerala), distinguiéndose así de las jātis “inferiores”.

      También la política de discriminación positiva en favor de las castas bajas [véase capítulo 23] ha ayudado a romper barreras. Lo mismo que el imparable proceso de formación de macrocastas constituidas por jātis más o menos afines [véase Las macrocastas]. Por consiguiente, el Anthropological Survey of India mantiene que el número de castas en la India declina.16

      Para muchos indios de la nueva clase media, las viejas ideas de anuloma o pratiloma van quedando obsoletas. También en determinados casos empiezan a traspasarse las fronteras de religión y hasta las barreras lingüísticas, aunque estos lances son todavía poco frecuentes. Según D.L. Sheth, la única consideración “tradicional” que se mantiene en estos matrimonios mixtos es la división entre vegetarianos y carnívoros17 (división que, a mi entender, empieza asimismo a nublarse).

      Esta es la tendencia actual; una que plausiblemente se incrementará. Pero de aquí a que desaparezcan las castas queda aún un buen trecho. Todavía unos jóvenes pretendientes fueron ahorcados en Muzaffarnagar (Uttar Pradesh), por intentar un matrimonio mixto brāhmaṇ/jāṭ.18 Y este es un suceso menos aislado de lo que podría pensarse [véase en La justicia a nivel local].

      LAS FORMAS DE EXOGAMIA

      La unidad endogámica ha sido siempre un grupo pequeño, que reside en un área relativamente reducida y comparte una lengua común. Por lógica, para evitar la consanguineidad, la jāti requiere ciertas formas de exogamia.

      En el caso de los brāhmaṇs y otras castas del norte de la India, por ejemplo, la exogamia exige que los clanes o linajes (gotras, gots, kuḷis) de los esposos sean diferentes. El gotra es un linaje patrilineal cuyos miembros dicen descender de un mismo antepasado masculino, ya sea histórico o mítico. Se dice que toda familia brāhmaṇ puede remontarse a alguno de los ṛiṣis o poetas-sabios de la antigüedad (como Gautama, Bharadvāja, Viśvāmitra, Kaśyapa, Vāsiṣṭha, etcétera), que estableció un gotra. En los textos clásicos se insiste en que uno no debe desposar a un sagotra, es decir, a alguien de su mismo linaje (aunque en la India siempre hallaremos excepciones), ni a un sapiṇḍa, esto es, un pariente sanguíneo cercano.

      Bastantes castas del norte de la India siguen la regla de la exogamia de cuatro gotras o gots, es decir, de no desposar en ninguno de los gots de sus abuelos y abuelas. Donde no se han establecido gotras o clanes, pueden darse otras formas de exogamia. Entre los mālās de Andhra Pradesh, el matrimonio entre miembros de un mismo apellido está prohibido.19 También entre los vāṇiyās de Gujarat el apellido sirve de unidad de exogamia.

      En el sur de la India y Sri Lanka, en cambio, la fórmula preferida de matrimonio es la que se da entre primos cruzados (simplificando: ego desposa a hijos/as de sus tíos maternos o de sus tías paternas). Se prohíbe el matrimonio con primos paralelos (hijos/as de sus tíos paternos o de sus tías maternas).

      Además de esta exogamia de parentesco puede darse una exogamia territorial (desconocida, sin embargo, en la India central y en el sur). Por ejemplo, la gran casta jāṭ del norte de la India prohíbe el matrimonio dentro del mismo pueblo y cualquiera de las aldeas colindantes.

      En suma, la sociedad india prescribe endogamia de casta, pero restringida por normas precisas de exogamia. Y como decía Bhimrao Ambedkar:

      «No es una exageración decir que para la gente de la India la exogamia es un credo […]; a pesar de la endogamia que practican las castas, la exogamia se observa estrictamente y existen sanciones más rigurosas para quien viole la exogamia que para quien viole la endogamia».20

      En determinados casos (si se desposara dentro del mismo clan, por ejemplo), algunas castas han ido más allá de la clásica excomunión (ostracismo social) y han llegado a la eliminación física de la pareja que hubiera transgredido las reglas de exogamia. (No obstante, si la familia puede llegar a probar que se cometió una “irregularidad involuntaria”, el matrimonio puede llegar a mantenerse, quizá tras el pago de una multa establecida por el consejo de jāti.)

       JĀTI

      Como se observa, la jāti es una comunidad endogámica que posee ciertos mecanismos exogámicos. Las reglas de exogamia, que son propias de cada casta y pueden variar considerablemente, introducen un altísimo grado de complejidad en el asunto de la endogamia. Por ello, cuando se habla de las reglas de parentesco de una casta hay que hablar del tándem jāti/gotra. Una casta es endógama en relación a otras castas, pero exógama en relación a los clanes, linajes o subcastas que la constituyen.

      Dicho de otra forma, los miembros de la jāti son: a) todos aquellos tan próximos que no pueden ser pareja matrimonial (por linaje, apellido o vecindad); b) aquellos a los que ya se está ligado por matrimonio; y c) aquellos lo suficientemente distantes que sí pueden elegirse como pareja. Este último nivel es el que los antropólogos denominan “círculo matrimonial”.

      Hasta tal punto la endogamia/exogamia es importante y palpable que los miembros de una casta tienen la sensación de compartir una misma sangre y poseer una identidad natural otorgada por la equivalencia entre sus miembros. No es que la regla matrimonial busque una abstracta pureza de sangre –como sugiere el término ibérico casta–, pero sí otorga a los miembros de la jāti la sensación de formar un gigantesco clan. Por eso el término jāti se asemeja a lo que Max Weber denominaba “grupo corporativo”.21 Y tampoco se aleja de lo que entendemos por “grupo étnico”.

      En el norte de la India y Pakistán, este nivel de la casta también se conoce como “hermandad” (birādarī; etimológicamente emparentada con la inglesa brotherhood). Una birādarī agrupa a diferentes varones de un pueblo o una comarca que se jactan de tener un ancestro masculino común. En el pueblo, los aldeanos pueden llamarse “hermano” (bhāī) o “hermana” (bahen) aun sin estar emparentados entre sí.

      La exigencia de desposar dentro de la casta pero evitando ciertos gots y determinados

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