Colombia. El terror nunca fue romántico. Eduardo Mackenzie

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Colombia. El terror nunca fue romántico - Eduardo Mackenzie страница 12

Автор:
Серия:
Издательство:
Colombia. El terror nunca fue romántico - Eduardo Mackenzie

Скачать книгу

Por el contrario, los aparatos de injerencia «diplomática» buscaron siempre crear confusión y parálisis, sobre todo en el seno de las fuerzas de defensa de Colombia. El estallido de indignación de hoy es el resultado de años de presiones indebidas.

      Si Colombia existe todavía y no quedó fraccionada en dos o tres entidades territoriales como querían los enemigos del capitalismo y de la democracia representativa (tal era el propósito declarado de las Farc bajo la dirección de Alfonso Cano), es porque las fuerzas militares y de policía, el Estado y la sociedad colombiana, sin pedirle consejos a la ONU, estuvieron unidos y le hicieron frente a ese proyecto, como pudieron, sin importar los sacrificios y a pesar de sus debilidades económicas y de liderazgo, y lo derrotaron. La nación colombiana creció en medio de esas luchas y no puede seguir tolerando más, sin deshonrarse, la acción disolvente de burócratas arrogantes tipo Brunori, Michel Forst y compañía.

      Las coerciones de Brunori y Forst no están desligadas de las intrigas de Michelle Bachelet —cuya actuación como presidente de Chile dejó sembrada la semilla de odio que hoy destroza a ese país—, quien está ahora tratando de imponerle al presidente Duque, de la manera más dictatorial, una de sus favoritas. Bachelet no acepta enviar la terna que le pide el presidente colombiano para escoger el sucesor de Brunori pues quiere asignarle la quechua-peruana Tarcila Rivera Zea. ¿A que vendría esa agitadora? ¿A soliviantar aún más las comunidades indígenas?

      Espero que esto que vimos este 28 de febrero no sea flor de un día sino que corresponda a una toma de conciencia de los peligros que del exterior le caen a Colombia y a un deseo auténtico de recuperar la libertad del país en materia internacional y diplomática y de hacerlo saber a todos. Esta libertad supone ponerle fin a la presencia onusiana para que ese armatoste —así llamaba el General De Gaulle a la ONU—, quede libre de decir lo que quiera de Colombia pero desde Nueva York y Ginebra. Desde allá, podrá ver las cosas como son y no como dicta la nube de abejorros que llenan sus oficinas en Bogotá.

       5 de marzo de 2020

      RECOMIENDO LA EXCELENTE ENTREVISTA CONCEDIDA POR la abogada Ángela Vélez Escallón al exministro Fernando Londoño Hoyos, director del programa radial La Hora de la Verdad. Este 5 de marzo, la líder pro-vida de Colombia, hizo importantes declaraciones en esa conversación. Ella evocó el reciente asesinato de Juan Sebastián, bebé no nato perfectamente viable, cometido por Profamilia, una agencia pro-abortos de Popayán. También comentó lo ocurrido la semana pasada: la Corte Constitucional no se atrevió a llegar al extremo de legalizar, sin condición alguna, el aborto hasta las 16 semanas de gestación, como algunos magistrados habían hecho saber. «Pero seguimos en la misma tragedia», detalló la doctora Vélez, en vista de que esa corte dejó intactas las discutibles tres causales del aborto que están permitiendo el asesinato legal de miles de niños no natos en Colombia. «La situación sigue siendo muy delicada y hay que seguir en la lucha», subrayó la doctora Vélez.

      Amplios sectores de la ciudadanía han expresado su repudio por el aborto monstruoso cometido por la mamá de Juan Sebastián y están pidiendo la abolición pura y simple de la doctrina de la Corte Constitucional (la cual es una aberración pues carece de respaldo constitucional y legal) que le está dando un barniz de legalidad a esa masiva atrocidad.

      Ángela Vélez Escallón alertó a la opinión pública sobre «la embestida que prepara» en estos momentos el agresivo lobby del aborto para continuar su labor criminal, tras la ola de repudio que sacudió al país luego de la eliminación infame del bebé Juan Sebastián. Explicó que con el pretexto de velar por la salud de la madre la agenda abortista está llevando a la muerte a miles de bebés viables no natos.

      Ángela Vélez Escallón denunció que el cuerpo del niño asesinado no ha sido entregado a su padre. Este intentó en vano impedir la muerte de su hijo en el vientre de la madre. La oficina abortadora que cometió ese crimen no ha querido entregarle el cuerpo del niño y no quiere dar explicación alguna sobre la atrocidad cometida. La jurista dice que no se puede excluir que Juan Sebastián haya nacido vivo, como ocurre en muchos casos de abortos tardíos. Se pregunta si Profamilia lo dejó morir en una caneca, como ocurre en los abortaderos de Estados Unidos. ¿Por eso es que no quieren entregar el cadáver de Juan Sebastián?

      La abogada explicó que conoce el caso abominable de un bebé no nato que tenía aparentemente, según los médicos, «un problema en una mano». A pesar de que la anomalía no fue confirmada, alguien interpuso un recurso de tutela y con esa excusa el bebé viable, de casi nueve meses, fue ultimado. Ese crimen execrable, como, tantos otros, sigue en la impunidad total.

      Fernando Londoño señaló que algunos de los patrocinadores del aborto utilizan el pretexto de «mantener la pureza de la raza», tema tomado del discurso de Adolf Hitler, lo que muestra el hecho gravísimo de que el país está regresando a estados de barbarie y de deshumanización asombrosos.

      La líder pro-vida se preguntó qué tipo de sociedad estamos construyendo en Colombia cuando, sin trabas, hay campañas en las universidades que buscan suscitar en las jóvenes sentimientos contra la maternidad e incluso de odio contra el ser vivo que llevan en ellas, en el caso de las embarazadas.

      Sectores de la opinión están pidiéndole a Iván Duque, quien se ha declarado «pro-vida», que sea consecuente y utilice sus poderes presidenciales para impedir que la industria del aborto siga llenándose los bolsillos con esa abyecta actividad. La líder pro-vida estimó que «no ve al gobierno planteando una opción real [frente al aborto], y que el presidente «dice que es pro-vida pero acepta y le parecen bien las tres causales el aborto. Esto me parece curioso».

       Potcast de las declaraciones de Ángela Vélez Escallón:

       https://www.youtube.com/watch?v=7gZJllFLD0o&feature=youtu.be

       http://www.lahoradelaverdad.com.co/angela-velez-escallon-abogada-y-activista-pro-vida-habla-sobre-el-aborto-en-colombia/

       6 de marzo de 2020

      SE HABLA MUCHO EN ESTOS DÍAS del «derecho a la protesta social». Algunos observadores estiman que ese «derecho» lo están «vulnerando los bandidos», es decir los vándalos y encapuchados que salen cuando los miembros del nefasto «comité del paro cívico» les dan la orden de ir a destruir las ciudades.

      Pero los desmanes y devastaciones que comete esa gente no son expresiones del ejercicio de un «derecho». Son delitos que todo Estado de derecho sanciona.

      El «derecho a la protesta social» no existe. No está consagrado en la Constitución nacional, texto que enuncia taxativamente los derechos de los colombianos. Ese derecho no es el resultado de la evolución jurídica de la sociedad sino, más bien, una concepción que unos le quieren imponer a la sociedad.

      Es tan exitosa la campaña de hacer creer que hay un «derecho a la protesta» que el mismo gobierno colombiano supone que eso existe. Gina Parody, ministra de Educación bajo la presidencia de JM Santos, el 22 de abril de 2015, ante la inminencia de un paro cívico indefinido, declaró: «El derecho a la protesta no puede violar el derecho a la educación». Así, ella enunció una ficción (el derecho a la protesta) y un derecho real (el derecho a la educación) y les dio idéntica legitimidad.

      El «derecho a la protesta» es un

Скачать книгу