Los visigodos. Hijos de un dios furioso. José Soto Chica

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materiales, también en los espirituales. En efecto, es ahora cuando, por influencia directa de los cautivos romanos, el cristianismo comienza a extenderse entre los godos. El principal promotor de esa cristianización fue el nieto de unos cautivos romanos minorasiáticos capturados en el 257 en Capadocia, en una aldea llamada Sagadoltina situada en la comarca de la ciudad de Parnaso y llevados por sus captores a Gotia. Su nieto fue llamado Ulfilas, «el pequeño lobo», y que el nieto de unos cautivos romanos procedentes de la helenizada Capadocia recibiera un nombre godo evidencia la fuerza del mestizaje cultural que se daba en las regiones de Gotia a finales del siglo III e inicios del siglo IV. Una tierra en la que los godos imitaban a los romanos y los romanos trataban de identificarse con los godos. Ulfilas, nacido hacia el 311, conocía el latín y el griego, pero también hablaba la lengua goda y llevaba un nombre godo y todo eso nos señala algunas cosas importantes: que al norte del Danubio las comunidades de cautivos romanos mantenían su lengua y tradiciones, que podían llevar una vida bastante autónoma y que esa vida era lo suficientemente próspera como para proporcionar a sus hijos una buena educación, así como que las relaciones con sus señores godos eran fluidas y que estos últimos no dejaban de ejercer sobre ellos una atracción que, sin duda, era fruto de su poder y prestigio. Puesto que Ulfilas se ordenó y promocionó hasta el grado de lector, podemos entrever también que las comunidades de cautivos romanos eran en su mayoría cristianas y que gozaban de una notable libertad religiosa pese a que la mayoría de sus señores godos seguían siendo aún paganos.

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      Figura 12: Página del llamado Codex Argenteus, manuscrito del siglo VI que copia, a su vez, un original del siglo IV que contiene la traducción al idioma godo de la Biblia. La tradición atribuye este mérito al obispo Ulfilas, si bien en la obra se percibe la mano de varios autores, lo que nos lleva a considerar la existencia de un equipo de traductores, acaso supervisados por el mencionado obispo. Se trata de la primera obra redactada en alfabeto gótico, desarrollado por Ulfilas para evangelizar a los godos. Emplea veinticinco caracteres, que son adaptaciones de runas, caracteres griegos y latinos. Dado que Ulfilas era arriano, la conversión del pueblo godo se hizo, asimismo, a este credo.

      Otro dato significativo es que Ulfilas no tradujo el Libro de los Reyes, pues consideraba que las hazañas de David y de los demás campeones de Israel solo servirían para incrementar aún más las virtudes guerreras de los godos e inflamar su belicoso espíritu.

      Pero ¿y las transformaciones políticas? ¿Cómo explicar que los godos pasaran de ser un conjunto bastante laxo y diverso de bandas y tribus a constituir poderosas confederaciones capaces de poner en aprietos al Imperio y de firmar con él foedera ventajosos?

      Ya vimos que las laxas coaliciones tribales que se formaban en torno a los años medios de la segunda mitad del siglo III eran puramente circunstanciales. En algunas de ellas aparecen los godos como grupo principal o dirigente, tal fue el

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