Roja esfera ardiente. Peter Linebaugh

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Roja esfera ardiente - Peter Linebaugh страница 23

Roja esfera ardiente - Peter Linebaugh Reverso

Скачать книгу

dejar ver, por la mirada o la palabra, sus sentimientos o sus simpa­tías»[4]. Diez años antes, el ánimo había sido muy distinto.

      En agosto de 1791, mientras los esclavos de Haití pronunciaban el juramento del Bois Caïman y se rebelaban, Wolfe Tone publicaba An Argument on Behalf of the Catholics of Ireland [Argumento a favor de los católicos de Irlanda], que se unió a otros manifiestos de la época –de Paine, Sièyes, Equiano, Volney, Wollstonecraft, Oswald, Spence y Thelwall– expresando una nueva prosa, nueva política, nueva clase y nueva manera de pensar con una lucidez derivada de su propósito, que era la destrucción del Gobierno odioso y de la civilización inicua. Derechos del hombre, el manifiesto de Tom Paine en defensa de la república revolucionaria de Francia, se publicó en Dublín en marzo de 1791, y en ocho meses vendió cuarenta mil ejemplares, el doble que en Inglaterra.

      Un día despejado, Tone ascendió a Cave Hill, con sus espectaculares vistas sobre Belfast y buena parte de Ulster, y juró con sus camaradas de los Irlandeses Unidos «no desistir nunca en nuestros esfuerzos de subvertir la autoridad de Inglaterra sobre nuestro país, y asegurar nuestra independencia». Dos años después, al declararle Inglaterra la guerra a Francia, Wolfe Tone y su familia partieron hacia el exilio, a América. Allí despreció la avaricia y se quejó de la «aristocracia mercantil», afirmando que «gracias a Dios, no soy americano». Se quedó en West Chester, entre Filadelfia y Wilmington, Delaware, donde puede que leyese The Delaware Gazette, editado por el exprisionero de guerra Robert Coram, un destacado demócrata. En 1791, Coram publicó Political Inquiries. Contenía una crítica a la ley de propiedad privada, e igualmente ensalzaba las prácticas comunitarias de los nativos americanos.

      En la comparación entre el hombre civilizado y el salvaje, el contraste más llamativo es la división de la propiedad. Para uno, es la fuente de toda su felicidad; para otro, la fuente de toda su desgracia.

      … con la espada de la violencia y la pluma de la sofistería, unos pocos habían saqueado o estafado el grueso de sus derechos, y los pocos se ennoblecieron y los muchos quedaron reducidos de meros animales de presa a bestias de carga.

      En 1798, los Irlandeses Unidos publicaron un panfleto ampliamente distribuido, The Union Doctrine or Poor Man’s Catechism [Doctrina de la Unión o catecismo del pobre]:

      No es posible que a Dios le agrade ver a toda una nación dependiendo del capricho y el orgullo de una pequeña facción, que puede negar la propiedad comunitaria de la tierra a su gente, o al menos decirle cuánto comerá y qué comerá; y cuánto y cómo vestirá. Como a diario experimentamos nosotros de las manos de estos usurpadores crueles, que se han erigido en una corporación de legisladores, y están constantemente exportando nuestras provisiones, o impidiendo su producción, con la política horrible de conservar la subordinación, mediante una degradación de nuestros caracteres, y obligándonos a todos a la ocupación servil de ganarnos unos medios de vida escasos en un país capaz de producir la mayor abundancia.

      ¡OH! Señores de las casonas, y otros hombres propietarios de tierras, como habéis monopolizado la tierra, sus hortalizas, su caza, los peces de los ríos, y

Скачать книгу