Las músicas andinas colombianas en los albores del siglo XXI. John Jairo Torres

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Las músicas andinas colombianas en los albores del siglo XXI - John Jairo Torres страница 8

Las músicas andinas colombianas en los albores del siglo XXI - John Jairo Torres

Скачать книгу

lo siguiente:

      La principal aportación europea en la música de América fueron las piezas sacras, interpretadas en el lenguaje polifónico característico del Barroco […] La música traída por los españoles servía a un propósito exclusivamente religioso, con el fin de evangelizar a los indígenas […] El portugués Gaspar Fernández, organista de la catedral de Puebla, fue uno de los primeros cuya obra muestra una interacción con las tradiciones indígenas, al escribir piezas barrocas con letra en náhuatl y acompañamiento de percusiones como el teponaztli (López, 2014, p. 1).

      El músico y musicólogo Claudio Tarris concluye que «en la música popular, los españoles aportaron géneros como el fandango, la jota y el flamenco, ahora ancestros de varios géneros folclóricos de América Latina» (López, 2014, p. 1).

      [Durante la Conquista, los españoles, además de armas, caballos y perros] Trajeron los instrumentos propios de la fanfarria militar: clarines, tambores, trompetas, chirimías y otros; según las crónicas los soldados avanzaban al compás de la música marcial [...] Los religiosos también trajeron instrumentos propios de su “profesión”: violas de arco, arpas, órganos pequeños que servían para adornar sus oficios religiosos [...] Algunos particulares trajeron sus propios instrumentos: guitarras de cuatro órdenes, vihuelas de arco y de mano, laúdes, flautas, etc. [...] Como es de suponer, no fueron muchos ni muy eruditos los músicos que llegaron de España, y se podría asegurar que los religiosos y algunos súbditos fueron quienes comenzaron a impartir un poco de educación musical en nuestro medio (Puerta, 1998, p. 120).

      Con respecto a la música europea en América, Juan Mera dice lo siguiente en su libro Cantares del pueblo ecuatoriano:

      No solo la música religiosa tuvo su presencia en el Nuevo Mundo, también se introdujo un sinnúmero de canciones populares, que[,] de acuerdo con testimonio de los cronistas, eran enseñadas a los indígenas de estas regiones. Además, se sabe que los religiosos, en afán de sepultar la idolatría, creaban nuevos bailes, para que los indígenas los ofrecieran a las imágenes católicas. Muchas coplas, que han podido ser identificadas como de raigambre española, sobreviven hasta hoy. Algunas de ellas fueron recogidas, en el siglo XIX, obra en la que se pueden reconocer tanto canciones con textos de seguro origen ibérico, como textos de las culturas indígenas y mestizas. España tuvo su influjo musical, a nivel religioso y popular, hasta finales del siglo XVIII, pues desde ese momento se comienza a introducir en el continente americano una serie de formas europeas, no españolas, tal el caso del vals, el minué, la contradanza. El sincretismo que se produjo entre la música española, europea y la música indígena originó la música mestiza. La misma que, en la actualidad, si bien se reconoce tuvo raíces distintas, ha llegado a constituirse en una clara manifestación musical con identidad propia (Mera, citado por Educar.ar, 2010, p. 1).

      La incursión del catolicismo en el nuevo continente también influyó en la cultura musical:

      Es bien sabido que los misioneros europeos que llegaron a tierras americanas, en tren de conquistar almas para la religión católica, hallaron en la música una aliada de incalculable valor para su tarea, que les permitió comunicarse con los nativos y, sobre todo, les sirvió para transmitir la doctrina cristiana [...] La habilidad de los indígenas al parecer era notable [...] En distintas ciudades de las recientes colonias americanas los indígenas maravillaban a los españoles, por su facilidad para repetir y retener en sus memorias largos y complicados cantos litúrgicos europeos (Locatelli, citada por Aretz, 2004, pp. 43-44).

      ¿Cuándo llegan los negros esclavos?

      «Los primeros esclavos negros llegan al continente americano a principios del siglo XVI, circunstancia favorecida por dos factores: la polémica suscitada en España acerca de la licitud de las encomiendas y el descenso de la población indígena» (López, 2016, p. 1). Es bien sabido que el número de indígenas se redujo drásticamente, debido a la dureza de los trabajos a los que fueron sometidos, a las condiciones infrahumanas que debieron soportar, y a las enfermedades que les contagiaron los conquistadores y los colonizadores españoles.

      La esclavitud existía en África desde mucho antes de que los europeos comercializaran con esclavos. Los africanos esclavizaban a quienes vencían en las guerras tribales y los vendían al mejor postor:

      Senegal, Costa de Marfil, Dahomey, Angola, Mozambique y Sudán fueron las principales arterias por donde salió la corriente migratoria de esclavos de África hacia América. [...] Al llegar al continente americano, se extendieron a lo largo de la costa Atlántica, desde Norteamérica hasta Argentina, incluyendo América Central, continental e insular, desde donde emigraron a veces hacia zonas internas del continente, llegando incluso hasta el Pacífico. Estos esclavos reprodujeron con los materiales que les brindaban el suelo americano, los diversos instrumentos musicales que poseían en África, con los cuales trataban de rememorar su transoceánica música, sus ritos religiosos y sus alegres danzas. Los países en donde se devela la mayor muestra de ascendencia africana son Cuba, Haití, Brasil, Panamá, Colombia y Venezuela. Aquí pueden hallarse las tres características más visibles (y audibles) del fenómeno afroamericano: instrumentos musicales, sonotipos rítmico-melódicos y elementos expresivos (Locatelli, citada por Aretz, 2004, p. 47).

      En 1518, la Corona española concedió la primera licencia para “exportar” 4.000 africanos a las Indias occidentales, durante ocho años: «Hasta la década de 1870, entre 11 y 13 millones de africanos fueron ‘‘exportados’’ hacia América; entre un 15 y un 20 % murió durante las travesías, y en torno a 10 millones fueron esclavizados en los países de destino» (Factoría histórica, 2011, p. 1).

      Aportes indígenas

      De la época de la colonización española no hay mucha documentación en lo que respecta a la música que existía en nuestro territorio. Las culturas indígenas fueron arrasadas o arrinconadas en territorios inhóspitos. Sus expresiones culturales y religiosas fueron acalladas y proscritas al olvido. Muy poco se conserva de ellas por la tradición oral. ¿Qué cantaban los negros, los mestizos y los criollos de esa época? Seguramente bambucos y guabinas que se quedaron en el olvido del tiempo. ¿Qué temáticas abordaban? Seguramente le cantaban a la naturaleza, al amor y a sus sueños, le cantaban a su dolor y a su destierro. No lo sabremos nunca, pues no quedó ningún testimonio de ello.

      Unos pocos instrumentos musicales indígenas de la Región Andina, especialmente de percusión menor y algunos aerófonos, han sobrevivido y se usan en las músicas tradicionales andinas:

      Respecto a la función que poseía la música precolombina, diversas crónicas y códices permiten inducir que se hallaba adherida a ritos mágicos, medicinales, propiciatorios o de agradecimiento por una buena caza o cosecha, para acompañar a los guerreros en sus batallas, en ritos religiosos o palaciegos, en entierros y velorios, para acompañar distintas circunstancias de la vida [...] Muchas de estas antiguas ceremonias y costumbres han subsistido en el folclor andino, sobre todo con incorporación de elementos musicales de raíz española, cuyo sincretismo determina el color local de cada folclor latinoamericano: Navidad, santos patronos, carnaval, Pascua, difuntos, ferias zonales y regionales son en la actualidad las principales ocasiones para que el folclor musical halle vía libre (Locatelli, citada por Aretz, 2004, pp. 37-39).

      El contacto cultural de los europeos y de los africanos con los indígenas de América incubó nuevas músicas, nuevos instrumentos musicales y nuevas sonoridades. Géneros como el jazz, la bossa nova, la salsa, entre muchos otros, dan fe de que las influencias de ese contacto no se detuvieron. Las fusiones e hibridaciones musicales son –y seguirán siendo– modos de procesar la relación con el otro.

      La transmisión generacional

      En un lapso cercano a los 150 años, las músicas tradicionales de los Andes colombianos pasaron de padres a hijos, trasegaron por la geografía, sufrieron deformaciones

Скачать книгу