III Diálogo entre las ciencias, la filosofía y la teología. Volumen II. María Lacalle

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III Diálogo entre las ciencias, la filosofía y la teología. Volumen II - María Lacalle Razón Abierta

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proporciona la base para la selección de intervenciones oportunas de enfermería para conseguir unos resultados de los que se considera responsable a la enfermera. Para ello se analizan las respuestas humanas que son conductas, comportamientos y reacciones que, en el ámbito cognitivo, afectivo y psicomotor, tienen las personas ante distintas situaciones.

      En la formulación estos diagnósticos, además de la etiqueta, deberán constar las características definitorias que son el grupo de signos y síntomas que se asocian al problema, que se expresan u observan en la respuesta de una persona, y los factores relacionados que son los que causan o contribuyen al problema, aumentando la vulnerabilidad.

      •Planificación. En ella se incluyen los resultados esperados y las intervenciones enfermeras.

      •Resultado (NOC). Juicio clínico sobre el resultado esperado o que se pretende conseguir mediante un cuidado o tratamiento enfermero.

      La definición del resultado esperado tras la aplicación del plan de cuidados permite evaluar la calidad de los cuidados proporcionados y medir los resultados obtenidos en los pacientes influenciados por los cuidados enfermeros.

      •Intervenciones (NIC). Una intervención de enfermería es «cualquier tratamiento, basado sobre el juicio y el conocimiento clínico, que una enfermera realiza para obtener resultados sobre el paciente» (Bulechek, 2009).

      Estas intervenciones incluyen una serie de actividades que son acciones específicas que realiza la enfermera para llevar a cabo una intervención y que ayudan al paciente a avanzar hacia el resultado deseado.

      Es por ello necesario que, dentro de las competencias de la estudiante de enfermería egresada, se incluyan aquellas que le permitan asumir un cuidado de estos problemas reflejado en las intervenciones enfermeras.

      Por lo tanto, a la hora de definir las competencias y resultados de aprendizaje que el estudiante debe adquirir durante su periodo de formación, estos resultados NIC se convierten en una base fundamentada de aquellas que la enfermera debe adquirir para prestar un cuidado integral de aquellos problemas que previamente se han identificado como diagnósticos enfermeros. Estas intervenciones, a través de sus actividades relacionadas, serán el punto de partida para seleccionar y definir los resultados de aprendizaje que se han de definir.

      Desde el punto de vista de la enfermería, en la taxonomía diagnóstica NANDA utilizada internacionalmente, existen numerosos diagnósticos relacionados con esta esfera que llamamos de lo íntimo: temor, desesperanza, sufrimiento espiritual, riesgo de soledad, baja autoestima, ansiedad ante la muerte, duelo, impotencia, deterioro de la resiliencia, conflicto de decisiones, deterioro de la religiosidad o sufrimiento moral son algunos de ellos.

      De estos diagnósticos derivan unos planes de cuidados que incluyen una serie de intervenciones NIC según la codificación internacional que recoge aquellas intervenciones que la enfermera debe realizar para ayudar al paciente a alcanzar sus objetivos del plan de cuidados. Por ello la enfermera, durante su periodo de formación, debe adquirir las competencias necesarias para prestar esos cuidados, es decir, debe ser capaz de demostrar, a través de los resultados de aprendizaje, su capacidad para realizar esas intervenciones.

      De igual modo en la valoración por patrones funcionales, encontramos referencias a ese aspecto de lo íntimo especialmente en el relativo a valores y creencias o autopercepción-autoconcepto.

      A pesar de ello, todos estos aspectos son poco explorados en la valoración y diagnóstico del paciente y, por lo tanto, considerados como elemento del cuidado. Por ello es necesario hacer un esfuerzo, desde el periodo de formación de las futuras enfermeras, para que desarrollen las competencias necesarias que les permitan integrar el cuidado de lo íntimo dentro de su actividad de cuidado, que ahora sí será integral, de la persona.

      Así pues, es imprescindible que la enfermera valore e incluya en su cuidado y esté atenta a la aparición de problemas como el sufrimiento espiritual que, como hemos visto, es de gran trascendencia en el desarrollo del proceso salud-enfermedad de la persona y que por otro lado está reconocido como competencia de la enfermera y aparece recogido en diagnóstico NANDA «Sufrimiento espiritual» definido como «Deterioro de la capacidad para experimentar e integrar el significado y propósito de la vida mediante la conexión con el yo, los otros, el arte, la música, la literatura, la naturaleza o un poder superior al propio yo».

      Ello implica que la enfermera debe estar preparada para realizar aquellas intervenciones reconocidas en la clasificación NIC: ofrecer apoyo espiritual, aumentar el afrontamiento, dar esperanza, facilitar el duelo, facilitar la práctica religiosa, manejo de conflictos, potenciación de la autoestima, potenciación de la conciencia de sí mismo, entre otras.

      Todo ello requiere el desarrollo de actitudes y habilidades que deben ser potenciadas desde sus estudios universitarios, ya que la universidad debe convertirse en el garante de la adquisición de ellas que le permitan desarrollar este cuidado.

      Desde estas premisas, es preciso definir primero cuáles son los problemas a los que se enfrenta la enfermera y que, de una manera prevalente, tienen los pacientes. El punto de partida elegido es la taxonomía NANDA antes citada, que recoge todos aquellos problemas, en forma de diagnósticos enfermeros, que pueden ser identificados y tratados por las enfermeras.

      La utilización de esta taxonomía está mundialmente avalada y se usa tanto en la práctica clínica como en la enseñanza universitaria.

      La primera parte del proceso es identificar aquellos diagnósticos enfermeros más claramente relacionados con el cuidado de lo íntimo, señalando sus características definitorias y factores relacionados.

      Para esta selección se han tenido en cuenta todos aquellos problemas que afectaban a las áreas de lo psíquico, social o espiritual, considerando aquellos que afectaban a los aspectos íntimos del paciente entendidos como se ha definido antes.

      En la tabla 1 se recogen los diagnósticos identificados:

CÓDIGO DIAGNÓSTICO DEFINICIÓN
00148 Temor Respuesta a la percepción de una amenaza que se reconoce conscientemente como un peligro.
00124 Desesperanza Estado subjetivo en que la persona percibe pocas o ninguna alternativa o elecciones personales y es incapaz de movilizar la energía en su propio provecho.
00066 Sufrimiento espiritual Deterioro de la capacidad para experimentar e integrar el significado y propósito de la vida mediante la conexión con el yo, los otros, el arte, la música, la literatura, la naturaleza o un poder superior al propio yo.
00169 Deterioro de la religiosidad Deterioro de la capacidad para confiar en las creencias o participar en los rituales de una tradición religiosa en particular.
00179 Riesgo de deterioro de la religiosidad Riesgo de deterioro de la capacidad para confiar en las creencias religiosas o participar en los ritos de una tradición religiosa en particular.
00054 Riesgo de soledad Riesgo de experimentar malestar asociado al deseo o necesidad de aumentar el contacto con los demás.

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