Los visigodos. Hijos de un dios furioso. José Soto Chica
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36 Jordanes, Getica, XVI 89. El pago de subsidios o tributos por parte de varios emperadores romanos a los godos se halla también evidenciado en otras fuentes como por ejemplo Eusebio de Cesarea, quien reconoce que antes del favorable foedus firmado por Constantino con los godos en el año 332, los romanos pagaban subsidios a los godos: Eusebio de Cesarea, Vida de Constantino, IV, 5. La inscripción de Sapor I en Frye, R. N.: «Res Gestae Divi Saporis», 371-373.
37 Jordanes, Getica, XVI 90-93; Zósimo, Nueva Historia, I, 20.
38 Jordanes, Getica, XVII 94-100.
39 Zósimo, Nueva Historia, I, 23; Lactancio, De mortibus persecutorum, 4, 3, en: Teja, R., 1982; Aurelio Víctor, Libro de los Césares, 29, 2-5; Paulo Orosio, VII, 20.3; Jordanes, Getica, XVIII 101-103; Amiano Marcelino, Historia, 31.5.16-17 y 31.13.13, en Harto Trujillo, M.ª L., 2002; Eutropio, Breviario, IX, 4; Sanz Serrano, R., 2009, 97-99, que comete el error de situar la batalla de Abrittus en Hisarlak, en el territorio europeo de la actual Turquía y a más de 300 km del verdadero emplazamiento de la batalla que, en efecto, fue cerca de Hisarlak, pero en este caso no en Turquía, sino en la ubicación del mismo nombre situada en Bulgaria, en la región fronteriza con Rumanía de Dobrudja y muy cerca de Razgrad. Para una correcta ubicación de la batalla y de sus pormenores: Rodríguez González, J., 2005, 11.
40 Sulimirski, T.: «Los nómadas sármatas. Un pueblo ahora olvidado, disperso entre las naciones», 289-298; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 78-90.
41 Jorge el Sincelo, Crónica universal, 5754, 466, en Adler, W., Duffin, P., 2002.
42 Zósimo, Nueva Historia, I, 24-38; Jordanes, Getica, XIX y XX; Amiano Marcelino, Historia, 31.5.16-17; Aurelio Víctor 33, 1-12; Paulo Orosio VII, 22.7-9; Rodríguez González, J., 2005, 532; Sanz Serrano, R., 2009, 98-102.
43 Aurelio Víctor, Libro de los Césares, 33, 2-29 y Eutropio, Breviario, IX, 8; San Jerónimo, Crónica, 1832; Paulo Orosio, VII, 22.7-9 y VII, 41.2; Jorge el Sincelo, Crónica universal, 466-467. Sigue siendo de utilidad la lectura de Sánchez Real, J.: «La invasión germánica del 259», 129 y ss.
44 Frye, R. N.: «Res Gestae Divi Saporis», 371-373; Lactancio, De mortibus persecutorum 5, 1-7; Zósimo, Nueva Historia, I, 36-37; Paulo Orosio VII, 22.4-7; Aurelio Víctor, Libro de los Césares, 31, 5; Eutropio, Breviario, IX, 7; San Isidoro, Historias, 4. Los «Alpes» que nombra en este pasaje san Isidoro como morada de los godos se refieren a la sección meridional de los Cárpatos, los llamados Alpes transilvanos.
45 Las fuentes constatan la existencia de leones y uros en esta región de Macedonia desde la época de Heródoto a la de Pausanias. Esto es, hasta el año 180 de nuestra era como poco. Al ser el de Pausanias el último testimonio sobre la cuestión, es probable que los leones europeos se extinguieran en los siglos III o IV. Véase Heródoto, Historia, VII, 126 en Schrader, C., Cabellos Álvarez, B., García Gual, C., 1985; Pausanias, Descripción de Grecia, VI, 5, 4.
46 Zósimo, Nueva Historia, I, 29 y I, 37-39; Jordanes, Romana, 287; Historia Augusta, «Los dos galienos», 23.8-9, en Picón, V., Cascón, A. (eds.), 1989; Jorge el Sincelo, Crónica universal, 468; Juan Zonarás XII,23 y 26, en: Grigoriadis, I., 1995; Rodríguez González, J., 2005, 73-74 y 491-492; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 69-78, quien sitúa las batallas de Nessos y Naisus no en 267 y 269, como es correcto, sino en 268 y 270.
47 Historia Augusta, El divino Claudio, 255.
48 Historia Augusta, El divino Claudio, 25.7.4-6.
49 Zósimo, Nueva Historia, I, 41-46; Juan Zonarás, XII, 26; Historia Augusta, El divino Claudio, 25.5-11 y El divino Aureliano, 26.16.1-7; Aurelio Víctor, Libro de los Césares, 33, 26-35 y 34, 1-7; Paulo Orosio, VII. 23, 1; Eutropio, Breviario, IX, 11.2; Rodríguez González, J., 2005, 487 y 74; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 68-85.
50 Historia Augusta, El divino Aureliano, 26, 30 y 34; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 69-77.
51 Historia Augusta, el divino Aureliano, 26, 39.7-8.
52 Historia Augusta, el divino Aureliano, 26-34.
53 Zósimo, Nueva Historia, I, 63-64; Historia Augusta, Tácito, 27, 13 y Probo 28, 1.3-4; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 69-77.
54 Amiano Marcelino, Historia, 28.1.5; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 84-86.
55 Sulimirski, T.: «Los nómadas sármatas. Un pueblo ahora olvidado, disperso entre las naciones», 289-298; Aurelio Víctor, Libro de los Césares 39, 43-44; Eutropio, Breviario, IX, 18-19 y 25-26; Jordanes, Getica XXI, 110-112.
56 Origo Constantini Imperatoris, 5, 21, en Lasala Navarro, I., López Hernando, M. P.: «“Origo Constantini Imperatoris”, comentario, notas y traducción», 271-285; Potter, D., 2013, 343-344; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 57-75.
57 Origo Constantini Imperatoris, 5, 27.
58 Amiano Marcelino, Historia, 31.3.1-5; Zósimo, Nueva Historia, IV, 25, 2 y IV, 34, 3; Origo Constantini Imperatoris, 5, 27 y 6, 31; Eusebio de Cesarea, Vida de Constantino, IV, 5; Paulo Orosio, VII, 26-28; Eutropio, Breviario, X, 6.1-2; Heather, P., 1996 (reed. 1997), 57-68.
59 Origo Constantini Imperatoris, 6, 32, 34 y 35; Eusebio de Cesarea, Vida de Constantino, IV, 6; Barnes, T. D.: «The Victories of Constantine», 149-155; Potter, D., 2013, 343-344.
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De los tervingios a los visigodos (337-378)
Como un rayo que se precipita entre las montañas.
Amiano Marcelino, Historia, 31.12.17e